Este trabajo fue publicado el 13 de octubre de 2012 en La
Prensa-EL DÍA y pertenece a la línea de estudios que divulgan y analizan la
vida cotidiana en Realejo Alto durante la Edad Contemporánea. Ámbito de trabajo
del autor, que en esta ocasión presenta el texto original, sin revisión o aumento.
El Adelantado Fernández de Lugo estableció sus tropas en
los actuales Realejos o “sitio donde está acampado un ejército,” siendo el
origen del Realejo Alto. En 1929 contaba con 7.199 habitantes y su Corporación
la integraban quince concejales electos, en dos distritos a saber; Realejo
Alto-Carrera y La Cruz Santa, elegidos por sufragio universal masculino.
El último alcalde de la Dictadura de Primo de Rivera fue
don Pablo García y García (26.03.1930-26.04.1931) de ideología conservadora,
promovió la construcción del Cementerio de San Agustín y fue juez municipal. La
primera alcaldía republicana fue regida por don Manuel Espinosa Chaves
(26.04.1931-10.12.1933) progresista, cediendo la presidencia hasta marzo de
1936, falleció en 1976. Le sucedió interinamente don Manuel Hernández Pérez
(13.12.1933- 19.02.1936) conservador, retomó la alcaldía durante la Guerra
Civil, siendo reemplazado por don Miguel Cedrés en 1940, falleció en 1958. El
último alcalde republicano fue el socialista don Francisco Morales Vinuesa
(17.03.1936-21.07.1936) recluido en la cárcel municipal donde intentó
suicidarse cortándose las venas, tras el Alzamiento fue retenido en Fyffes y
encarcelado durante 3 años y 7 meses. Excarcelado por presiones del Gobierno
Civil, se trasladó nuevamente al Realejo Alto hacia 1940 donde residió
dedicándose a la explotación de sus terrenos junto a sus hijos, falleció en
1986.
Don Carlos Delgado y Delgado, párroco de Santiago
(1928-1948) también fue protagonista del periodo que hoy se analiza. Dejó
precipitada y temporalmente su residencia y cargo por persecuciones políticas.
Falleció siendo arcediano y magistral de la Santa Iglesia Catedral en 1972.
Tras las elecciones municipales de 1931, que acarrearon la
abdicación de Alfonso XIII, tomaron posesión los concejales republicanos
electos; don Pedro Pérez Acevedo, don Juan González, don Pedro Rodríguez
Siverio, don Agustín Rodríguez de la Sierra, don Manuel Hernández Pérez, don
Vicente González, don Ambrosio Quintero, don Miguel Hernández García (teniente
de alcalde), don Domingo García, don Domingo Luis, don Gabriel Morales León,
don Domingo Rafael García, don Antonio Pérez y don José González, siendo
elegido alcalde don Manuel Espinosa por catorce votos a su favor y uno en contra.
“Al terminar su discurso, los señores concejales y el numeroso público que se
hallaba en las Casas Consistoriales, prestaron su asentimiento a las
manifestaciones del Sr. Alcalde con una salva de aplausos”.
Cambio de régimen y cambio de nombre de las principales
calles; la de Alfonso XIII renombrada la República, siendo General Franco y
Blas Pérez durante el Franquismo y desde los años noventa del pasado siglo del
Medio Arriba. La Avenida Primo de Rivera por Capitán Fermín Galán, con Franco
nuevamente Primo de Rivera y hoy Avenida Los Remedios. La calle del Agua por
Capitán García Hernández. Se desestimó el cambio de la primitiva Viera y
Clavijo, luego Calvo Sotelo y actualmente Avenida 3 de mayo.
Al siguiente mes, “se leyó un escrito de la comisión de
festejos para septiembre, solicitando permiso para celebrar las verbenas en la
Plaza Viera y Clavijo en los días 31 del corriente y 21 de junio y se acordó no
cerrar la plaza”. Posteriormente, el sepulturero “D. Pedro López propone al
Ayuntamiento que no se cobren derechos a los pobres y que a todos se le
suministre la cal necesaria, que se pague de imprevistos y se cobre sólo a los
pudientes,” medida ya puesta en práctica con el anterior alcalde. Se acordó el
desdoble de las escuelas mixtas de primera enseñanza de la Longuera, la Cruz
Santa y la Zamora en dos unitarias de cada sexo y se dotó a las nuevas
resultantes. A falta de una sanidad universal y entidades de acción social
suficientes, las políticas sociales que se efectuaban desde años atrás por
Consistorios anteriores se prosiguen en este período, entre ellas; el pago de
la factura del coche de don Pedro Toste “por viajes de un pobre de la Pila a la
clínica del Dr. García Estrada”; el abono de “un litro de leche diario al pobre
E. García y la gestión de su ingreso en el Asilo de Ancianos de La Laguna”; o
compras de medicamentos para niños. En verano, se instó la poda de los nispoleros
de la Plaza Viera y Clavijo, “pues se robaban sus frutos y ocasionaban
destrozos”. Semanas después, el Ateneo Popular solicitó permiso para colocar en
la azotea de la Casa Consistorial la antena de la estación de radio de dicha
organización. Se aplicó la jornada de ocho horas y el descanso dominical a la
policía y subalternos municipales. Y se abonó la factura de don José García
Quintero por gastos de comestibles y vino comprados en su establecimiento para
las elecciones municipales.
