Teresa González
(A Danilito, Marlito y Teresita)
Eran pececillos navegando en mi cuerpo
que tierra fue de su adyacente jardín
y una mañana fresca
de mayo, octubre y noviembre
elevó sus pupilas mi palmera
para verles crecer;
orgullosa acomodó
su melena en la tarde
deleitándose con el fruto
de su más grande amor
Es primavera en sus plumajes de oro,
felicidad es su vida junto a mi calor
Fuente de dicha son sus travesuras,
música para mis oídos es su voz
Juntos soñamos mirando a la luna
Juntos reímos desnudando el corazón
No hay instante sin fiesta
ni gritos-sonrisas
en mi cálido nido
donde no falta Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario