Salvador
García Llanos
El periodismo
prolonga sus crisis, muchas empresas se las ven y se las desean para salir
airosas mientras se estrujan los sesos para acertar con el modelo de negocio y
los medios, por lo general, siguen esmerándose para ofrecer productos con
reclamos, aunque su línea editorial siga dependiendo de los ingresos que
provengan de las instituciones o empresas públicas.
En medio de ese
panorama preocupante, que invita poco al optimismo y a las alternativas, surgen
cifras que llaman la atención y despiertan una controversia en la que los
profesionales tienen algo que decir, sobre todo cuando es su trabajo el que
alimenta los beneficios.
Por ejemplo,
se acaba de saber que el gigante de la búsqueda en la red, Google, ingresó el
año pasado cuatro mil setecientod millones de dólares gracias al uso de las
noticias. El dato se publica en una nueva entrega del informe News Media
Alliance, del que se hace el poderoso The New York Times. El presidente y
director ejecutivo de esa firma, David Chavern, resume la situación con frases
muy expresivas: “Google gana dinero con esta actividad. Luego, debería haber un
mejor beneficio para los editores de noticias”. Es evidente que Chavern reivindica
más dinero para los medios de comunicación, aún cuando el informe no analiza el
valor de todos los datos que Google consigna a partir de cada usuario que
navega por las noticias.
Cierto que
profesores y expertos en comunicación dudan de algunas conclusiones del trabajo
de News Media Alliance, llegando a hablar incluso de matemáticas engañosas.
Pero todo da a entender que el trabajo de los periodistas se ve minimizado y
minusvalorado. Son las compañías tecnológicas las que parecen obtener unas
suculentas ganancias con la información, luego no es de extrañar que se imponga
una tasa (en Europa ya se conoce como Tasa Google), independientemente de que
se abra una debate sobre la relación entre esas potentes y gigantes compañías
tecnológicas y los medios de comunicación.
Que la
subsistencia de muchas cabeceras y programas siga siendo agónica y que el
empleo continúe precarizándose, en definitiva, que la crisis se alargue,
colisiona con estas cantidades aparentemente indicadoras de ganancias. Es algo
más que el pez grande se coma al chico. Es menester una revisión y otros
planteamientos. Que no siempre pierdan los mismos.
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