Evaristo Fuentes Melián
Este libro (editado en la última década del silgo XX) trata de explicar con claridad los principios de las relaciones públicas como un hecho de comunicación bidireccional, el desarrollo de los conceptos claves de las Relaciones Públicas, analizando los objetivos de la empresa como tal y los distintos modos, examinando las técnicas, las estrategias y la coordinación de todas las posibilidades, para comunicarse con el público al que se desea llegar.
En el índice del libro se pueden sacar en extracto las diferentes metodologías para unas buenas relaciones públicas.
Consta de un prefacio y un prólogo y ocho apartados en que se introduce en extracto las referidas relaciones:
1.- Cómo empezaron las relaciones públicas.
2.- ¿Qué son las relaciones públicas?
3.-Las relaciones públicas en las grandes organizaciones.
4.-Aplicación de las relaciones públicas.
5.-Relaciones públicas en acción.
6.-Medios básicos.
7.-Medios de comunicación en colaboración con otros medios
8.-Relaciones públicas y marketing: lista de comprobación
En el Prefacio se inicia el primer párrafo con una pequeña explicación del proceso de la revolución industrial iniciada en el siglo XIX; e indica en el segundo un pensamiento que puede ser
Clave: "La rapidez de las modernas comunicaciones, debe desembocar en la utopía del entendimiento humano. Pero, en la práctica, sabemos que la velocidad no va necesariamente en consonancia con la comprensión".
Firma este prefacio, el ex presidente del Instituto de Relaciones Públicas del Reino Unido, Mr. Henry L. James.
En el prólogo, se explica lo que son las Relaciones Públicas:
"Un esfuerzo deliberado, planificado y continuado para establecer y mantener un entendimiento mutuo entre una organización y su público". Es el desarrollo que han tenido la investigación y las comunicaciones y relaciones públicas, para expresar más adelante un pensamiento decepcionante: "Todas estas maravillas no han logrado crear al Hombre Satisfecho".
Siguiendo los pensamientos de M. Lúyan las nuevas Tecnólogas son como una prolongación del propio ser humano.
Están concebidas y serán utilizadas como un apéndice más
del Hombre como especie. Es decir, que la radio, el teléfono, la televisión,
los ordenadores, le han ido creando como
un nuevo Ambiente, tal como en su momento lo hicieron la rueda, la imprenta o
la pólvora.
Dije al principio que este comentario es sobre un libro publicado en la última década del siglo XX. Y me temo que --si bien ha avanzado una enormidad la tecnología digital y derivados-- la política actual de comunicación y relaciones públicas, deja mucho que desear. Lo que vemos con harta frecuencia cada día es una serie de errores, horrores, pifias, malentendidos y mala fe, plasmados en los mensajes de un buen porcentaje de los medios a nuestro alcance.
Espectador
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