Jerónimo David
Álvarez García
Publicado en La Prensa-EL DÍA, el
24 de febrero de 2018
La España de la Restauración (1874-1931) con su
peculiar sistema político, económico y social nos legó el Caciquismo, como entramado
de relaciones humanas del momento.[1] Este
régimen político extralegal actuaba en reducidos grupos, con control personal
sobre los órganos de gobierno y administrativos, disponía de los votos de su
clientela y actuaba con personalidades influyentes.
De
la vida política finisecular debemos subrayar la aprobación de los nuevos
aranceles proteccionistas, con los que el gobierno de Antonio Cánovas da un
giro a la política económica de los liberales.
El político malagueño sería el artífice de la Restauración Borbónica en acuerdo
con los moderados. Redactó la Constitución de 1876 y fue protagonista,
junto a Sagasta, de la política española en el último cuarto de siglo. Intentó
anular al Ejército de la vida política y no pudo sofocar las revueltas cubanas,
ni dar pleno sentido al parlamentarismo, dominado por el Caciquismo citado. La
económica del país se consolida desde América con “los capitales enviados
que se canalizaron en diversas inversiones, entre las que destacan
principalmente la adquisición de fincas rústicas y urbanas, seguido de la
realización de préstamos hipotecarios, la promoción y participación en
actividades comerciales o industriales y la adquisición de valores financieros.”[2] El
rígido sistema político de la Restauración solo permitía la alternancia de dos
partidos: Liberales y Conservadores, mientras, las huelgas industriales del
norte de España, los alzamientos campesinos en Andalucía y las acciones socialistas y anarquistas, cierran el ambiente de
conflictividad. En 1891 se crea la Unió Catalanista y durante esa década Sabino
Arana convirtió los fueros en el símbolo de la soberanía vasca. Esta España de
17,5 millones de almas, quedaría retratada en Pequeñeces, obra del padre
Coloma[3] que
constituye una sátira a la sociedad madrileña del reinado de Amadeo I.
Canarias
se enmarca en ese contexto político-social y personificado en el grancanario
Fernando León y Castillo, diputado, ministro, embajador y partidario de la
división provincial, aspiración que no consiguió. Las islas asisten a su
reconversión agraria tras la crisis de la cochinilla de 1870; y el avance de la
economía es evidente con la creación de la Junta de Obras del Puerto de la Luz
de Gran Canaria. Mientras, la publicación de Cinco años de estancia en
Canarias de René Vernau,[4] es
otra muestra de los diversos trabajos
con los que viajeros europeos retrataron las Islas.
La vida cotidiana de
Realejo Alto queda plasmada en diversas fuentes; como ejemplo un esbozo: el
texto que nos legó Olivia Stone[5] tras visitar el municipio en 1883. La
viajera relata: “a las 8:15
de la mañana llegamos a Realejo Alto. Los dos Realejos -Alto y Bajo- realmente
forman un solo pueblo, largo continuo y desordenado, una calle más que otra
cosa, con un barranco entre los dos. Seguimos bajando por la calle, pendiente y
toscamente pavimentada, desde cuya parte alta se puede ver muy bien la iglesia,
la más antigua de la isla, construida en el lugar donde bautizaron a los reyes guanches.[6]
Lo que primero llama la atención es que posee un chapitel, el primero que he
visto en las Islas.” Reanuda la descripción del pueblo con observaciones
sobre la vestimenta de los vecinos y una detallada visión del interior del
templo (al que habían entrado para resguardarse de la lluvia). De esa
exposición destacan las líneas relativas a la talla de Nuestra Señora de los
Remedios y su fiesta de septiembre.[7] Tras
la lectura y admiración de los libros parroquiales, la viajera se despide de un
sacerdote,[8] con
el deseo que se efectúe la reforma necesaria en el templo.
