Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

martes, 13 de marzo de 2018

¿XI O NO?

Evaristo Fuentes Melián

Dos importantes temas contrapuestos de la política mundial han destacado últimamente: las elecciones en Colombia, donde se ha confirmado como partido político lo que antes eran las FARC, los terroristas guerrilleros colombianos que durante medio siglo sembraron el odio, la discordia y la muerte en su país. Valgan verdades, hace un par de años, el papa Francisco y Raúl Castro se reunieron en La Habana con representantes del gobierno colombiano y de las FARC,  y ahí empezó a pergeñarse este <happy end>  que ahora  comentamos.

El otro tema, por el contrario, es la elección en la China de Xi Jinping, que con su nombre ¿de pila? monosilábico se perpetúa en el poder hasta que le venga en gana o, como en un feliz matrimonio, hasta que la muerte los separe… A Xi le  votaron con un Sí afirmativo casi tres mil diputados,  y  solamente hubo dos votos No y tres en blanco. 

Se puede conjeturar, entre bromas y veras, que esos cinco votantes disidentes, a partir de ahora deben andarse con cuidado. Aunque fuera votación secreta, seguramente se reflejó en su semblante, con su tez paliducha ‘per se’, más blancuzca y preocupada que nunca por su atrevimiento.

Esta votación tan formal y uniformada en China, me recuerda al menos dos casos que vivimos en España: en 1966, con Franco vivito y coleando, una gran mayoría votó en referéndum a favor de la monarquía, más tarde personificada en Juan Carlos I a título de Rey.  Pero hubo no obstante individuos que conozco y todavía viven, que se atrevieron a votar No. Aunque la papeleta la llevaban totalmente oculta, se les notaba al acercarse a la urna, que iban con el miedo reflejado en el rostro, algo acongojados…

El otro caso que recuerdo, fue ya con Franco bajo la pesada losa del Valle de los Caídos. En una de las primeras votaciones en “esta democracia de que estamos gozando en la España de ahora”  (frase hecha), los sobres repartidos por uno de los dos partidos—valga la redundancia-- de este casi eterno bipartidismo de que hemos disfrutado hasta ahora, eran algo más oscuros en su color sepia que los del otro partido principal oponente.  Pues bien: un fulano que conozco, para que no se supieran a quién estaba votando, cogió su papeleta favorita, la metió en el sobre del partido contrario y la depositó en la urna. Como aquí nos conocemos todos, los que estaban en la mesa correspondiente, se sorprendieron de lo que en apariencia estaba votando esta persona, de tendencia política muy conocida por la vecindad.

Espectador

No hay comentarios:

Publicar un comentario