Evaristo Fuentes Melién
Se cumplen ahora cien años del nacimiento de Federico
Fellini (1920-1993), uno de los mejores cineastas italiano a lo largo de toda
la historia del Cine con mayúsculas. Quiero pergeñar unas líneas en honor de su
recuerdo.
Fellini supo transitar al filo de “La fina línea que separa
la realidad de lo sueños”. Mencionemos
algunas de sus inolvidables películas: ‘Las noches de Cabiria’, con Giulietta
Masina de actriz principal, ejerciendo de prostituta por los arrabales de la
Ciudad Eterna; ‘La Dulce Vita’, con Maestroianni y una monumental Anita Ekberg
bañándose en la Fontana de Trevi; ‘Amarcord’, con una escena que marca un hito
en la historia erótica del cine universal: una mujerona de tetas enormes, da
satisfacción de succión a un adolescente quinceañero…; y por no extenderme, al lado contrario
argumental, citemos la ridiculización de un desfile de monjas, un desfile de
modelos, con sus tocas de alas voladores , que los más viejos del lugar
recordamos también en nuestros pueblos.
En fin, no encuentro un comentario adecuado superlativo
para tanta fantasía. Fellini, que dirigió también un filme titulado ‘Ocho y
medio’, merece la calificación de un diez sobre diez, y cum laude en el oficio
de cineasta.
Espectador
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