José Peraza Hernández
Templo de San Agustín de la Orotava.
Abrí el baúl de los recuerdos, y encontré,
está bella nota, la que quiero compartir con todos ustedes, de esta manera,
seguimos recordando el pasado.
Corría el día domingo, 9 de mayo de 1976. Al
ver el recorte, y la imagen, supe que era, el templo de San Agustín, de la
Villa de La Orotava.
Corría el mes de mayo, hasta la fecha en la
que escribo estas líneas ha sido lluvioso en el valle. Ha llovido y ha nevado. con gran admiración por parte de la gente mayor que no recuerdan otro
de mayo, suele llover, pero no tanto como ahora.
El estado de la carretera
entre La Orotava y el Puerto de la Cruz, ha pasado de mal a peor, así son las
cosas. Las aguas estás la han descarnado y así la cosa, la circulación se
complica más, de lo ordinario está. Está vía interurbana a que me refiero tiene
que soportar un intenso movimiento de vehículos como consecuencia de las obras
de la autopista que pasa por el Botánico, y claro que la carretera en cuestión,
no puede con semejante trajín y se despanzurra por toda la superficie.
Pero ahora no sé yo, por qué traigo a colación esto de la carretera que no era mí propósito. Creo yo que, será por lo de las aguas; porque cuando llueve, intentar el tráfico por ciertas carreteras es para echarse a temblar, y así como la lluvia, es para la carretera, un agente destructor, también lo es para la iglesia de San Agustín que se cala por los cuatro costados que se llena de mil y mil goteras sin posible remedio. Y voy a lo del tiempo, una vez más.
El mes de mayo
también ha sido para está Iglesia cual la espada de Famosillas. Se dicen que
hay intención de buenos deseos de repararla, se habla de gestiones, de que
había de gestiones, de visitas, promesas y de desvelos, promesas. El templo de
San Agustín hay que conservarlo; el templo merece las mayores tentaciones; el
templo hay que salvarlo de este naufragio en mar de diferencia.
Todo esto se dice
y mucho más. Y miran los techos con ojos analizadores. Y se dice: Esto no puede
continuar así; hay que tomar una medida de urgencia y pesa el tiempo con sus cuatro
estaciones y siguen vigente y como el tiempo no perdona
La iglesia de San
Agustín, continúa progresando en su estado ruinoso sin que esas promesas, esas
promesas, esas entrevistas y esos desvelos se echará mano de la resignación; se
dirá cuanto se hizo por salvarla, y así, de está u otra manera todos quedaremos
como si nada hubiera ocurrido. Esto es la resignación de la impotencia o la
conformidad o la inoperancia
Como pueden ver, la imagen. He colocado una de
igual, que, en el periódico se veía borrosa. Por lo qué, he colocado una
actual. Bello trabajo, de nuestro amigo y periodista como profesor, quien dio
clase a los primeros jóvenes de los años 1950, de esa primera escuela del
barrio de La Vera.
Trabajo que vuelve a ver la luz, y de está
manera, recordar una vez más, donde he retirado el polvo de todos estos años.
Mil gracias amigo Benjamín Afonso Padrón. Besos
al cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario