Javier Lima Estévez.
Historiador
Mi primer contacto con el estudio formal de la fotografía se
llegó a producir durante mi etapa como estudiante de 4º de la ESO en el IES
Realejos. En tal nivel educativo conocí por el profesor Faustino numerosos
aspectos asociados a técnicas para obtener una fotografía y, por supuesto, el
complejo mundo asociado a los procesos hasta obtener el resultado final.
Teníamos para ello un laboratorio. Desde entonces, he intentando seguir con
interés novedades en el ámbito de la fotografía y aspectos asociados a su
proceso.
Tal vez por esa afición y, especialmente, por mi interés
hacia la Historia, sigo desde hace algún tiempo a Zoilo López Bonilla, que se
define en su perfil de Facebook bajo el nombre de Zoilo Lobo. Sus fotografías
son el claro ejemplo del trabajo meticuloso desarrollado por un artesano de la
imagen que, con una cámara y una habilidad innata para recoger instantes y
momentos, refleja para la posteridad personas con diversidad de estados y
emociones a lo largo de diferentes etapas vitales.
El miércoles 8 de julio, con una temperatura algo elevada
propia de la estación veraniega, asistimos a la inauguración de una exposición que
aglutinó una muy pequeña parte de ese gran trabajo en el Instituto de Estudios
Hispánicos de Canarias. Allí, en pleno corazón cultural portuense, se reunieron
numerosos amigos y seguidores del artista.
La presentación del acto sería efectuada por el Presidente
de la Asociación de Prensa de Tenerife (APT), Salvador García Llanos. Formuló
apropiadas palabras para contextualizar el ambiente de las imágenes bajo el
hilo conductor de una ciudad turística abierta día y noche. Salvador, además,
se detuvo en describir y dar nombre y detalles de las personas presentes en
cada una de las imágenes.
Zoilo también tomó la palabra. Una pequeña intervención en
la que agradeció y explicó, a grandes rasgos, el significado de la obra gráfica
allí presente. Emocionó saber que en Barcelona, ciudad en la que reside desde
hace muchos años, conserva numerosos negativos e imágenes de un Puerto de la
Cruz que sigue llevando en el corazón y en la memoria a pesar de la distancia y
el tiempo.
El alcalde, Marco González, cerró el acto y mostró comentarios
favorables para poder seguir admirando el arte de Zoilo en próximos eventos,
atendiendo a que el artista guarda mucho más material.
Sin lugar a dudas, Zoilo comparte un trabajo que une
generaciones. A los que vivieron esa época, les permite volver a los años ya
superados y reflexionar con el paso del tiempo; a los que no conocieron esa
situación, les aporta un testimonio único para aproximarse hacia ello y, por
supuesto, a los que están por llegar, les ofrece una panorámica de la vida en
la ciudad turística pionera durante la década de los años setenta.
Gracias por
tanto, Zoilo.
Gracias a Diario del Valle por su excelente artículo en mi favor. Gracias.
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