Manifiesto que las palabras de Monasterio sobraban. La condena a todo tipo de violencia. Punto. Nada más que añadir.
¿Nada más que añadir?
Primero, vayamos a los debates en Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido. Algunos países asiáticos. La misma Corea del Sur. Incluso Japón.
¿Qué vemos en esos países? ¡Hasta las sillas volando y peleas tabernarias!
Una salida de tono que encabrita. ¿Y?
Crucificar a Monasterio y a VOX es un desiderátum de muchos. No se cumplirá.
Quien encanalla la democracia es Pablo Iglesias.
Quien destripa la convivencia en España es Pablo Iglesias. Los suyos. Y los equidistantes.
VOX es derecha. No extrema derecha.
Pablo Iglesias es una gran metástasis en la democracia.
Puede caber el periodismo ciego para ciegos, pero un periodismo tuerto para tuertos, jamás. Además, resulta peligrosísimo.
El periodismo libre puede acabar en España como los trenes de Atocha si no paramos a la extrema izquierda y la echamos de nuestra patria.
Repito que VOX puede gustar más o gustar menos.
A mí me gusta VOX, pero nunca he votado por esta formación política. Mi voto ha ido siempre a parar a las manos (digo bien, las manos) del PP. ¿Qué pasará en las futuras elecciones generales con mi voto? Casado tiene pendiente una conversación conmigo.
VOX no representa peligro alguno para la democracia. En el partido de Monasterio y Abascal, en el partido al que votan cuatro millones de españoles, cabe perfectamente el Estado de derecho, la España del 78 y la España sin ETA, sin comunistas, sin golpistas.
Pablo Iglesias se echa a llorar en la SER (casita), pero se abraza y se encama con Otegi, Bildu, Rufián, la CUP.
No pide perdón a VOX por las pedradas que recibe en muchos mítines. ¡Linchamiento que falsos y andrajosos demócratas dan por bueno!
No pide perdón el de Vallecas deseando azotar hasta que sangre por ser un aliado de la sanguinaria dictadura venezolana. Cubana. ¿Sigue Iglesias magreándose con Irán?
El sobre con las balas es una demostración de la barbarie que los demócratas jamás vamos a admitir. Nunca justificaremos acciones de este tipo.
Al contrario. La condena tiene que ser inmediata, sin doblez.
No pidamos a la extrema izquierda que haga lo mismo si una bala revienta las elecciones en Madrid.
Mejor que Madrid salte por los aires (como los trenes de Atocha) a una victoria facilona de la derecha democrática.
VOX se personará como acusación popular ante las amenazas a Iglesias, Marlaska y la Directora General de la Guardia Civil. Hasta el fondo. ¿Quién puso las balas? ¿Dónde está la mano ejecutora?
En Moncloa (no olvidemos Moncloa) nunca se descansa cuando hay que cocinar bulos y refriegas. Si hay que encochinar y encanallar la convivencia, Moncloa está ahí.
No digo que Moncloa sea la mano. ¡No es la mano! Digo, eso sí, que con Sánchez en el poder lo normal es que el cuerpo de la democracia se llene de sanguijuelas.
Repetiré hasta el día de las elecciones que muchos consideran aceptable que Madrid se convierta en Hiroshima si con ello se evita una victoria de Ayuso.
¡Son ya 26 años de humillación para la izquierda radical!
Zapatero a Iñaki: "Nos conviene que haya tensión".
El “lárgate de España, que millones de españoles lo están deseando”, es tan verdad que el firmante nada añade a la frase. Yo lo deseo.
La democracia fuerte y sana y cuerda y sin complejos no debería permitir que la peste negra que representa Podemos y otros partidos continúe alimentándose de ella. De nosotros.
Europa condenó el nazismo y el comunismo.
Condenemos a muerte en las urnas el comunismo. Busquemos y encontremos a los responsables de enviar los sobres con las balas. Unos y otros sobran en nuestra democracia.
Pero VOX no sobra.
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