Salvador García Llanos
Supone un claro ataque a la libertad de información y
expresión, a la libertad de crítica y a la libertad ideológica.
Así de rotunda se ha manifestado la Federación de
Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) a la hora de rechazar la propuesta
de ley orgánica presentada por Vox para regular la verificación de las noticias
falsas. La proposición había sido admitida a trámite por la Mesa del Congreso
de los Diputados y estaba enfocada a la regulación de noticias falsas en redes
sociales, sitios web y medios de comunicación impresos, digitales y
audiovisuales, con el efecto añadido de prohibir “toda verificación de
opiniones” en redes sociales, medios de comunicación e internet.
La formación ultraderechista estima que la verificación ha
sido confiada a medios “con sedicente pretensión de naturalidad ideológica,
pero en verdad, directa o indirectamente, dependientes de gobiernos y/o
autoridades”. Añade que apoyan a ciertos partidos políticos en tanto son
hostiles con otros. En el texto de la iniciativa, se señala, además, que solo
la Justicia “podrá adoptar decisiones sobre la verificación de noticias
falsas”, y que las empresas u organizaciones que hagan la verificación sean
“civilmente responsables” cuando vulneren los derechos a expresar opiniones y a
comunicar o recibir libremente información veraz.
Pues bien, la FAPE ha sido muy clara al rechazar que la
verificación de la falsedad de una noticia no pueda efectuarse por los
titulares de los medios (directamente o a través de terceros) que directa o
indirectamente dependan de gobiernos, autoridades o sean políticamente
“partidistas o partidarios”, salvo que “confiesen” dicha dependencia o
adscripción “partidista o partidaria”. Advierte la asociación profesional que
agrupa a más de diecinueve mil asociados que el partido promotor olvida que la
Constitución garantiza la libertad ideológica en su artículo 16.1 y que el
artículo 16.2 establece que nadie podrá ser obligado a declarar (o “confesar”)
sobre su ideología, religión o creencias.
La FAPE desmonta el planteamiento que hace la
representación ultraderechista sobre la prohibición de la verificación de
opiniones: no es más que prohibir que otro pueda responder a lo que uno opine,
en el ejercicio de la libertad de expresión, por lo que coarta la libertad de crítica,
al menos en redes sociales, blogs, sitios web en general, prensa impresa y
digital y medios de comunicación audiovisual. Y es que las opiniones, como
juicios de valor de las personas son criticables. Pero no verificables. En
realidad, la proposición de ley pretende eliminar la crítica de las opiniones y
la verificación de las informaciones. En cuanto a la responsabilidad civil o
penal, ya está perfectamente recogida en las leyes (Código civil, Código Penal,
Ley Orgánica del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la
Propia Imagen y otras normas).
La FAPE también está en manifiesto desacuerdo con otro de
los preceptos del grupo parlamentario que intenta regular por ley la
verificación de las noticias falsas. En efecto, su pretensión es que solo la
autoridad judicial competente pueda adoptar decisiones sobre la verificación de
noticias falsas, lo que sugiere que, para poder entrar a analizar si una
noticia es falsa o veraz, hay que acudir a los tribunales. Esto supondría que
serían los jueces quienes decidieran qué es noticia y qué no lo es, tarea que
corresponde a los periodistas y medios en el marco de la libertad de prensa y
del derecho de información de la ciudadanía.
Subraya la FAPE que “los medios cuando dan información
(hechos noticiables, de interés público), están obligados, de acuerdo a las normas
deontológicas de la profesión, a verificarla previamente, sea cual sea el canal
a través del que la reciban, lo que conlleva que deban evitar el dar “noticias
falsas”.
Y aclara que en España, cuatro organizaciones (AFP, EFE
Verifica, Maldita.es y Newtral) forman parte del programa de verificación de
contenidos en Facebook e Instagram. Todas ellas están certificadas por la Red
Internacional de Verificación de Datos, creada por el Poynter Institute
estadounidense. Esta Red pone como condición para el ingreso la adhesión a
cinco compromisos: con el no partidismo y la equidad; con la transparencia de
las fuentes; con la transparencia de la financiación y la organización; con la
transparencia de la metodología y con las correcciones abiertas y honestas.
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