Teresa González
Plenitud
de silencio
que en
mi pecho te azotas
desangrando
mi rosa interior
Tú
bajas en el clímax de la noche
cuando
en su guarida
intranquila
duerme la maldad
¿Por
qué rechazas mi arrullo
que se
ahoga en cuajados avideces
de
navegar un océano
que en
sus olas otra vez se perdió?
Y
envuelves mi respiro
con tus
hilos que destejen
la
fragata de mi sueño
que
cautiva del insomnio
anclada
amaneció.
Nada
entona el perfume de mi rosa
que
ebria se ha dormido
en la
pupila del crepúsculo
besando
su desnudez.
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