LA AUSENCIA DEL SAHARA

Isidoro Sánchez García

Últimamente el Sahara está de moda. En España y en Marruecos, en Argelia  y en los Estados Unidos, también en Canarias, sobre todo en los meses de la pandemia. Aunque con variaciones desde el Acuerdo Tripartito de Madrid en 1975 donde participaron Juan Carlos de Borbón como jefe de estado en funciones y el rey de Marruecos Hassan II, con una ONU dormida e insensible, hasta la fundación de la RASD en 1976, cuando Felipe González era presidente del Psoe y se acercó a Argelia para abrazar al secretario general del Polisario y ofrecerle todo el apoyo de su partido.  Una vez que entramos en la Transición de 1978 constatamos ciertos vaivenes según las etapas presidenciales españolas particularmente cuando Felipe González y José Luis Zapatero mantenían el estatus político de la Internacional Socialista de la que el marroquí Abderraman Yusufi, era su secretario.

Para mayor abundamiento acudiremos a la etapa actual para observar el giro de Pedro Sánchez como presidente del gobierno español respecto a su posición personal respecto a la autonomía como modelo de la marroquinización del Sahara en lugar del derecho al referéndum para la autodeterminación, donde compruebo una paradoja política y es la ausencia del Sahara a la hora de solucionar el problema que le caracteriza desde hace muchas décadas: su descolonización. Ni la ONU con la Minurso, ni la ONU con España, ni Marruecos con el Frente Polisario con su Plan de Paz en 1991 han sido capaces de ello. No obstante sí hemos podido comprobar cómo significativos personajes del Psoe, como José Bono, ex presidente del Congreso de Diputados, José Luis Zapatero, ex presidente del gobierno español y el diputado europeo Juan F. López Aguilar se han reunido recientemente en Las Palmas de Gran Canaria con algunas organizaciones saharauis de movimientos por la paz para discutir la situación del Sahara en relación a España. Casualmente lo han llevado a cabo al mismo tiempo que el presidente Pedro Sánchez comparecía en Naciones Unidas, antes de dar positivo en la covid-19, y apuntaba otra solución distinta a la de la autonomía que había comunicado por carta al rey de Marruecos en su giro saharaui, todo un ejemplo de incoherencia. Una vez más me ha extrañado la falta de soluciones políticas al compromiso que desde 1976 adquirió España ante la ONU cuando le regaló el Sahara occidental a Marruecos, en lugar de llevar a cabo la descolonización mediante referéndum incumpliendo el Derecho Internacional. Por eso se lo recuerdo a don Juan Fernando López Aguilar. ¡Ya está bien!