Lorenzo de Ara
Vaya por delante mi respeto inquebrantable hacia la
Monarquía. Pero como hombre libre preguntó: ¿qué margen de maniobra tiene
nuestro rey ante unas horas que son dramáticas para España?
Sánchez es enemigo de España. Enemigo de la libertad, la
concordia, la paz, el progreso. Enemigo de la Monarquía.
Él manda. ¿Y nuestro Rey?
¿Es que estas no son horas tan amargas y difíciles para
España como las que vivimos el 3 de Octubre de 2017?
Las palabras del Rey son hoy más necesarias para la
supervivencia de España que las pronunciadas durante aquellos terribles días.
¿Puede el Rey hablar? ¿Está secuestrado? ¿Va camino de Cartagena?
El golpe de Estado perpetrado desde la Moncloa nos obliga
(a todos) a ser patriotas. Pero patriotas de verdad. No caben los patriotas
acomodados en redacciones de periódicos, palacetes, despachos personales (mi
caso), etc.
Hoy, ya. Un minuto más tarde será el fracaso de España.
No vale el “Discusionismo kafkiano” (Juan Manuel de Prada
dixit).
El tirano y enloquecido secretario general del psoe en su
perorata de hoy ha vuelto a hacer lo que mejor sabe ejecutar desde que se hizo
con el control absoluto de Ferraz y de lo que todavía se llama España. Mentir.
Hace unos cuantos meses Unidad Podemos le quitaba el sueño. Ya no. Hace menos
tiempo, el enemigo número uno de la democracia se maquillaba para decirnos que
hacían falta nuevas leyes para guerrear contra el cochino independentismo. Hoy
tiene firmado un acuerdo con los delincuentes golpistas.
Ese mismo Sánchez, poseído por un demonio llamado odio
hacia lo español, se atreve a proclamar como bien común la superación de la
judialización de la política, o lo que ahora llaman conflicto político. Si se
sale con la suya, la ley será liquidada en beneficio del violento golpismo
catalán y vasco. Porque no hay que olvidar al PNV y HB Bildu.
Mientras tanto, tú yo, todavía con ojos, todavía libres,
pero perseguidos y mañana encarcelaos y liquidados (seguramente), vemos como el
actual ministro del Interior en funciones, un tal Marlaska, apuesta por
desaparecer, ridiculizando su figura y convirtiéndose en el brazo armado del
objetivo irrenunciable de Sánchez.
Leer a Juan Manuel de Prada debería bastar para entender lo
que está ocurriendo en España: “…han sustituido la deliberación aristotélica
por el «diálogo», en el que no hay amistad entre las partes, que sólo miran
taimadamente el modo de engañarse y timarse mutuamente; en el que tampoco hay
unidad de mente, pues ninguna de las partes reconoce un «orden del ser», sino que
buscan que prevalezcan sus opiniones fantasiosas o su mera voluntad de poder
(como le sucede al doctor Sánchez, que no tiene otra opinión sino el apego a la
poltrona); y en el que no hay, en fin, la «justicia política», pues cada parte
no quiere lo que le corresponde, sino los cuernos de la luna.”
El tirano bananero del psoe ha dicho que es bueno poner en
marcha “cordones sanitarios” ideológicos, y al decirlo le faltó bajarse de la
tribuna y escupir en el rostro de Abascal, Casado y Arrimadas. Pero ese cordón
sanitario ideológico no afectaría a ERC, PDeCAT, CUP o Bildu. Sánchez nos pone
en el centro de la diana. Si eres español, constitucionalista, persona de bien
y no votas al tirano, tus días en libertad pueden estar contados.
España o lo que quede de ella, tendrá a Sánchez arrodillado
ante ERC, PNV y Bildu.
O nos partimos la cara defendiendo lo nuestro, o es que en
verdad merecemos el infierno que ya está aquí.
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