El Ayuntamiento, acorde a su política laicista, decidió no
colaborar con la “Fiesta de Remedios” pero permitió las cantinas y el cobro de
sillas para sufragarla. Se retomó,
adaptándolo al nuevo régimen, el festejo de las mises celebrado durante la
visita del General Primo de Rivera, así “el día 21 se celebrará el homenaje a
la Nación, que saldrá de la Casa Consistorial con la bandera tricolor, seguida
de cincuenta señoritas ataviadas con los trajes típicos de las provincias
españolas y una banda de música que recorrerá las principales calles del
pueblo. En una tribuna de la Plaza Viera y Clavijo se pronunciarán discursos
por oradores de la isla y se leerán poesías”. Se recibió una nota del homenaje
a Viera y Clavijo en el Museo Canario de Las Palmas en el bicentenario de su
nacimiento. También se solicitó se “entreguen los sillones que están en la
Parroquia de Santiago que pertenecen al Ayuntamiento, [pues] deben traerse a la
Casa Consistorial ya que en esta hacen falta y en cambio en la Parroquia
sobran”, la presidencia prometió tratar el asunto.
Iniciada la secularización del Cementerio de San Agustín,
el Pleno propone adoptar los siguientes acuerdos: Tanto el camposanto viejo
como el nuevo, deberían denominarse Cementerio Municipal. La capilla existente
en el nuevo se convertiría en depósito de cadáveres, retirándose su crucifijo.
Las llaves de dicha necrópolis quedarían en poder de los subalternos municipales.
Para la admisión de los cadáveres sólo se exigiría la autorización judicial y
la clausura de la “chercha o cementerio protestante” ya que sólo podía existir
una clase de cementerio. Se acordó aprobar las primeras propuestas, las dos últimas
se modificarían colocando en el recinto una inscripción que dijera: “Cementerio
Municipal Clausurado dejándolo tal como se hallaba”. Nuevamente surge la
polémica de los sillones, pues “ya no se necesitan en la Parroquia puesto que
ni el Ayuntamiento ni el Juzgado asisten con carácter oficial por estar
prohibido. Era procedente traerlos a la Casa Consistorial”, pero don Pedro
Acevedo argumentó que la mayoría de los vecinos deseaban que permanecieran allí
por lo que debía respetarse y solicitó regalárselos a la Parroquia.
Un rotativo insular
inserta el “Programa Fiestas del Realejo Alto: Día 19, Gran Baile en el casino
Viera y Clavijo como principio de las Fiestas. Día 20, Función Religiosa por la
mañana con sermón, a las 15:00 Concierto de la Banda del Realejo Bajo en la
Plaza Viera y Clavijo, a las 17:00 Concurso de parrandas. A las 20:00 Procesión
por el recorrido de costumbre con la imagen de Ntra. Sra. de los Remedios y a
las 22:00 Paseo, música, concursos y fuegos artificiales. Día 21. Actos
Religiosos, concurso de música y carrera de caballos. A las 16:00 Fiesta del
Arte en homenaje a la Nación y manifestación con la bandera tricolor y las
cincuenta señoritas. Tribuna con oradores y poetas. A las 20:00 Verbena
amenizada por la “Jazz Band”. Los actos
conmemorativos de don José Viera y Clavijo culminarían con una función
religiosa en la Parroquia de Santiago, depositándose una corona de flores ante
su monumento. Finalmente, el Consistorio recibe a los miembros de la citada
asociación cultural canaria.
El año 1932 comienza con la prohibición de algunas de las
Fiestas de la Cruz por ser costosas, “ya que vienen forasteros que no
contribuyen a ellas”, se sugiere unificarlas el 3 de mayo o el domingo
siguiente, propuesta que es aceptada. La petición que propone que el
Ayuntamiento compre la obra “Noticias de la vida y obra de Viera y Clavijo” de
Batllori, se rechazó por no existir presupuesto siendo necesario esa partida
para aguas y escuelas. De las actividades políticas reseñamos que en los “actos
de propaganda organizados por el Partido de Acción Popular Agraria, hará la
presentación el joven Guillermo Camacho”.
