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martes, 1 de mayo de 2018

LO DE PAMPLONA, LA ACCIÓN Y LA REACCIÓN


Evaristo Fuentes Melián

Los abusos o violación a cargo de los cinco sevillanos de La Manada  en Pamplona tiene varias lecturas. Recuerdo a bote pronto dos películas: La trastienda (Jorge Grau, 1975), una las primeras películas  españolas en que se vio un destape femenino integral, en la persona de María José Cantudo; la trama transcurre en los sanfermines pamplonicas; un médico se  enrolla con una enfermera (encarnada en la Cantudo), mientras  que su esposa por la Iglesia y el Juzgado le pone los cuernos subrepticiamente (¿redundancia?) con su mejor amigo en, precisamente, la trastienda de su local comercial.

La otra película es la memorable Los cuatrocientos golpes (F. Truffaut, 1959), una película francesa que transcurre en un colegio público, en el que un buen chico, encarnado en Jean Pierre Leaud (que ahora, ya casi anciano, acaba de estrenar otra película) termina por malearse. El profesor principal en Los cuatrocientos golpes ---son tiempos de De Gaulle presidente--- lo tiene claro, su lema es “Acción, reacción”; es decir, que si un alumno se pone gamberrete hay que reaccionar con la contundencia necesaria para devolverlo,  cual oveja descarriada, al redil de la buena conducta y  disciplina.

En medicina y en construcción también hay acción y reacción. En medicina se vacuna para que el cuerpo humano reaccione y se defienda. En construcción, la estructura de los edificios se realiza para que reaccione y soporte la carga, el peso (acción) que va a llevar dicho edificio.

Pero el domingo 29 de abril en cierta tele privada al delito (acción) del quinteto de La Manada se ha respondido con una reacción excesiva, morbosa, superando con creces todo atisbo de ejemplificación. Lo cuento: llegaron a poner en esa tele, en un espacio rectangular de 3x1 metros, unas sogas o cuerdas, como si fuera un auténtico ring boxístico, y se introdujeron en ese pequeño recinto cinco hombres fortachones y el conductor del programa, para demostrar lo estrechos que estaban los cinco de La Manada y la pobre chica violentada.

Espectador

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