Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

sábado, 31 de marzo de 2018

HACER POLÍTICA MUNICIPAL: BRACEAR, BALDEAR


Lorenzo de Ara

La desnaturalización de la política es peligrosa. Sobre todo en el panorama municipal. Si damos por bueno el achabacanamiento formal de la cosa pública, entonces daremos por bueno que un partido político con sus protagonistas se despiece en una orgía sanguinolenta. Todo proyecto en común necesita de un liderazgo fuerte y a la vez generoso. La contumaz cultura del odio conduce a la ruina personal, pero también, inexorablemente, a la trivialización de las siglas políticas.

El Puerto de la Cruz es el municipio más importante del norte de Tenerife. Ya puede La Orotava promocionar todos y cada uno de sus encantos, que son, justo es decirlo, de los más valiosos de nuestra tierra; ya puede Los Realejos argumentar lo mismo, porque no es mentira que los atesora. Y de la misma manera, el conjunto de los pueblos que conforman la entrañable comarca en la que nos encontramos. Pero sin el Puerto de la Cruz,  sin la buena salud de la pequeña ciudad, los habitantes de esta parte de la Isla estarán condenados a sobrellevar tasas de paro elevadas, desigualdades sociales, así como el ninguneo de otras áreas geográficas.

Me lo dijo hace unas fechas Carlos Alonso. “El Puerto de la Cruz es muy importante para Tenerife. Importante para recomponer el equilibro de la Isla”. Y así es. Si hoy el motor económico y turístico de Tenerife es el sur (nunca lo será Santa Cruz), para que el resto de la geografía isleña no se precipite por el barranco de la pobreza, es esencial atender las demandas del Puerto de la Cruz.

¿Se está haciendo? No con la rapidez deseada. Pero la obviedad confirma que se están ejecutando los proyectos que tanto necesita la ciudad para liderar una comarca empobrecida, castigada por la crisis, y todavía con tasas de desempleo que abochornan.

Existe un cierto declive que vulgariza la política local. Ahí tenemos el grave problema que acecha. El crecimiento desmedido y siempre frívolo del yoísmo, hace inviable el futuro de partidos políticos. El corolario es una gran movilización dentro del partido político en busca de la venganza y de la destrucción del adversario, convertido en enemigo. Llegados a este punto, cabe hablar de enajenación en parte de la política local.

Menos mal que el PP portuense se está librando de caer en dichos males. También se agradece que no exista el alborozo entre los ediles del partido de Lope Afonso, al realizar el balance de la gestión de las áreas. Hay que saber mantener los pies en el suelo, y, a veces, no resulta sencillo aferrarse a la realidad, principalmente porque los estómagos agradecidos trasladan una visión del ambiente totalmente distorsionado. Así que el PP del Puerto de la Cruz debe mantenerse alejado de la euforia, pero también de no reproducir la  cochambre personalista que hoy enseña Coalición Canaria. Y que muchos  lamentamos, sinceramente.

Hacer política municipal es bracear contra la corriente. Baldear lo que estorba. Aprendan, señores. O lo perderán todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario