Evaristo
Fuentes Melián
Acabo de ver jugar a la S.D. Huesca, que está
en Primera, en su estadio, pequeño pero coqueto y bien terminado. Y hasta
ecológico, rodeado de una belleza paisajística con esa arboleda que se divisa
en las afueras del referido estadio. Huesca, situada en el Alto Aragón lindando
con Los Pirineos, tiene cincuenta mil habitantes en la capital, y su estadio un
aforo de diez mil.
El mismo fin de semana estuve viendo
también el partido de Segunda Extremadura-Las Palmas., en el estadio de
Almendralejo, que es un hermoso estadio en un municipio más pequeño que La
Orotava.
Pero aquí, en el Valle de La Orotava o
Valle del Taoro, con más de cien mil habitantes, no tenemos un estadio como
Dios manda. Hay puntuales actuaciones históricas memorables, como la plantación
de césped en la cancha de Los Cuartos orotavense, estrenado el año 1971,
sembrado bajo los auspicios del inolvidable presidente del club, doctor don
Buenaventura Machado Melián, y que probablemente en la actualidad constituya el
mejor y más cuidado césped en las canchas de futbol de las Islas Canarias.
Pero--aquí vienen los peros--no se ha
conseguido en esta comarca norteña tinerfeña realizar un estadio completamente
terminado como los que acabo de ver, especialmente en Huesca y también en
Almendralejo. En este Valle (¿de lágrimas?) de La Orotava, a lo largo de los
años, casi todo han sido pequeñas actuaciones más o menos llenas de buena
voluntad. Pero mayoritariamente han sido parches para mejorar ligera o
momentáneamente las instalaciones, pero sin terminar, hablando en términos
futboleros, sin rematar un solo campo de futbol como Dios manda y la población
demanda. O debiera demandar…
Ya sé que, por las influencias políticas y
empresariales, las capitales de provincia suelen llevarse las mejores
instalaciones deportivas, pero Almendralejo no es capital…
En fin y, en conclusión: esta mía es una
elucubración idealista que quería dejar patente. Por ello la he escrito. Y ahí
queda.
Espectador
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