José
Peraza Hernández
Hacía
mucho tiempo que no sabía nada de mi íntimo amigo, un realejero de pura cepa,
como el que suscribe. Este amigo ha estado en tantos lugares afincado, y por
último estuvo cuarenta años en este popular barrio de La Vera de Puerto la Cruz.
Quien se despidió de este último barrió, septiembre de 2000. Hablo del
Reverendo Cura don Pedro González Mesa.
Pedro
ha sido un hombre, fuerte como de un temperamento fuerte, muy recto en todos
sus pasos allí donde a estado. Seguro que habrá gusto para todo como es claro
como normal.
Si
lo había visitado en otros lugares, hasta que se me perdió la pista, hasta que
pude averiguar, y fui a visitarlo. Se encuentra en el Centro de mayores de
“Jesús de Nazaret”. En la calle Alcalá, de Icod de Los Vinos. Un lugar lleno de
paz, retirado derruidos, rodeado de plataneras, con vista a la montaña, como al
mar. Me decía que estaba encantado de estar allí.
En
cuanto me vio enseguida me conoció, gritaba, como solía hacerlo, lleno de alegría
con su voz gruesa, diciéndome “Estimado camarada”, donde nos abrazamos.
En
seguida me enseño me enseño el Centro, como a sus amigos más allegados claro.
Se le veía muy animado, fuerte, me decía que, hacia mucha gimnasia, cosa que
siempre ha hecho en su casa, de igual manera, antes iba muchos a nada al
Charcón en San Telmo.
La
verdad que, como dice el refrán. Yo, firmaría por llegar a como se encuentras
en estos momentos a punto de cumplir 92 años.
Tiene
una memoria, y empezó a contarme algunas anécdotas, sus primeros años de
sacerdote. – Decía, cuando están en Valle Gran Rey, los vecinos están haciendo
una capilla algo más arriba, y claro, los más allegados vinieron hablar
conmigo, para darnos a conocer etc. – él siempre le llevaba la contraria, claro
con mano derecha y mano izquierda. Ellos se mosqueaban, y así trabajaban más.
Él se reía, con esa risa que le caracteriza jajajaja.
Otra
que me contó fue, que le estaban haciendo la casa parroquial, y la obra iba
rápido, pero por la trasera del solar pasaba un canal, y observaba que perdía
agua, la que venía para dentro de la obra. Él le decía al encargado esa agua,
afloja los cimientos, él encargado le decía tranquilo eso no pasa nada. –
Bueno. Paso el tiempo, y le avisan que iban a poner la plancha a la vivienda.
Pues, entro con el encargado a ver, donde ya le faltaba poco para terminarla, y
en ese momento llegaron preguntado por él, y salieron fuera de la obra.
Momentos más tarde, sabes que la plancha se vino abajo. jajajaj. – ahora me
rio, pero en aquel momento, casi me muero, en ese momento dios puso su mano. – él
encargado me dijo, tenía Ud. razón.
A
los amigos allí le decía, éste es un gran amigo y un gran camarada, me ayudó
mucho en el despacho, también escribe, etc.
Otra
de sus anécdotas, fue qué, ya estando en La Vera, su tía Ercidia, lo llamó y le
dio 100.000 pesetas, para ayudarle de la compra del piso en el Toscal-Longuera.
– ella me quería mucho. Pues fue a hablar con el propietario de la obra, que él
conocía muy bien. Y le dije, no te importa, que te pague cuando venga del
viaje. El amigo que también era curar Jesús Luis Pérez. Pues no me contesto ni
una palabra. Pues, yo, le dije pues el que no habla, otorga. Y me fui con un
amigo sacerdote, y los recorrimos la India, cachemira Nepal etc. África. Lo pasaron
de miedo – me decía siempre me gustaba viajar. De repente salto, - sabes una
cosa, yo nunca recogía ni un duro. Cuando me iban a entregar dinero, yo decía.
Déselo a x, gracias a eso no me criticaban. Por ese lado, tenía mi conciencia
tranquila Peraza.
Me contó muchas, pero las dejamos aquí.
Le
pregunte por la biblioteca que tenía en el piso. Me comento que se la había
cedido al Obispo Bernardo, para la Catedral, ya que la que estaba fue destruida
por las llamas.
Me
decía que su bisabuelo procedía de Gran Canarias. No se acordaba del nombre, lo
que, si se acordaba que a su familia los llamaba “El Cojo”, porque todos
padecía de las piernas. – Por cierto, yo también padezco de una pierna. Siempre
me he sentido. Jajajaja. – Siempre riendo y contento de estar charlando, se
veía muy contento, de hecho, me lo decía.
Me
contó que, cuando llego allí, entro con un viro de diarreas, que se quedó
delgado, casi se va para el piso. En ese momento, ya estebábamos en la
habitación, tenía sobre la mesa de noche donde fotos. – me decía ah, mira estas
fotos. Ves cómo estaba de flaco, la verdad que sí. En la foto estaba en el
Centro, con un cura y con el Obispo Bernardo. – Entonces, le pregunte por la
otra foto que estaba junta, - Me dijo que eso fue en la inauguración de la
iglesia se San Antonio, donde estaba a la izquierda él, al centro el Obispo
Felipe Fernández y el alcalde Feliz Real. - Me decía que él trabaja, y se movía
para hacer cosas. También reconocía que ha tenido buen equipo. – Me contó que
él se llevaba bien con todos.
Me
conto que él también hizo la iglesia del Toscal-Longuera. Y me dijo que el
solar de la iglesia de San Antonio fue cedido. Se trabajó mucho, vendiendo
rifas, donde el barrio de La Vera como el de San Antonio. Lo mismo con la
parroquia de la Vera. donde se jugaba partido de futbol, de eso se encarga el
amigo D.E.P. Dionisio y su junta, que se encarga de organizar el partido, otros
de hacer cenas. Y así se fue consiguiendo el dinero, y nada ahí están hechas.
Las
reuniones las hacíamos de La Montaña, en el Restaurante Dinamar, y las cenas,
los hacían buenos precios. El tema, estaba, que yo los invitaba al vasito vino,
a los albañiles y amigos que venían ayudaban, en las obras etc. El vino lo
traía de la península. -Me conto su historia. Pero buenos, lo traía en
cantidad. El vino era como la sangre de Cristo.
También
me contó que tenía una hermana que se llamaba Evelia, era religiosa, la que
estaba el Güima, el Convento de San Nazaret. -Me decía que le habían contado
qué, pintaba muy bien, cuadros, acuarela, - Yó le comente, claro don Pedro le
entiendo, no va hacer de brocha gruesa. Jajaja – él también se reía.
La
verdad, que lo pasamos muy bien, las horas se pasaron, corriendo como las
brumas.
Bueno,
espero que estas líneas le sirvan a recordar al amigo don Pedro González Mesa.
Quien fue cura de este barrio de La Vera, durante cuarenta años. Pues ya saben
dónde se encuentra, por si desean de hacerle una visita.
Me
despedí, con un gran cariño, y afecto, aquí les dejo estas imágenes, de esta
bella tarde junto a nuestro amigo y camarada don Pedro el cura, como se le
conoce vulgarmente. Con estas líneas que homenajeado con todo mi cariño y
afecto.
Hasta
la próxima. Estimado Camarada
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