Teresa González
Tímida se escapó la mirada
entre las sombras de la noche
y cautelosa
escudriñó tu cuerpo
teñido de un negro misterioso
que adormecía tu ciudad interior.
No prometes nada en la mutación
cuando tu belleza se ha marchado
con la puesta de sol.
Y estás ahí…resignada
ante el gris espacio
de una fuerza
que se sumerge en tu cristalino cuerpo
para llenar de sombras
tu corazón…
Pero
¡despierta! ¡despierta ya!
laguna milenaria,
que los destellos de sol
vienen regalando un arcoíris
por el horizonte…
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