Lorenzo de Ara
Si estaban
ganadas. Las elecciones de Castilla y León. Ganadas, decían los genoveses del
PP. Un año después del anuncio hecho por Casado, la casa sigue habitada por los
errores y los horrores. Y por Casado, naturalmente.
Imagino a Casero
(el mejor hombre para portar el maletín nuclear) subiendo y bajando los pisos
de la sede. Para que luego digan que la democracia no tiene el culo cagado.
Pero si estaba
todo ganado y se disfrutaba de la campaña. ¿Entonces qué coño ha pasado? Yo no
lo sé. ¿Lo sabe usted? No lo digo yo, lo dice Ricardo F. Colmenero en El Mundo:
“El Partido Popular arrancó tan bien las elecciones que ya sólo podía
perderlas. Una semana más, y Tezanos clava hasta el escaño la victoria del
PSOE.”
Pobre partido que
odia a Ayuso y recurre a ella para salvar los muebles. Siquiera los muebles. El
lunes es 14, ¡vivan los enamorados!, PP y VOX buscarán el mejor sitio para
negociar. Arrumacos. ¿Y qué lugar puede ser ese? ¿La casa de la familia Adam?
¿El edificio Iders del Puerto de la Cruz? ¿La casa de los siete tejados”,
propiedad de mi querido amigo Nathaniel Hawthorne?
Quiero ser parte
fundamental del gobierno, Mañueco. Ya oigo a los de VOX pedir lo que en
justicia tienen derecho a reclamar. Y veo el encogimiento repentino de los
huevos del PP. Todo un espectáculo que va más allá de “Cerdos y Diamantes”.
A lo mejor las
encuestas se equivocan. A lo mejor llueve. A lo mejor el frío hace que el
votante se quede en casita. Y si, oh maldición, se vota poco y mal, entonces la
izquierda tiene posibilidades reales de quedarse con la región más extensa de
Europa. ¡Que aprenda Putin lo que es invadir!
El PP es como los
palestinos: nunca pierde una oportunidad para dejar escapar una oportunidad de
ganarle al psoe. Los palestinos están como están porque les encanta perder o
rechazar las oportunidades de paz ofrecidas por Israel. Es un pueblo, el
palestino (¿también el PP?) condenado a revivir el viaje a ninguna parte, con
el permiso de Fernando Fernán Gómez.
Y Pablo Pombo
escribe un maravilloso artículo en El Confidencial. Lleva por título: “El
sonido del trueno: las próximas 48 horas de Pablo Casado”. Recomiendo su
lectura más que comer. Pero tiene una dificultad para los peperos con
gastroenteritis intelectual. Es un K-8. Por eso me atreví a recordarle al autor
lo siguiente: “En la cúpula del PP (Egea, Casado, Casero) el texto publicado es
ilegible. No hay capacidad neuro (anal) para descifrar lo que en él se vierte.
Indescifrable ante el paso de los siglos. Para el resto de los mortales con
menos sapiencia política, qué se yo (Ayuso, Cayetana) la cosa está muy clara.
Pero en Génova (y hace un año que se despidieron de la sede, pero ahí siguen),
sólo leen obritas simplonas: "Ulises", "En busca del tiempo
perdido", "Rayuela", y sobre todo las obras completas de Faulkner.
Pero más allá de estos autores sin fondo, uf, lo de usted es como el monolito
de Kubrick para Egea, Casado y Casero.”
P.D.: No creo en
la máxima que dice que para salvar la democracia es necesario que haya más
democracia. ¿Para mejor información hacen falta más medios? Ni hablar. A lo
mejor una sana contracción de la democracia es la mejor opción para
salvaguardar los pilares del sistema. Hay demócratas, mi caso, que vemos que la
casa democrática con todas las puertas y ventanas abiertas es un peligro para
nosotros y una golosina para okupas y ladrones. Cerrar algunas puertas y
ventanas nos protege (palabra tabú) del peligro de quedar sin hogar
democrático. Las democracias son imperfectas, afortunadamente, pero lo que no
sabíamos es que quieren ser perfectas. Y por ahí sí que es verdad que no paso.
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