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sábado, 24 de marzo de 2018

ENCABRONAMIENTO


Lorenzo de Ara

¿Puede la política del Puerto de la Cruz estar metida en una sucia oquedad de sinvergüencería y taimados embustes? ¿No existe en el gobierno actual un mínimo de sentido común que sirva para aceptar sin enajenación de ningún tipo que a poco que se consuma el disparate y se apueste por el deleite de la ensoñación, otros que jamás han hecho nada bueno sacarán tajada del trabajo realizado? Las proezas imperiales en el municipalismo no sirven de nada. Quiero decir que, si los actuales gobernantes persisten en poner el yo por delante, en no dejarse aconsejar lo más mínimo ante comportamientos erráticos y modales hirientes, de nada habrá servido el excelente periodo en la alcaldía de Lope Afonso. Nada positivo conseguirá el centro derecha portuense si algunos ediles mantienen firme el propósito de continuar andando por los caminos polvorientos de la soberbia. Podría dar nombres, pero no quiero perder amistades y, menos aún, tener que enterrar una carrera política que podría ser brillante en el Puerto de la Cruz.

No veo al alcalde portuense hace algún tiempo. Sé que está ahí. A veces ordena pasar la llave de su despacho para que nadie, absolutamente nadie se atreva a molestarle. Gestionar es la palabra. Hace bien. Lope Afonso es tan buena persona que, si un día se pone de mal humor, los que están a su lado dudan de que en realidad lo esté. Ejerce el liderazgo como el que está experimentado la tortura china. No quiere vivir bajo el foco permanente. Otros gustan de ese foco. Otros quieren ser el foco. ¡Son los más peligrosos en el gobierno local!


Mi encabronamiento está más que justificado. No me gusta para nada lo que observo en el socio de gobierno del PP. Hablo de Coalición Canaria. No me gusta que un partido político que conoce a la perfección lo que es la responsabilidad de gobernar y también lo que difícil que resulta la travesía por el desierto, esté hoy jugando a la ruleta rusa. Encabronamiento porque hay otros en el consistorio que van a tener la oportunidad de aposentar el culo en el gobierno, y ciertamente sin haber movido un dedo para merecer el inmenso regalo.

CC se la juega. Chamuscados pueden salir los que están a día de hoy jugando con fuego. ¿Son pirómanos? Carlos Alonso adelantó en mi entrevista en Gente Radio que para él Diana Mora es una perfecta candidata en el Puerto de la Cruz. ¿Y qué? Como si dice que Juan Carlos Marrero es una buena opción para dirigir el partido local y estar con él en el Cabildo. Como si apuesta por Sandra Rodríguez como una mujer muy válida para mejorar aún más la acción cultural desde el Cabildo. Ya sé que ni Marrero ni Rodríguez imaginan la vida política más allá del Puerto de la Cruz. Pero hay que tener muy presente que Carlos Alonso no quita ni pone. Habla y opina con libertad. Punto.


En CC hay un riesgo cierto de terminar como en Los Realejos. ¿Marrero y Rodríguez lo saben? Y si lo saben, ¿cabe entonces la generosidad, la paz?

Por el contrario, si en el PP (hasta hay días en que dudo que Lope tenga ganas de repetir) persiste el aislacionismo en algunos de sus componentes, y si en CC la guerra antropofágica no termina, ciertamente el PSOE, con un suelo importante de votos en la ciudad, sacará provecho legítimamente de esta merienda de negros.  El PSOE sabe pescar en río revuelto. ¿Quién lo duda?

El Gobierno actual, en colaboración estrecha con el Cabildo, pero bajo las órdenes de Lope Afonso, no de Carlos Alonso, ha hecho posible que se inicie el periodo del cambio anhelado. Tirar por la borda lo conseguido por culpa del gatuperio en CC o por actitudes infantiles pero maleducadas en el PP, sería un error imperdonable para los dos partidos.

Quien siga poniendo el yo por delante a los intereses de la ciudad no merece figurar en las elecciones de 2019.

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