La estructura social del municipio se constata con
múltiples nombres propios que cohesionan su entramado humano. Sin orden de
importancia, invocaremos como principales contribuyentes a pretéritos
realejeros como fueron: Miguel Chaves Albelo, Francisco García Oramas, Pedro
Rodríguez de la Sierra o Remedios Fregel Oramas, sin olvidar al influyente
Eliseo González Espínola, a quien se retomará al finalizar. El devenir de la
realidad finisecular en Realejo Alto queda fielmente documentado en las actas
de su Ayuntamiento; iniciamos a su estudio.
El año 1890 había finalizado con la alcaldía de
Estanislao Fragoso García.[9] En las actas de enero siguiente se constata
nuevamente[10] su
presidencia, mientras la secretaría es ostentada por Domingo Suárez.[11]
Junto a estos cargos, en sesión del 4 de enero de 1891, se relaciona a los
concejales: Juan Fernández y González, Vidal Torres, Felipe Hernández, Domingo Pérez González,
Juan González Estévez, Francisco López y Gonzalo Fernández. El acta del 8 de
enero establece la composición de la Junta Pericial de la Contribución
Territorial,[12]
para el bienio 1891-1893. La sesión del día 23 ejecuta los apremios,
por los cuales se inicia el cobro de créditos de la Hacienda Pública
liquidados, vencidos y no satisfechos, al
tiempo que se advierte de los impagos de la contribución territorial y de
numerosas cédulas personales[13]
Las juntas municipales aprueban el extracto de las sesiones celebradas
por el ayuntamiento, en el segundo trimestre, que se enviaran a la autoridad
competente para ser insertadas en el Boletín Oficial de la Provincia. El
mes de febrero comienza con el “llamamiento y declaratorio de
soldados de los mozos de reemplazo”, y en el acta del 15 de febrero se
retoman los temas de recaudación e impuestos. En la sesión del 22
de febrero Augusto Fernández comunica, que debido a su mal estado de salud,
renuncia a su cargo de apoderado municipal que había ostentado hasta el
momento, motivando que “para cobrar de la caja de la Provincia los intereses
del cuatro por ciento de las imposiciones intransferibles, que posee este
ayuntamiento en representación de los bienes de propios”, se nombre a
Eladio Alba.
En la sesión del 1
de marzo se confirma como recaudador municipal a Agustín Rodríguez Yumar y como
agente ejecutivo de los impuestos municipales a José Díaz González. También se
acredita el abono a la Jefatura de Montes del diez por ciento de los
efectos forestales (8 pesetas), para obtener la licencia y proveer al municipio
de horquetas para “levantar la vid” y proceder a su cultivo. Se examinó
el presupuesto “adicional” al ordinario vigente del ejercicio 1890-1891.
El acta del 15 de marzo, siempre bajo la presidencia de Estanislao Fragoso,
documenta la instrucción de los expedientes de mozos: en estos se da excepción
del servicio militar a varios jóvenes realejeros, los motivos son diversos, por
ser “hijo único de una madre pobre a quien mantiene”, mozo mal alistado
del quien no se registró su fallecimiento en 1873 o ser “hijo único de padre
pobre sexagenario”. Por último, en acta del 29 de marzo“se trajo a la
vista el pliego de condiciones bajo las cuales concede este ayuntamiento la
recaudación de los impuestos consumo y sal, repartimiento general y cédulas personales”.
El tema de las reclamaciones entre administraciones queda patente tras la
reunión de la Comisión Provincial: en su extracto de sesiones del día 6 presidida por Poggio, a la que concurren los
vocales Velázquez, Pineda, Febles, Leal, Rodríguez Pérez y Casabuena se acordó
proceder contra los Ayuntamientos de La Orotava, Vilaflor, La Victoria, La
Guancha, Realejo Alto y Bajo y Santiago, hasta que fuera efectiva su deuda con
el contingente provincial.[14
Los
registros municipales del 12 de abril reflejan el Proyecto del
Presupuesto Ordinario para 1891-1892. Del texto se deduce el capítulo de
gastos, que asciende a 17.672,53 pesetas, en tanto el activo desciende a
4.357,67 pesetas, generando un déficit de 13.314,86 pesetas. Estos números son
aprobados por unanimidad y se exponen al público durante quince días. En el
acta del 19
de abril se procede a la lectura del Censo de 1887, que refleja como la
población de derecho del pueblo suma los 3.816 habitantes y los electores 669.
