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viernes, 11 de febrero de 2022

¿AYUSO O CASERO? THAT IS THE CUESTION, PEPEROS.

Lorenzo de Ara

Permítanme, para enfado de alguno, que vuelva a poner en la cabeza de la política española a una mujer de bandera. Se llama Isabel Díaz Ayuso. ¿Perfecta? Perfecta es nuestra madre.

Después de la madre lo único perfecto es una novela de Arturo Pérez-Reverte, Fernando Aramburo, Ana Iris Simón, Javier Cerca, o una película de Tarrantino, Cuarón, Sorrentino Scorsese (la nueva peli de Spielberg, versión de un gran clásico, “West Side Story”, es técnicamente impecable, pero insufrible porque resulta pedante e innecesaria), el jazz de Monk, Coltrane y Miles David que, para una persona a la quiero más que a mi vida, es lo más de lo más con la trompeta. ¡Estas son perfecciones de la naturaleza! Pero aun no siendo perfecta, Isabel Díaz Ayuso no es, por ejemplo, el irritante y pagado de sí mismo Albert Rivera, cadáver político que vuelve a ser noticia porque en la empresa, bufete, lo tildan de baguete, aunque él lo niega. 

La presidenta madrileña dijo hace nada en la campaña de Castilla y León que ella prefiere un PP gobernando en solitario, pero si hay que pactar entiende la dirigente perseguida por Casado, Egea y más gente, que pactar con el partido de Ortega Lara es lo lógico. ¡Por supuesto!

Si el PP no consigue los votos necesarios para quitarse de encima el peso democrático de VOX, Mañueco y los prebostes de Génova 13 van a tener que llamar a la puerta de Ortega Lara.

¿O antes que un pacto con VOX prefiere el PP que gobierne el PSOE con cantonalismos y seguir adelante con el encumbramiento de Otegui y Rufián

La mejor política en activo que tiene el PP dijo lo más sensato que se ha podido escuchar en la campaña de Castilla la Vieja.

Somos muy conscientes de que a Casado, pobrecito, le aterra que llegue el día que comparta un despacho con Abascal para hablar, siquiera hablar, de lo mejor para España y en el presente, de lo mejor para Castilla y León en este ahora que se nos escabulle entre los dedos.

El tal Igea es posible que consiga una vez más el acta de procurador. Y el naranja lo tiene claro. Él puede hacer que el PP ocupe el poder, pero Mañueco se tiene que ir directo al matadero.

Los de VOX, que son mucho más inteligentes que los herbívoros del PP, pueden mandar y mucho quedándose fuera del futuro gobierno. Bastaría con imponer con buenos modales pero con inquisitorial eficacia las líneas maestras del nuevo periodo político en Castilla y León. O sea, que Mañueco sería el presidente más deshuesado de la historia autonómica española.

Eso, repito, o ceder el poder al psoe de Sánchez ¡y que siga la fiesta!

Los desahogos antipopulistas en el PP sin de risa. ¿VOX lo es? ¿Y en qué se basan los chicos que comen de todo como las gaviotas?

¿Y ser populista no es también vivir bajo una cobardía que atrofia el cuerpo y los sentidos? Estoy centrándome en el PP. ¿No es populismo vivir obsesionado con el titular de El País y con la última hora de la SER

Para que los peperos lo tengan claro. Yo muestro mi acuerdo con Arcadi Espada, al que nadie con dos dedos de frente y el culo limpio puede acusar de ser simpatizante de VOX. No es tampoco del PP (afortunadamente). Arcadi y Girauta son dos bípedos que están más allá de nuestras miserias intelectuales. Ellos conocen el percal.

Escribe Espada: “El Partido Popular afronta el dilema de no saber si es mejor diferenciarse de Vox o parecerse a Vox para vencer a Vox. El camino de la diferencia lo sigue la dirección del partido, a partir de aquel discurso de Pablo Casado en la moción de censura planteada por Santiago Abascal: «No somos como ustedes». La oposición interna que lidera Isabel Díaz Ayuso opta por la semejanza, es decir, por hacer inútil a Vox. El método de Casado tiene un problema: cuanto más se aleja de Vox menos se justifica que vaya a gobernar con Vox. En términos electorales, todo ha de verse aún; pero en el presagio demoscópico el alejamiento de Vox solo se ha traducido en una constante pérdida de influencia del PP. Ayuso tiene otros problemas. Trata de resolverlos por elevación. Hace un par de días dijo que preferiría gobernar con el partido de Ortega Lara que con el partido que pacta con los secuestradores de Ortega Lara. Una perfecta frase vacía llena de emoción. Ortega Lara es la víctima viva de ETA que ejemplifica mejor hasta qué punto llegaron la crueldad y el salvajismo de aquel grupo nacionalista. Pero ahí se acaba toda la información del ejemplo: nada dice ser víctima sobre el acierto y la honradez de las ideas. Ni sobre las suyas ni sobre las de su partido, por si en algo difirieran.”

Vale. Ortega puede tener ideas malas. Y Arcadi. Y Girauta. Y yo. Y usted, sapientísimo lector. Y hasta Isabel Díaz Ayuso. Solo los Sánchez, Pablo Iglesias y los Otegui tienen ideas buenas, buenísimas, inapelables. Perfectas. ¿Por qué? Esta gente representa todo lo opuesto a la democracia liberal.

Arcadi asegura que “hasta ahora Ayuso ha hecho política de verbena: agua, azucarillos y aguardiente.” Es su opinión. Yo afirmo que Ayuso, como le pasa a Cayetana Álvarez de Toledo, quiere cambiar la política para hacerla eficaz, eficiente, libre. Y ese objetivo no es participar de una verbena

Cuando Ayuso dice que mejor un pacto con el partido de Ortega Lara, todos sabemos lo que quiere decir. Si no se puede gobernar en solitario es siempre mejor para salud mental y para el espíritu una alianza con la decencia democrática que caer en la política de un cualquiera como Pedro Sánchez, Rufián Otegui.

El 13 de febrero se verá.

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