Año 2019 y el Parlamento Europeo pide a los Estados de la Unión que hagan una evaluación de los crímenes y los actos de agresión ejecutados por los regímenes comunistas. El mismo parlamento pide a los estados que conforman la Unión Europa que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Comunismo y del Nazismo a escala tanto nacional como de la Unión”
No termina aquí la cosa. El Parlamento recuerda, hace saber, mejor dicho, que en algunos Estados miembros existen espacios públicos donde se ensalzan los regímenes comunistas
Lo que se hizo en 2019 en la Unión Europea fue condenar los horribles crímenes que el comunismo perpetró y sigue perpetrando en toda Europa. Sin excepción. Así que debemos meter a España en el saco del horror.
Se trata de un documento oficial con rango normativo indirecto. Eso quiere decir que está muy bien que el Parlamento pida la condena y el ostracismo del comunismo y del nazismo (el segundo está ciertamente muerto), pero otra cosa es que en España se cumpla con la norma que no obliga a nada, sino que, y esto es lo profundamente triste, ruega o solicita por favor que se mantenga al comunismo como lo que es. Un horror hecho realidad.
Esta petición del Parlamento Europeo en 2019 nació como consecuencia de un nuevo aniversario del infame acuerdo del tratado internacional entre Ribbentrop y Molotov, o sea, entre los nazis y los comunistas, que decidieron repartirse Polonia en 1939. He ahí el inicio exacto real de la Segunda Guerra Mundial. De ahí también que en los países de la Europa democrática del Este el comunismo sea sinónimo de muerte. Al igual que el nazismo.
Aquí en España tenemos que soportar que el PCE sea un partido legal; que ocupe asiento en las Cortes; que en el gobierno de España se sienten comunistas con el mismo objetivo que siempre tuvo la hoz y el martillo: generar miseria, hambre y muerte.
Pero de lo que se habla es de una supuesta extrema derecha que no existe, más allá de las mentes calenturientas de los descerebrados de turno, de los políticos del psoe y de sus medios afines que juegan con fuego.
“Dice Carmelo Jordá que un tipo que sale a la calle con una pancarta de Marx es probablemente un gilipollas. Si sale con una de Lenin, un ignorante. Pero si sale con una de Stalin, es 100% seguro que estamos frente a un hijo de la gran puta.” Se lo leí a Cristian Campos y me sirve para terminar este artículo.
¿Y si sale con la pancarta de Pablo Iglesias? ¿Las tres cosas a la vez?
Asegura el de Vallekas que se siente orgulloso de pertenecer a uno de los bandos que hizo la guerra. En el siglo XXI hay bípedos que solo piensan en hacer la guerra. La trinchera en la cabeza y en la entrepierna. ¡Y reciben votos!
Así, sin condenar el comunismo, es más, aplaudiendo su existencia y rememorando sus crímenes, España se dispone a recibir los 140 mil millones de euros de la Unión Europea.
¿Invertiremos la cantidad económica en propagar una guerra nueva en el nuevo milenio?
¿Nuevas chekas, nuevos gulags, nuevos Paracuellos, nuevas iglesias y nuevos conventos, monasterios, religiosos y religiosas y cristianos en general pasados por las armas, por el fuego?
¿Y así nos pondremos por fin a la altura del nivel de vida de los escandinavos?
(Ministro socialista portugués visitando
Suecia y dirigiéndose al añorado Olof Palme, asesinado en plena calle:
“Compañero, en 6 meses, en Portugal acabaremos con todos los ricos.” Respuesta
del socialdemócrata sueco al socialista portugués: “Pues aquí en dos años
acabaremos con todos los pobres.)
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