La ley electoral divide el municipio en dos distritos: Pueblo y La Cruz Santa.
Al Pueblo corresponden: La Alhóndiga, Plaza de la iglesia, Calle del Medio,
Puente Abajo, Calle el Sol, Puente Arriba, Godínez, La Callita, Calle del Agua
y adyacentes de San Benito, La Fuente, El Horno, Toscas de Romero, barrio de
San Agustín y caseríos del Patronato, La Longuera, Méndez, El Burgado, La
Gorvorana, La Carrera y parte norte de La Montañeta. A La Cruz Santa
pertenecerán: dicho pago y el caserío de El Mocán, Los Pasos, La Garrota, La
Gañanía, Los Morales, La Piñera, La Cartaya, sur de La Montañeta, La Zamora, La
Florida, Placeres, Las Furnias, El Madroño, Palo Blanco, Lomo Incienso, La Hoya
de Pablo, La Treviña, El Viñátigo, Las Llanadas, El Mollero, Casa de Lugo, La
Ferruja, Los Tres Pinos y La Hoya de Farrais.
En
acta del día 23
leemos como la Comisión Provincial reclama al ayuntamiento, los pagos atrasados
del ejercicio (antes citados en la prensa regional). El Consistorio remite la
contabilidad demostrando que satisfizo esa cantidad y solicita la suspensión
del embargo al que está sometido: “toda vez que no es necesario esa medida
de rigor para que este ayuntamiento cumpla tan sagrado deber como promete
verificarlo en todo el próximo mes de mayo”. La sesión extraordinaria del
día 30 da cuenta como el Gobierno Civil concede el aprovechamiento forestal de “cien
latones”, librando de urgencia el diez por ciento del efecto. El primero de
mayo acaece el nombramiento de las personas que presidirán las mesas en
las elecciones de concejales: el alcalde preside la mesa del pueblo y el primer
teniente de alcalde Vicente González Hernández la de La Cruz Santa. El Boletín
Oficial de la Provincia advierte que los municipios de Realejo Alto, Santa
Brígida, Realejo Bajo y Pájara deben dar “cuenta del acuerdo de solicitar
autorización para gravar ciertos artículos”.[15]
En sesión del 17 de mayo se advierte que
“ha estado de manifiesto al público el padrón para la cobranza del impuesto
de cédulas personales” y se observan otras notas económicas e impositivas.
En el extracto de la sesión de la Comisión Provincial (...) del día 13, leemos
que la presidió el Sr. Poggio, (…) y leída y aprobada el acta de la sesión
anterior, se tomaron los acuerdos siguientes: (…) decir al ayuntamiento del
Realejo Alto que el contingente que le correspondió el presente año asciende a
4.127,67 pesetas, en lugar de las 3.800 que supone.[16] El acta del día 30 documenta que el
Ayuntamiento de La Orotava comunica la discusión y aprobación del presupuesto
de corrección pública de las cárceles de partido”. El consistorio
realejero debe designar un representante, por lo que nombra a Juan Padrón y
León, vecino de aquella villa. La fiscalía
de la Audiencia de Las Palmas publica la relación de los nuevos fiscales
municipales para el bienio 1891-1893: en el partido de La Orotava, para Realejo
Alto se designa a Agustín Chaves Albelo y para Realejo Bajo a Juan del Carmen
Pérez[17]
Al reanudar la lectura de las actas, vemos como el 14 de junio el alcalde
notifica, “que hallándose propagada en el vecino pueblo del Puerto de la
Cruz la epidemia variolosa,[18]
era en todo punto necesario, tomar toda clase de precauciones para que, caso de
que desgraciadamente este pueblo fuera invadido, no haya los terribles
estragos, que son consiguientes cuando las poblaciones están desaseadas”.