En el mismo mes el
pleno recoge lo siguiente: “lamenta del inicuo atropello de que ha sido víctima
el párroco de Santiago, al colocársele en la puerta de la Casa Rectoral,
excrementos humanos, hecho tan grosero y puerco que repugna en un pueblo que se
precie de decente y limpio, por lo que el Ayuntamiento condena tan vil hecho”.
Se inician los trámites para abrir una biblioteca en el pueblo “donde la juventud
pueda leer diariamente”. En el Pleno se preguntó porque se admitían enfermos
pobres del Realejo Bajo siendo este otro municipio, en el Hospital Casa de
Socorro de este pueblo. Se notificó a su Ayuntamiento, que los enfermos
menesterosos de dicho pueblo se podrían admitir en dicho centro, siempre que su
Corporación contribuyese a su funcionamiento. En ese mismo Pleno y en muestra
del avance de la política sanitaria, un activo “concejal ruega se adquiera para
la sala de autopsias dos bancos, dos pares de guantes y unas batas, por
considerar de urgente necesidad dichos artículos”. También hay que destacar en
esa sesión la queja formulada por el vocero: “Avisan para dar sepultura a los
fallecidos a las seis de la tarde, cuando traen el entierro, por lo que ruego
se ponga un edicto que deben avisar al sepulturero al tiempo que al Juzgado”
En 1933 se ordena a la guardia municipal hacer ronda
nocturna en la plaza Viera y Clavijo para impedir el escándalo que
frecuentemente se promovía. Además, “se dio lectura a un crédito del Sr.
Presidente de la Mancomunidad Interinsular de Tenerife, pidiendo a esta
Corporación abra una suscripción pública para cooperar a los gastos de la
bandera que donará esta provincia al crucero de la Armada Española Canarias y
que se contribuya con alguna cantidad de los fondos del municipio”, fue
aprobada por el Pleno con cargo a la partida de imprevistos. En referencia a la
filiación política se especifica “que hay tres minorías: Una Radical con seis
concejales, otra Socialista con tres concejales y otra Independiente con cuatro
y uno de los concejales ha manifestado no tener filiación política”. Además, “la Presidencia expuso que, para
formar con más exactitud el Alistamiento de este pueblo para 1934, se pida al
párroco de Santiago la lista de los individuos que fueron bautizados en el año
1913 y como dicho Señor no tiene sueldo alguno, era procedente concederle una
gratificación”, aprobándose la propuesta. Tras el cese del primer edil, asume
la alcaldía don Manuel Hernández Pérez.
A comienzos del año siguiente, se acuerda “dejar sobre la
mesa, teniendo en cuenta la difícil situación económica del municipio, el
escrito presentado por Bonent en que pide cooperación para la obra Fontes Rerum
Canarium”. Este conflictivo año queda marcado por la Revolución de Asturias,
con motivo de la entrada de tres ministros de la CEDA, la clausura “por
negativa al pago del agua que se consume en el local donde está instalada la
Agrupación Socialista, para evitar perjuicios al erario público. También se
había ordenado retirar de la azotea de las Casas Consistoriales la antena que
para el funcionamiento de la radio de dicha sociedad que se había colocado
mediante un palo antiestético, ya que de tal sociedad había partido la
dirección del movimiento huelguista, que hubo en este pueblo” y el solemne
funeral por las víctimas de la referida revuelta en la Parroquia de Santiago,
al que asisten las autoridades municipales y numerosa feligresía. Este periodo finaliza con la noticia feliz de
la adjudicación del primer tramo de la carretera de la Guancha que ascendía a
680.000 pesetas.
Unos días después, “la directora del Asilo de Desamparados
sito en Gracia visitó el Ayuntamiento, pues en 1929 giró a la comisión
encargada de la construcción de un monumento a la ex-reina Dña. María Cristina
la cantidad de cien pesetas, (...) habida cuenta de la misión de caridad
pública que ejercía dicho asilo, el cual fue víctima en abril último de la
explosión de un petardo que ocasionó en el mismo diversos daños, se acordó por
unanimidad se autorice para hacer entrega de la referida cantidad a la
directora del asilo.” En 1935 se organiza la suscripción para la compra de la
bandera del crucero Canarias y la celebración de los actos de “Eclessia et
Patria”.
