Pedro Ángel González Delgado
Cuatro años estuvieron los socialistas en el Puerto de la
Cruz, comandados por Marco - sin ese - González, así como los asamblearios de
la marca blanca de Podemos en la ciudad turística, cacareando lo que ellos
podrían hacer con el presupuesto municipal y, cómo no, lo mal que lo hacían los
de “las derechas”, que llamaban. Una vez aupados a la poltrona municipal,
comenzaron las entrevistas hablando de las referidas previsiones de ingresos y
gastos con los que iban a realizar una política progresista, término
desconocido en los manuales de economía política, pero que repiten hasta la
saciedad.
Numerosos comunicados de prensa y casi infinitas
publicaciones en las redes institucionales, anunciaban la llegada del
documento, como si de un mesías revelado se tratase. La expectación creada no
era siquiera superada por la ilusión de los niños al esperar los regalos de Sus
Majestades los Reyes Magos de Oriente, gracias a que su cuarta majestad, que
acompaña a los por todos conocidos Melchor, Gaspar y Baltasar, traería recogido
en las distintas partidas presupuestarias todas las soluciones a los males por
los de la izquierda denunciados durante cuatro años. Llenaron las alforjas
mediáticas hasta rebosar, pues todo el mundo debía conocer que, al fin, el
progreso llegaba a la ciudad.
Sin embargo, la desilusión al abrir el presente se ha hecho
patente. Todo se les ha ido al traste. Para este viaje no hacía falta tanta
alforja, ya que el documento salvador no deja de ser un triste corta y pega del
anterior, continuista en lo sustancial pero, empeorando lo que se podría
mejorar, y dejando peor lo que ya estaba bien.
Todo el humo se ha esfumado y como la niebla que se disipa,
deja ver que la plasmación de lo que debiera ser un proyecto político, no es
más que una pose para las fotos. Ante la evidencia, la culpa es de los
anteriores, y por eso el presupuesto dicen que no es “disruptivo”, que es
“prudente” y “conservador”, olvidando, cual anamnesia selectiva, todo aquello
que vociferaban contra los presupuestos
aprobados en el mandato pasado. ¡Qué bonito les quedó! Ahora, todo lo que tan
elocuentemente propagaban se les ha quedado en unas vacías pero infladas
alforjas: “no disruptivos” y “progresistas”, y para ello no dudan en utilizar
el “cristal progre”, porque será bueno o malo dependiendo del lado del que se
mire. Si es por la cara izquierda, todo es de color de rosa, mientras por la
derecha, cómo no, gris.
El humo que vende la izquierda siempre es blanco y hasta
necesario. Sin él no conseguirían el propósito que justifica sus medios,
alcanzar las cuotas de poder necesarias para implantar un sistema comunista en
el que el pensamiento oficial se imponga sobre la libertad individual. Para
ello se hace necesario edulcorarlo, para que no produzca rechazo, y se
introduzca de forma sibilina en todos los rincones de nuestra sociedad. Se hace
necesario para conseguir su objetivo la defensa a ultranza, en los medios de
comunicación, de determinadas causas. Muestra de ello es el cambio climático.
El gobierno socialcomunista portuense no podía ser menos y, de esa forma, su
primera propuesta institucional fue la declaración de emergencia climática.
¡Qué bonito les quedó! Luego, ya se quedan como ecologistas de maceta, porque
cumplir el principio rector impuesto en este mandato de políticas dirigidas a
la conservación del medio ambiente se limita a la creación de un foro para dieciocho
personas, de las cuales, diecisiete son políticas y, quizá, hasta todas.
Ahora bien, hechos los anuncios mediáticos
correspondientes, y la autoproclamación de los nuevos “Greta” como defensores
del medio ambiente municipal, ya no reparan en organizar unas carreras de
“monster machines” y de lanzar confeti en todas las fiestas, como si le quema
de gasoil y la tala de árboles para que vuelen los papeles fueren los mejores
amigos del medio ambiente. Tomada ya la necesaria fotografía con la bonita
sonrisa de plano corto del foro para que no se vea que está vacío, ya se pueden
aprobar unos presupuestos en los que hay cero euros para energías renovables y
para las mejoras de los aliviaderos, y todavía se preguntan los motivos que
llevó a la oposición a pretender quitar algo de los quinientos mil euros del
plan de fiestas para estas políticas imprescindibles para el cuidado del medio
ambiente. Pero … ¿cómo se va a quedar la ciudad sin fiesta del flotador? Ya lo
del plástico lo dejan para otro día.
El que en nuestros días rige los destinos de la ciudad, al
líder del marxismo en el municipio, se le ha olvidado todo lo que dijo para
llegar al cielo del poder. Ya no hace falta presupuestos participativos en los
que se cogobierne con la ciudadanía. El plan de choque global para los barrios
del municipio se quedó en un coche con la realidad que no era el plan, pues la
partida necesaria para ello la han reducido en más de seiscientos mil euros. No
vaya a ser que no haya fondos necesarios para la algarabía. Por olvidarse, se
han dejado atrás hasta su propuesta estrella de inventar la concejalía de
identidad - no idiosincracia, que ellos son más totalitarios - portuense. La
distracción llegó hasta el punto que ni le crearon la partida económica
necesaria para ponerla en funcionamiento. Ni un céntimo tan siquiera para las
tarjetas de visita del concejal de la misma. Pero no pasa nada. No hay rubor en
afirmar que se ha incrementado significativamente el presupuesto en políticas
de igualdad, y luego resulta que ese aumento del que se vanaglorian asciende al
0,034 % del presupuesto con respecto al del año inmediatamente anterior. De esa
forma, un sinfín de despropósitos unos detrás de otro, pero no importa, PSOE y
ACP/Podemos conforman un gobierno nuevo, joven y, podríamos decir, hasta bello.
Nos decía Goethe que la inteligencia y el sentido común se
abren paso con pocos artificios. Acaso habría que preguntarse qué es lo que más
se divisa hoy en día.
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