Pedro Ángel González Delgado
Durante trece días, en octubre de 1962, se produjo uno de
los episodios más inquietantes de la guerra fría, la llamada crisis de los
misiles de Cuba. En el despacho oval se realizaron de forma frenética reuniones
y más reuniones para evitar desatar la Tercera Guerra Mundial. Algo similar,
salvando las distancias, claro está, debe estar sucediendo en el despacho de la
alcaldía de Puerto de la Cruz ya que, el 15 de junio toma posesión como Alcalde
Marco - sin ese - González, gracias a un acuerdo entre el Partido Socialista
Obrero Español y la Asamblea Ciudadana Portuense - Podemos en el municipio.
Parece que el pacto llevaba más de cuatro años, pero ese pacto estaba sin
reparto.
Trece días después, sigue sin saberse quién será el
concejal de Seguridad, quién llevará mujer o, por ejemplo, quién será el
portavoz del partido socialista. Durante este lapso de tiempo hemos visto a un
concejal de dicho partido, Jonás Santana, anunciar, dejar de anunciar, volver a
anunciar y rectificarse a sí mismo, tanto en radio como en redes sociales, el
momento en el que se va a producir el anuncio de las delegaciones de la
alcaldía para conformar gobierno. Nunca antes se había visto tanto desatino.
Nunca antes se había recibido un Ayuntamiento saneado, ordenado y con todos los
proyectos listos, y tanta había sido la ineficacia para poder gobernarlo. Es
tanta la incompetencia, que ahora resulta que los responsables que no se haya
delegado competencias y no se haya conformado gobierno actual es del gobierno
saliente, y ello a pesar de haber tenido que reconocer que la salida de los
miembros del grupo municipal ha sido exquisita, pues no se podía esperar otra
cosa de aquellos que acompañan a Lope Afonso, un caballero de la política.
Increíble pero cierto. Resulta inaudito ver como el referido concejal Santana
se afana en responsabilizar al grupo de gobierno saliente de la ineptitud para
haber creado ya las áreas y las concejalías. A veces es mejor estar callado,
pues la cortesía y los plazos de gracia son recíprocos.
Durante este ínterin, concretamente hace unos días, con el
fin de acallar las voces que ya se cuestionaban qué se estaba haciendo, pues
para fotos y entrevistas sí que hay tiempo, los populistas anunciaron en las
redes sociales cual era la parte del pastel que a ellos les tocaba. Eso sí, ya
no se llama Urbanismo y Medio Ambiente, que no suena muy bien y era de la
“casta”, sino Ciudad Sostenible y de Planificación, y, por supuesto, el nuevo
comunismo, aquellos que salieron al balcón del Ayuntamiento con el puño
izquierdo cerrado en alto, son los únicos capaces, defienden ellos, de llevar a
cabo el “desarrollo democrático”. Ahora bien, no han sido capaces de aclarar si
los afines a Podemos van a tener dos ó tres áreas, y el resto concejalías
específicas, ya que hablan de áreas y las mezclan con las concejalías
específicas. Quizás es que todavía no han aprendido la diferencia. Bueno, quizá
en cuatro años lo hagan, para qué tener prisa.
Y mientras tanto, el líder de los socialistas defendiendo
la imposición de una tasa turística (nuevos impuestos quiere la social
democracia), sin ni siquiera oír, o más bien desoyendo, al sector turístico, y
demostrando, una y otra vez, un total y absoluto desconocimiento, no ya del
funcionamiento del Ayuntamiento en el que ya lleva ocho años, sino también,
incluso, de las matemáticas básicas. Confunde la deuda financiera con el
presupuesto, las sentencias declarativas de derechos de trabajadores con las de
condena al pago de cantidades, y, más alarmante aún, que siete menos cuatro,
son tres. Si hay siete millones de euros que sobran del presupuesto (remanente
de tesorería) y se dice que se deben tres (deuda con los trabajadores, que no
es tal), todavía le quedan cuatro más para gastar además de lo presupuestado. O
no se sabe, o se quiere engañar, y no sabemos qué es peor.
Las delegaciones saldrán, tarde, pero saldrán. Las
anunciaran a bombo y platillo (es la nueva política), y querrán hacer creer que
todo estaba dentro de la normalidad, que estaba previsto, y que nunca hubo
crisis y que, en todo caso, se ha hecho para hacer las cosas bien, pues tenían
claro antes de confeccionar la lista quienes eran las personas más preparadas,
formadas y con más experiencia para gestionar los destinos de la ciudad
turística. De esa forma, por ejemplo, nos dirán que siempre tuvieron claro que
podría gestionar el concejal Alberto Castilla, entre otros, pues su perfil
profesional invitaba a ello. Y los demás, que somos los “malos”, ofreciéndoles
ayuda en todo lo posible por el bien del municipio. Y estamos empezando.
La ignorancia y la ineficacia,es lo que han votado muchos. El arrepentimiento,como siempre,vendrá tarde.Un saludo,a los que con elegancia,maestría y educación,se han ido.Y con la misma educación,dejo mi comentario,con un punto final al que quiera criticarlo...ya no pierdo tiempo con los perdidos.
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