Retomada la alcaldía efímeramente por don Manuel Espinosa,
es destituido por el Gobierno Civil que nombra una comisión gestora de la que
es nombrado presidente don Francisco Morales Molina. A su llegada, y respecto al
“acuerdo adoptado a cerca de la permanencia de varios sillones de este
Ayuntamiento en la parroquia del este pueblo, el concejal Sr. Hernández García
propuso sobre dicho particular y así se aprobó por unanimidad dejar dicho
asunto sobre la mesa a estudio de la Corporación”. En mayo, “se oficia al Sr. Párroco de la
Iglesia Parroquial de Santiago para que entregue al Ayuntamiento los sillones
que el Ayuntamiento tiene en dicha iglesia, para colocarlos en el Salón de
Actos de estas Casas Consistoriales”. Por orden de la Presidencia se dio
lectura a un oficio del alcalde de Buenavista del Norte, contra la colocación
por el General Francisco Franco de una ametralladora en el Puerto de la Cruz
durante la manifestación sindical del 1º de mayo, solicitándose al Gobierno
Civil su inmediata destitución. La corporación realejera se adhiere a la
propuesta y telegrafía al Gobierno Civil en los términos expresados por la
corporación norteña. A este hecho se añade la enérgica protesta de 3 de mayo de
1936, contra dicho Capitán General por “el ayuntamiento de Realejo Alto, que hizo
constar en acta su profundo disgusto por la presencia de Franco en la
Comandancia General de Canarias”. El cual fue mal recibido en las islas,
amonestado por varios ayuntamientos por ocupar ese cargo entre ellos el
realejero. Algunos autores y fuentes
orales aventuran que fue declarado por el Consistorio Realejero “persona non
grata”, pero no existe documentación oficial al respecto. Otra amonestación
acaecida en estas fechas, fue la sufrida por el párroco don Carlos Delgado,
pues “la primera autoridad ha impuesto una multa de 250 pesetas al cura párroco
del Realejo Alto, por haberse proferido gritos subversivos durante una
procesión celebrada en aquel pueblo.”
En verano, “don Antonio G. Hernández expuso que debía
prohibirse los repiques de campanas [desde la torre de Santiago Apóstol] sin el
correspondiente permiso, a excepción de casos de incendio. El Sr. Martín Ganzo
hizo iguales manifestaciones. La Presidencia y don Eliseo Marrero expresaron
que únicamente debía rogarse que durante la celebración de sesiones municipales
no se repique, para que no se interrumpa el acto entendiendo también que el
asunto debía tratarse en otra sesión”. El 12 de julio de 1936 se toma la última
medida de esta alcaldía: “se acordó oficiar a Doña Magdalena López para que levante
un muro entre el camino y el estanque que tiene en el Toscal, para evitar el
peligro que ofrece a los niños que pasan por dicho camino”. El final de la
segunda experiencia republicana en el Realejo Alto acaeció nueve días después,
al nombrarse una comisión gestora de la corporación municipal por el Comandante
de la Guardia Civil de Puerto de la Cruz, que destituyó a don Francisco
Morales.
Una nota en la tapa posterior del libro 8º de Actas de
Pleno reza: “en las Casas Consistoriales de Realejo Alto a 12 de agosto de
1936, siendo la hora de las doce, presente el Sr. Teniente de Asalto D. Esteban
Company Rivera, por delegación del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la Provincia,
manifestó que quedaba destituido el actual Ayuntamiento, nombrándose en su sustitución
una comisión gestora presidida por D. Manuel Hernández Pérez y los gestores (…)
no habiendo más asuntos a tratar (…) yo el infrascrito Secretario certifico
Luis Carreño y Ghirlanda.”
Finalizamos estas letras con la siguiente reflexión: Juzgar
peyorativamente la conducta de los personajes o los hechos aquí citados, no ha
estado nunca en nuestro empeño investigador y divulgativo.
Agradecimientos: A las diversas fuentes orales y a todos
aquellos que nos brindaron su desinteresada ayuda y opinión, especialmente a
don Severiano Hernández, archivero municipal.
Fotografías:
1º Don Francisco Morales (detrás a la izquierda) último
alcalde republicano de Realejo Alto. Foto: Venus e Inés Morales Vinuesa.
2º Don Carlos Delgado y Delgado párroco de Santiago desde
1928 a 1948. Foto: Parroquia de Santiago de Los Realejos.
3º Don Manuel Hernández Pérez alcalde del Realejo Alto.
Foto: Celia Hernández Rodríguez.
4º Vista de las Casas Consistoriales del Realejo Alto desde
la torre de Santiago. Foto: Archivo Municipal Los Realejos.
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