El dictamen del médico titular Manuel Pestano[19]
obliga a la vecindad a eliminar, asear y retirar focos de infección. En la
sesión del 21 de junio se discutió el “repartimiento del impuesto de
consumos del corriente año económico”, pues se había impuesto al municipio
por su incumplimiento, multa de 50 pesetas, designándose los pertinentes
peritos. Días después toman posesión los técnicos del impuesto de
consumo. En la sesión del día 28 se notifica un caso de viruela en la Casa
Higa, en la persona de Miguel González Cartaya. Se toman las medidas higiénicas
y alimenticias precisas y se advierte a los vecinos, (el municipio pagaría los
gastos de cuidado y alimentación del afectado).
El
uno de julio se produce la renovación parcial de concejales tras las
elecciones de mayo. En esa sesión es reelegido alcalde por mayoría absoluta de
concejales,[20]
Estanislao Fragoso. La relación de ediles prosigue con el primer teniente de
alcalde, Manuel González Fuentes, la segunda tenencia recae en Juan Fernández
González, como regidor síndico es designado Valentín Toste Estévez y regidor
interventor de la contabilidad, Vidal Torres Acosta,[21]
la lista finaliza con: Felipe Hernández González, Domingo Pérez González,
Benito Rodríguez González e Hilario de Ávila.[22] Debemos señalar que a la toma de posesión no
acude el concejal Ramón Hernández González, sin que justificara su ausencia.
Las sesiones ordinarias se fijan los domingos, “después de la misa mayor.” Asimismo,
se establecen las comisiones
permanentes: 1º Presupuesto y Contabilidad, 2º Instrucción Pública, Sanidad y
Policía Urbana y Rural, 3º (sin denominación), 4º Caminos vecinales, montes, aguas y Policía de Abasto.
A lo redactado se añade la relación de los alcaldes pedáneos, a saber: por La
Cruz Santa, Gabriel de León Álvarez; para la zona alta de Las Rosas, Celestino
Chaves Luis y por La Carrera, Domingo Hernández Febles. También es designado
secretario, Benito Vasconcelos Olivero[23]
y depositario Pedro González Luis. Es confirmado como médico titular Manuel
Pestano, guarda local Vicente Oramas y Chaves, auxiliar de guarda local,
Baldomero Oramas Hernández[24]
y portero del Ayuntamiento Juan Yanes González.[25]
Por último se cita al concejal no presentado, (el acta siguiente refleja su
toma de posesión y el motivo de incomparecencia, prueba de ello es que el día 5
renuncia por enfermedad). En acta del 22 de julio se registran temas
impositivos y económicos.
Asimismo,
en verano de la sesión del 2 de agosto, siempre bajo la presidencia de
Estanislao Fragoso, se recuerda que la Comisión Permanente de la Diputación
Provincial decreta embargo del cincuenta por ciento de los ingresos del
municipio, por las cantidades adeudadas a ese organismo. Se presenta la
contabilidad ante los concejales y se responde a la Comisión del error
existente, a juicio de la municipalidad, en las cantidades reclamadas. En la
siguiente sesión se notifica como Felipe Machado y Ascanio[26]
protesta por la imposición municipal a su finca de “Palo Blanco”; es citado con
los antiguos propietarios para comprobar in situ la demanda. De nuevo, en acta
del día 9 se reclama ante las autoridades económicas, por el excesivo
cupo asignado a algunos impuestos locales. Las restantes sesiones estivales
abordan variados asuntos locales, como el nombramiento de las juntas
municipales de sección territorial, industrial y no contribuyentes, la
resolución del litigio emprendido por el Sr. Machado y la instrucción de
numerosos expedientes de prófugos. Finaliza con septiembre, ahondando en las
temáticas económicas y las pugnas con la autoridad provincial.
El Boletín Oficial del 21 de
septiembre publica que en Realejo Alto[27] se
hallan en poder del recaudador las cédulas personales para que los interesados
procedan proveerse de ellas. Por el acta del 3 de octubre, con motivo
de los temporales e inundaciones acaecidos en Almería, Toledo y Valencia, se
insta a los vecinos a contribuir con la suscripción abierta para ese desastre.
