Bienvenidos al Diario del Valle

SEARCH

lunes, 21 de mayo de 2018

AEROPUERTOS Y ACCIDENTES


Evaristo Fuentes Melián

Acabo de ver un espeluznante reportaje sobre los aeropuertos más difíciles del mundo. Hay uno cruzado por una autopista; hay otro tan al borde de una playa, que en una ocasión un avión al arrancar con su rebufo arrastró y desplazó a los bañistas que se hallaban tomando el sol plácidamente.

Examino imágenes de un accidente ocurrido en el aeropuerto de Madrid Barajas, año 1983. En un día con niebla, dos aviones chocan en pistas de despegue cruzadas, uno de Aviaco (compañía que desapareció en 1999) y otro de Iberia, el B 727, de tres motores, que tanto utilizamos los canarios por entonces, para ir y volver de Madrid o Barcelona. Ya no lo veo en funcionamiento actualmente; lo habrán vendido a algún país tercermundista, verbigracia, México o Cuba, donde hace unos días se estrelló uno al despegar, por defectos en su mantenimiento.

En el aeropuerto de Barajas se detectan tres anomalías graves en aquel accidente del año 1983:

1.- Dos pistas de despegue y aterrizaje que se cruzaban en mitad de su trayecto. Actualmente ya no existe ese problema, después de inaugurada una nueva pista solo para despegues y la nueva terminal T4, donde precisamente  ETA perpetró uno de sus últimos atentados terrorista con bomba, que mató a un pobre emigrante sudamericano que andaba por los alrededores medio despistado, medio dormido, haciendo tiempo para volar a su país.

2.- En caso de niebla, en 1983 no había radar de superficie en Barajas, cosa que tanto criticamos aqui cuando (27 marzo 1977)  el accidente de los dos jumbos en Los Rodeos, que sigue siendo el mayor del mundo por el número de muertos, 583 según unas fuentes, 563 según otras.

3.- Barajas carecía también de señalización suficiente y adecuada en el tránsito rodado por las diversas pistas bajo la niebla hasta llegar a la cabecera de despegue.

El avión de Aviaco se cruzó despistado -- nunca mejor dicho--en el trayecto terrestre del avión de Iberia. Murieron la mitad de los del avión de Iberia y la totalidad de los de Aviaco, unos cuarenta por avión, que son ochenta fallecidos. El piloto de Aviaco se dio cuenta del peligro inminente, aunque no le dio tiempo de desviarse totalmente y quitarse de en  medio. Algo similar  ocurrió en el caso de los dos jumbos en TF Norte.

Espectador

No hay comentarios:

Publicar un comentario