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domingo, 18 de abril de 2021

GALLINAS REVOLUCIONARIAS, CASTRO CON DOS CÁNCERES, Y CULTURA SOCIATA

 

Lorenzo de Ara

Lean lo que dice Miguel Díaz-Canel: “Gracias a las "mejoras productivas" de las gallinas revolucionarias, en abril se podrán comprar cuatro huevos más por persona en La Habana y uno en el resto de las provincias, además de los cinco que incluye la libreta de racionamiento.” 

Y ustedes se preguntarán ahora; ¿quién coño es ese tal Miguel Díaz-Canal? Es el hombrecillo que está al frente del Gobierno de Cuba. La isla cárcel.

El bueno de Díaz-Canel también acaba de anunciar con gran alegría para el pueblo cubano que ampliará todavía más el control (su control) sobre internet y las redes sociales. Y todo este salto adelante lo hace “para defender los logros alcanzados por el Estado socialista".

Leyendo a Maite Rico me entero que un malísimo actor cubano que hace fortuna en España porque lo contratan para películas basura y series basura, me refiero a Jorge Perugorría, explica con algarabía y agradecimiento rotundo al comunismo caribeño que es “un privilegiado por encontrar en Cuba lo que otros buscan fuera".

Pero Maite Rico agrega lo que es natural saber. “Sí que lo es, sí. Entra y sale, cobra por sus trabajos fuera y el régimen no le toca un pelo en casa.”

O sea, que el tal Perugorría es un títere del régimen sanguinario que tiene los privilegios asegurados porque pasa la lengua por el culo de Raúl Castro y antes hacía lo mismo con el hideputa de Fidel.

Otros actores, payasos, escritores, directores de cine, pintores, músicos, obviamente no disfrutan del buen vivir de este comunista a las órdenes del horror. Los otros son perseguidos, encarcelados, sus obras se retiran, se destruyen.

Maite Rico cuenta la historia de uno de estos artistas que reciben del partido y del gobierno y de Perugorría lo único que el comunismo es capaz de dar cuando no existe la genuflexión absoluta: “El pintor Andrés Gómez Quevedo lo tiene más difícil. Ha escrito un libro infantil que ha movilizado a la Seguridad del Estado. Se titula Los árboles que querían volar, y cuenta la vida en un bosque sometido a las leyes despóticas de un rey malvado, y cómo las plantas se organizan para rebelarse con la ayuda de un niño. Publicó el cuento en una editorial que encontró en Internet. Repartió medio centenar de ejemplares a su familia y amigos en la provincia de Santiago. Y lo siguiente que supo es que la policía detuvo a su padre y anda requisando los ejemplares como si fueran fardos de cocaína. Al parecer una vecina soplona alertó de su contenido "subversivo". Tal vez los fantasmas informantes, los seres alados a los que se prohíbe volar o el Burro Burócrata resultaban incómodamente familiares.”

Y de repente la información en España se centra en el vejestorio de Raúl Castro, que arrastra cáncer de esófago y recto. Compungido y tan querido por el pueblo, el angelito cabrón entristece por la tele a todo el país anunciando que deja el poder y el control del partido. Que ha cumplido, dice el sanguinario. ¡Larga vida, Raúl!

El Gobierno de España (pura gerontocracia neuronal) mostrará en pocas horas su tristeza ante la decisión de Raulito. Supongo. Y la tropa de artistas de la cuerda, momificados ya en el apoyo a Zapatero con la memez de la Zeja (la mesa con Almodóvar y Almudena Grandes, entre otros, es un pasaje más de la astracanada española), también harán público, espero, alguna nota informativa alabando los logros del socialismo real y, por supuesto, denunciando los desmanes de la democracia liberal, el sistema capitalista y el cerrojo de Estados Unidos.

Aguarden y verán.

Otra espléndida periodista y escritora, Emilia Landaluce, recuerda que la leyenda negra sobre España ha convertido en verdad una serie de estereotipos sobre el español: “somos vagos, derrochadores, fiesteros y siesterosLa nadería verbal no es patrimonio de España.

La nadería verbal se extiende como la mierda por muchos sitios. Ahí está la maldita “resiliencia” como ejemplo notable de la decadencia. Y la misma nadería verbal la hallamos en el gobierno actual, que es (se creen algunos) el paladín de la cultura en España. Es para echarse a reír. Si uno solo de los socialistas del actual gobierno se atreviese a darme lecciones de cultura y de defensa de la cultura y de verdadera pasión por la cultura sería elevar el grado de estulticia a cumbres borrascosas.

La cultura de ustedes dura lo que una lágrima en la lluvia.

Para terminar. En Europa la gran anomalía se llama España, y por múltiples motivos. Uno de los más ruidosos es el cariñoso que la porqueriza siente hacia el comunismo. Hacia el socialismo.

Si le preguntáramos a un español fetén lo que es el comunismo, pongamos por caso los hermanos Bardem, estoy convencido que responderían más o menos de esta guisa: “En definitiva, un plan ejecutivo y concreto, imprescindible y trascendental para la recuperación económica.”

¿Saben quién responde así cuando habla de su plan para España? Pedro Sánchez.

Ni cultura, ni economía, ni democracia pueden albergar vida bajo la mentira de la ideología que considera que sus valores son el bien absoluto.

Y es que el socialismo es la ideología que se aplica a los demás, pero jamás a uno mismo.

Hasta la cultura en manos de la ideología cubana o socialista (en Europa existe la socialdemocracia pero no el socialismo) es amargamente una moda ideológica de consumo rápido y digestión lenta. Poco más.

¡Cómprate un perro llamado Perugorría!

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