A esta se suma el Consistorio, empleados municipales y las comisiones en
barrios y pagos del municipio que recaudan donativos. A final de mes se
ingresa en los organismos provinciales la tasa de aprovechamiento forestal.
Noviembre comienza con la solicitud formulada a Eliseo González Espínola,[28]
para que restituya al Ayuntamiento, los materiales y maderas de propiedad
municipal que obran en su poder, también se decretan arreglos de urgencia en la
carnicería. Finalmente, otra nota de la Comisión Provincial de su sesión del
día 18, advierte al Ayuntamiento realejero que no puede anularse el embargo, y
que la diferencia que existe entre lo que en sus presupuestos tiene consignado
y lo repartido por contingente de la provincia debe figurar en el adicional
próximo.[29]
Concluye
nuestro periplo por las actas municipales en diciembre, mes que se caracterizó
por los numerosos temas económicos e impositivos. En sesión del 27
de diciembre prosigue la pugna por los atrasos solicitados desde la Comisión
Provincial. El pleno solicita permiso a ese organismo para recaudar un nuevo impuesto, quien
se lo deniega, al tiempo que reitera la suspensión del embargo.[30] Quedan de
manifiesto las diferencias entre las administraciones local y regional: bien
por la interpretación o mero cumplimento de la legislación vigente o por la
lectura subjetiva de las diferentes facciones (partidarias u opuestas a la
división provincial). Por lo demás, de este estado de cosas se nutría la
cotidianidad local. Ese y otros antecedentes vistos en esta serie, evidencian
la evolución de su burguesía en el siglo XIX. Esta supuso la consolidación de
su base social, efecto que llega hasta la actualidad en las estructuras
sociológicas de su heredero histórico: Los Realejos. Este municipio queda
definido por sus vecinos de corte burgués, en gran número instruidos, que basan
su economía principalmente en el sector terciario, conformando una amplia clase
media. Por eso en los últimos años su posición y actividad hubieron de atraer
una importante población foránea.
[1] ÁLVAREZ GARCÍA, J. David, “Aproximación a
la vida cotidiana de Realejo Alto hacia 1890”, La Prensa-El Día, 17 de
enero de 2016. También remitimos a AA.VV, Los Realejos, Una Síntesis
Histórica.
[3] El cambio del Romanticismo al Realismo
supuso para las letras españolas un periodo de transición. De sus autores
citamos a Pedro A. de Alarcón, Juan Valera o Pérez Galdós y recordamos que don
Benito fue tío abuelo de Guillermo Camacho y Pérez-Galdós (1898-1995)
ínclito historiador realejero, autor de La Hacienda de los Príncipes o La
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Concepción de Realejo de Abajo; La
Iglesia de Santiago de Realejo Alto.
[4] René Vernau (1876-1938) fue un botánico y
antropólogo francés, viajó por Europa con fines científicos y visitó las Islas
entre 1884 y 1935, realizando diversas publicaciones sobre Canarias, como la
citada en el texto. Los viajeros
europeos no sólo dejaron constancia escrita, además nos legaron pinturas
como las hermanas Ella y Florence Du Cane o las fotografías del portugués Antonio Passaporte, (una de sus láminas
ilustra este trabajo). Agradecemos su
cesión a Mauricio Méndez Febles,
https://www.facebook.com/RINCONES.Y.MOMENTOS.DE.LOS.REALEJOS/
[5] STONE, OLIVIA. El Planeta Tenerife,
pp.330-333. Para profundizar en su biografía véase: GARCÍA PULIDO, Daniel. “Olivia
Stone: Aproximación a una biografía desconocida”. La Prensa-El Día. 15
de febrero de 2015.
