Lorenzo
de Ara
He
conocido a hombres y mujeres capaces de vender el alma al diablo por ocupar el
despacho de Alcaldía del ayuntamiento del Puerto de la Cruz.
Lope
Afonso no está entre ese tipo de personas. Pero es nuestro alcalde.
Otros,
en el pasado más reciente, soñaban, mordían y lo envenenaban todo con tal de
ocupar el sillón más poderoso (dicen) de la ciudad.
Lope
Afonso carece de veneno.
No
tiene colmillos.
Otros,
(pienso en los representantes de la izquierda tan pura), conocían la manera
perfecta para afianzarse en el poder y propagar la hermosa mentira que
emborracha al populacho: con el Psoe, los más humildes salen ganando.
Tras la
moción de censura a Salvador García en el mandato1995-1999 (a los 28 días de
tocar el poder), se formó el primer gobierno que arrebató al PSOE el poder
absoluto sobre la ciudad. El experimento resultó un desastre. No en cuanto a
gestión, pero sí a la hora de proteger la buena imagen del municipio.
Lope
Afonso ha llegado a la alcaldía en el momento justo. Tiene muchos defectos. (Claro,
no es socialista.)La pasada semana dejé muy claro que le hago responsable del
fracaso en la política de comunicación.
Pero el
actual alcalde tiene una gran virtud, impropia hasta la fecha en otros
políticos portuenses. Lope no sería capaz de emponzoñar el ambiente con el
objetivo de aferrarse a la silla.
Nadie
puede empujarlo para que termine cayendo en el lodazal de la política basura.
No entra en la trampa de los que sólo saben vivir en el ecosistema infectado
por el odio y el sectarismo.
Sin Lope
Afonso el PP quedaría huérfano de líder en 2019. Acudiría a la llamada de las
urnas sin aspiración de victoria a las elecciones del 26 de mayo.
Hace
poco me contó que no se le pasaba por la cabeza hacer doblete. Eso significa
que piensa exclusivamente en el Puerto de la Cruz. Ante la firme decisión del
abogado, el PP local respira tranquilo.
¿Quién,
a día de hoy, tiene en ese grupo de amigos y parientes un sucesor a Lope
Afonso?
Yo no
conozco el partido. No milito en el PP. Pero sí sé que sin Lope Afonso, hasta
Coalición Canaria, con Sandra Rodríguez al frente, obtendría mejores resultados
en 2019.
Pero
Lope Afonso jamás haría lo que hicieron otros por estar en el despacho con
vistas a la Plaza de Europa. Algunos temblaban cuando un funcionario entraba
dando gritos en el jodido despacho; otros (a mí lo del lenguaje inclusivo me la
trae floja) fueron la encarnación de la ineptitud.
Lope
Afonso es el PP.
Ángel
Montañés, si quisiera (con humildad), sería desde ya el futuro de ese partido,
y un excelente aspirante a la alcaldía.
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