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sábado, 12 de mayo de 2018

ESTRATEGIA CULTURAL DEL PUERTO DE LA CRUZ


Isidoro Sánchez García

El cartel que cuelga en el naciente del valle de La Orotava, en la ladera de Tamaide,  obra de un inteligente artista afincado en la zona, nos deslumbró en la mañana del martes 8 de mayo por el título: MUECA ES OPTIMISMO.  Me acordé entonces de la historia cultural del Puerto de la Cruz, eclosión urbana de aquel viejo Puerto de Orotava que se desarrolló en la costa del valle de Taoro a partir de 1648, de la mano de pescadores ranilleros  y comerciantes europeos, entre Los Realejos y La Orotava, con el mar Atlántico bañándolo por el norte. Los bajíos volcánicos, la caña de azúcar, la viña, la cochinilla y el plátano le aportaron un toque de distinción agraria hasta que llegó el turismo a finales del siglo XIX. La agricultura se empató con la naturaleza.

Ya el Puerto había contribuido a la causa cultural por cuanto en las primeras décadas del siglo XVIII conoce el nacimiento de los hermanos Iriarte, particularmente de Tomás, el padre de las fábulas; también del comerciante Sebastián Miranda que emigró a América y fue padre de Francisco de Miranda, prócer de la independencia de Venezuela; a mitad de siglo, del  ilustre ingeniero universal que fue Agustín de Betancourt, emigrante científico a la Europa de las Ilustración con destinos técnicos en España, Francia, Inglaterra y Rusia. También al vecino  Luis de la Cruz que se trasladó a la corte de Fernando VII, como pintor de cámara. Puerto de la Cruz aportó terrenos al Jardín de Aclimatación de La Orotava que se construyó en El Durazno en 1788 por recomendación del monarca español, Carlos III y recibió semillas de plantas americanas. Once años más tarde recibió la visita del naturalista prusiano Alejandro de Humboldt, en su periplo hacia las regiones equinocciales del Nuevo Continente,  y subió al pico del Teide tras recorrer el gradiente vertical del valle lo que le permitió describir los pisos de vegetación de la geografía de las plantas que luego comparó con los del Chimborazo. En la primera década del siglo XIX el portuense Narciso Piñeyro emigró a Cuba y se dedicó al mundo de la educación en tierras caribeñas.


La cultura del vino se incorporó al mundo portuense por cuanto las exportaciones de los caldos del valle se materializaban por el puerto de Orotava. Al igual que los comerciantes ingleses importaban sus productos, sobre todo los textiles. Personajes europeos como geólogos, geógrafos, médicos  y botánicos se entusiasmaron con el valle y el Puerto de la Cruz en particular. El clima era su atractivo como el Teide y el cielo. El jardín del Sitio Litre y el Hotel Taoro de finales del siglo XIX marcaron el arranque de la industria del Turismo. A partir de los años de 1920 el Puerto comenzó a adornarse de literatura, la mejor manera de promover el Turismo, en palabras del polifacético Luis R. Figueroa. 

Conoció la visita de mujeres famosas como Marianne North, Olivia Stone, la escritora inglesa Agatha Christie y de la cubana Dulce María Loynaz, que es reconocida en 1951 como Hija Adoptiva del Puerto de la Cruz, autora de la novela de viajes Un Verano en Tenerife que le qyudó a conseguir el Premio Cervantes en 1992.  La música  y el deporte irrumpen en la historia cultural del Puerto y son famosos los músicos Juan Reyes Bartlet y Leopoldo Ortí, como lo fueron en el mundo deportivo el C.D. Norte, en el fútbol, la Peña Baeza y el Club Natación Martiánez. En 1953 se inauguró el IEHC y luego sus derivados culturales como el Museo de Arte Contemporáneo “Eduardo Westerdhal” (MACEW) y el Museo Arqueológico “Luis Diego Cuscoy”. Personajes como Álvarez Rixo, Celestino González, Telesforo Bravo, Francisco Bonnin, Benito Ríos, Eric Sventenius e Imeldo Bello Baeza, entre otros, completan el elenco cultural de la ciudad turística portuense. Poco llamativa fue la visita de algunos Beatles en 1963. Sobresale también la inauguración del Loro Parque, en 1972, como espacio cultural temático y la del Lago Martiánez, obra del carismático artista lanzaroteño, César Manrique, en 1977, todo un referente del binomio Arte-Naturaleza. Antes de finalizar el siglo XX, en 1999, se celebró el bicentenario del paso de Humboldt por Tenerife y asistieron autoridades alemanas y canarias, así como la señora Gabriela von Humboldt y miembros de Fundaciones y Asociaciones alemanas y españolas conectadas con la figura del ínclito prusiano. Destacó la presencia del recordado profesor mexicano don José Luis Martínez, experto en la divulgación de la vida y obra de Humboldt en tierras de México, al igual que la portuense Coral Musical “Reyes Bartlet” que nos acompaña permanentemente a partir de entonces. En los siglos XX y XXI destacaron las actividades relacionadas con efemérides del ingeniero universal, Agustín de Betancourt. En 1996 con la exposición DE LOS INICIOS DE LA INGENIERÍA MODERNA EN EUROPA, organizada por el ministerio de obras públicas de España; en 2007, con el bicentenario de la emigración técnica de Betancourt a Rusia en 1807,  y sobre todo en 2018, Año Europeo del Patrimonio Cultural, con especial referencia al 1 de febrero, fecha de sus natalicio, por cuanto se le nombró institucionalmente Hijo Predilecto del municipio con actuación de pianista rusa con La Ruta Musical de Betancourt, de España a Rusia, así como al 13 de abril por la visita de autoridades de la Universidad de Vías de Comunicación de San Petersburgo a la ciudad natal de don Agustín.


Sandra Rodríguez González ( Concejala de Economía, Hacienda, Cultura  y Nuevas Tecnologías) en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.

Todos estos comentarios sirven para justificar el respaldo que algunos ciudadanos comprometidos con la cultura del Puerto de la Cruz queremos darle al municipio para que sea reconocido a nivel mundial con el “Premio Internacional CGLU-Ciudad de México-Cultura 21”, como ejemplo de ciudad turística sostenible, debido al proceso de transformación desarrollado mediante el instrumento “Estrategia Cultural del Puerto de la Cruz en el horizonte de 2020”, en el que participan Ayuntamiento y Consorcio de Rehabilitación Urbanística. Y en ese empeño andamos caminando muchos. Por ello tampoco podían faltar en el CV cultural del municipio los Carnavales y su Mascarita Ponte el tacón, las Cruces de mayo y la polifacética y multicultural Mueca, la embarcación veraniega de la Virgen del Carmen, el festival Periplo, en octubre, sobre la literatura de viajes o los cacharros de San Andrés a finales de noviembre regados de vino, con el fondo del Arte en la calle, cerca del Espacio Cultural  “La Ranilla”. Se nota que la concejal portuense de Economía y Cultura es una mujer a la que le gustan los hechos.

Isidoro Sánchez García, Ingeniero de montes y Concejal del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz (1995-1999)

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