[6] Obsérvese que desde esta época queda de
manifiesto la legendaria historia de la antigüedad y erección de la iglesia
[7] Si el lector deseara profundizar en el
estudio de ese culto (datado desde 1529 en Realejo Alto) y su fiesta
contemporánea, remitimos a ÁLVAREZ GARCÍA, Jerónimo David y LIMA ESTÉVEZ,
Javier en Las fiestas patronales de Realejo Alto en honor a Nuestra Señora
de Los Remedios: (1907-1959) y más recientemente a LORENZO LIMA, Juan A. y HERNÁNDEZ M., Josué,
(ed.), Remedios: testimonio devocional de Los Realejos.
[8] Ángel F. Barreda Hernández (1850-1918) fue
párroco de Santiago del Realejo (1878-1918). Si no se especifica lo contrario;
las biografías de los vecinos han sido extraídas de los registros municipales y
Juzgado de Los Realejos.
[9] Vecino de La Cruz Santa. Casó con Isabel
Zamora con quien procreó a Manuel y José Bernardo (emigrantes a Cuba) y en
segundas nupcias con Candelaria Armas García. Propietario, falleció viudo a los
70 años el 21.03.1901.
[10] Libro de Acuerdos de este Ayuntamiento del
año económico de 1890-1891. (06.07.1890-28.06.1891). Sign. 13/39. Cod. A.1.1.3.
Ilustre Ayuntamiento de Realejo Alto. Archivo Histórico Municipal de Los
Realejos. (A.H.M.R).
[11] Domingo Suárez Albelo (hijo de José Suárez
del Pino y María Albelo, naturales de Las Palmas), era natural de La Laguna y
casó con Juana Arocha y Casanueva con quien procreó a Celia, Eduvigis, Domingo,
Juana, Gaspar y Margarita Suárez Arocha. Domiciliado en el Puente Abajo, 4, falleció
el 05.04.1895 a los 54 años.
[12] MORENO BUENO, Tomás. Breve crónica de un
siglo de Catastro en España (1906-2002). De las funciones de este organismo
destacaba el deslinde y amojonamiento en presencia de los propietarios; con su
asistencia, firmaba y autorizaba el acta que recogía la actuación, archivada en
el Ayuntamiento causaba efectos jurídicos en el plazo de 3 meses si no existía
reclamación Cuando ocurrían desavenencias entre los propietarios, adoptaba la
traza del lindero en litigio. Además contribuía a la determinación de la
riqueza municipal mediante el producto de los rendimientos de cada masa de cultivo
imputando individualmente la riqueza. La Junta Pericial Municipal colaboraba
con el procedimiento para la obtención de datos donde intervenían el Catastro y
los vecinos, así como los representantes de los propietarios. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2725618 Consulta del día 08.01.2018.
[13] El precursor del Documento Nacional de
Identidad, tiene su regulación en el Real Decreto del Ministerio de la
Gobernación de 15 de febrero de 1854: se suprimen los pasaportes y
documentos que se expedían a viajeros y vecinos para libre tránsito en
territorio nacional. La Autoridad correspondiente facilitará a padres o cabezas
de familia una cédula de vecindad para sí y otra para cada individuo de su
familia con arreglo al padrón. Los viajeros deberán proveerse del documento y
presentarlo a la Autoridad. Los criados necesitarán cédula separada otorgada en
virtud de reclamación del amo si están sirviendo, y si no lo están en vista de
su padrón respectivo. Se abonará un real de vellón por las cédulas solicitadas,
cualquiera que sea su número. Se exceptúan del pago: a pobres de solemnidad,
peregrinos, braceros que no tengan más medio de
subsistencia que el jornal diario, obreros de mismo caso y las viudas y
huérfanos que solo posean pensión inferior a 1.500 reales. Los extranjeros
usarán sus pasaportes como cédula de vecindad. Estas se repartirán a domicilio
a los empadronados, por los dependientes de la Autoridad. Se renovarán en el
mes de enero de cada año, repartiéndose de la misma manera que ha quedado
expresado. La falta de cédula de vecindad será causa legal para la detención
del omiso y para la imposición de las multas o penas de los pueblos donde
reside y de pasaporte en los viajes que emprenda. Gaceta de Madrid, núm. 413,
p.1, viernes
17 de febrero de 1854. http://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1854/413/A00001-00001.pdf Consulta del día 08.01.2018.
[14] Diario de Tenerife, 20.03.1891, p.1.
BULL. Biblioteca de la Universidad de La Laguna. Este rotativo según se
advierte, se publicaba todos los días excepto los domingos y fiestas de gran
solemnidad.
[17] Boletín Oficial de Canarias, 19.06.1891, p.2.
En el partido judicial de La Orotava se nombra juez municipal, en el bienio
1891-93, a Tomás González y González por Realejo Alto. Diario de Tenerife, 17.06.1891,
p. 2. Jable, ULPGC
[18] La viruela, aunque más estacionada en el
tiempo, fue más agresiva que las pestes y afectó principalmente a los niños, lo
cual frenó el crecimiento de la población. En el siglo XVIII, la viruela mató a
60 millones de personas en Europa, principalmente menores. Las grandes
epidemias de esta enfermedad se erradicarían en el siglo siguiente. BARDET,
J.P. / DUPAQUIER, J. Historia de las poblaciones europeas, I y II.
[19] Casó con Mercedes Olivera. Su hija María
Pestano Olivera fue camarera de Nuestra Señora de los Remedios de Realejo Alto
y su hijo José Pestano, párroco de Nuestra Señora de la Concepción de Realejo
Bajo (1898-1903).
[20] La normativa municipal exigía que el concejal
“sepa leer y escribir, por ser el caso sexto de incapacidad para su
desempeño, según articulo cuarenta y tres”.
[21] Natural de Puerto de la Cruz y vecino de La
Carrera. Propietario, casó con Tomasa Pérez Hernández y en segundas nupcias con
Petra Estévez López, natural de Realejo Alto, con quien procreó a Petra, Vidal
y Martina. Falleció el 15.01.1915, a los 66 años. Su hija Petra Torres Estévez
casó con Dámaso Febles Pérez (hermano de José, Ignacio y Candelaria). Y su hijo
Vidal casó con Claudina Hernández Siverio, procreando entre otros, al chófer
Juan Torres Hernández (1930-2018), padre de la bibliotecaria Pilar Torres
García. Apostillamos, que queda pendiente de estudio la importante emigración
de vecinos de La Carrera hacia el casco de Realejo Alto a comienzos del siglo
XX.
[22] Natural de Realejo Alto, aparcero y
domiciliado en el Viñátigo. Casó con Jorgina Pérez Rodríguez y procrearon a
Cecilia, Antonia, Juana, Nicolás, Sebastián, Antonio, María y Pedro. Falleció
el 29.03.1896 a los 65 años.
[24] Vecino de la Calle del Medio, nació en 1853,
casó con María García León y procrearon a Dolores y María Oramas.
[25] El Padrón de habitantes de 1889 del
Ayuntamiento de Realejo Alto (A.H.M.R), lo censa en Calle de la Alhóndiga,
20
[26] Probablemente, hermano de Lorenzo Machado y
Ascanio (1804-1862) benefactor de la música en ambos Realejos
[28] Alcalde y terrateniente realejero, casó con
Mª Bonifacia de Zárate Morales, padres de doña Rosa Zárate, que vendió
el edificio del Colegio Nazaret al alcalde Miguel Cedrés, (las monjas
residieron en una vivienda de El Cantillo de la Calle del Medio unos meses,
hasta que se acondicionó el inmueble). Además, vendió a los médicos vascos Fernando
y Rodrigo Echagüe Cerrajería su vivienda. A su vez Julián Jiménez Falcón (padre
del ex-alcalde Evelio Jiménez Fregel), compró a su hermana Candelaria González
Zárate la casa familiar, sito en la actual Avenida Tres de Mayo.
[30] Libro donde toma sus acuerdos este ilustre
Ayuntamiento de Realejo Alto durante el año económico arriba expresado,
1891-1892. Libro de Actas (01.07.1891-26.06.1892). Sign. 13/40. Cod. A. 1.1.3 A.H.M.R
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