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miércoles, 30 de mayo de 2018

POÉTICA Y VIDA, ELENA VILLAMANDOS G.


Rosario Valcárcel

Cuando leí el libro de poemas “Poética y Vida” de Elena Villamandos llegué a la conclusión de que su libro es como un volcán: arrollador. Y pensé, entre risas silenciosas, que quizás los versos no fueron escritos por mi poeta amiga, sino por un programa informático. Pero en seguida comprendí que lo había escrito ella, porque los versos reflejan esa capacidad que posee Elena para captar y plasmar la realidad, para elaborar un lenguaje vital y dejar fluir la palabra y el arrebato, para regalarnos ese aliento suyo tan humano.

“Poética y vida” es su primer libro de poesía en el que concentra siete años de su vida (2010, 2017). En el que nos afirma que somos seres dominados por el placer y el tiempo, por un tiempo que nos arrastra a una carrera sin sentido, a una carrera que nos conduce a la muerte.

Una poesía en la que Eros y Tantos están presentes. Una poesía repleta de deseos y de sufrimiento, de las relaciones amorosas. De reflexiones y de la contemplación cotidiana del lujo de vivir, de las cosas que la rodean, a veces reservada, a veces íntima pero la poeta lo procesa a través de un recorrido vital impregnado de libertad, voluntad y amor propio. A partir de sus experiencias y de aquello que ha aprendido en el día a día, y es entonces cuando la poeta plasma la esencia humana en el verso.

Hay algo que se hace/ en el antes, el ahora y el mañana,/ permanece en lo que hay/ en lo que fue y en lo que será/ que se eleva y que se hunde/ y que flota frente a tus ojos/ en tus labios/ en tu cuello y en mi oído/ habla y se dispersa/ en lo abrupto de la roca/ en la piel de la manzana/ en el volar de la abeja, / en los libros de los hombres / y en el tic tac de sus relojes./ Algo inatrapable, sólido, acuoso, que observa el horizonte/ y a la vez se vierte en él/ y es el tiempo que habitamos/ más allá de nosotros.
Y en seguida lo poético se va definiendo, al mismo tiempo que su voz se interioriza y aparece un himno a la construcción de las emociones, con una cadencia que manifiesta la raíz de hechos reales que va poetizando en el poema “El abuelo”:


Padre, /sostén ese ataúd sobre tus hombros/ que ni el llanto ni el dolor te hagan caer, / así comienza el poema de El abuelo y continúa: Padre, / sostén esa cajita así, con fuerza, / donde mi niño tranquilo, está dormido, / sujétalo, por dios, / y que no caiga, / pues yo a tus hombros de abuelo/ lo confío.

Como vemos Elena nos ofrece, desde una perspectiva elegiaca, una visión transparente sobre la experiencia humana. Toda una escenografía dolorida, llena de imágenes en la que vida y muerte se entrelazan como parte esencial de la vida. La presencia neorromántica de la muerte.

Pero incorpora también a través de todo el poemario lo erótico y lo poético, en ese morir para llegar a ser. Deseos y anhelos carnales, corpóreos, para quizás llegar a la plenitud del instante efímero gozado como eternidad.

Te juro que lo he intentado con otras… /Dónde quedó tu dulce/ humedad en mi mano, / donde el estremecedor de tu / cuerpo todo en mis dedos, / donde la íntima complicidad/ de tus pies entre los míos, /el olor de tu cuello, / el suave y animal mordisco/ en el lóbulo de tu oreja/ donde tu avispada sonrisa/ bajo los edredones…

Elena Villamandos comenzó a escribir con 8 años y me confiesa:

-Empecé a escribir historias del jabato, mi tebeo preferido, y la encuadernaba malamente para venderlas a los amigos del cole. Más tarde al llegar esa edad en lo que nos parece que empieza a agrietarse todo, retomo la poesía como actitud de rebeldía, aunque en realidad yo siempre me he considerado narradora más que poeta.

Lo que nos confirma que Elena siente la necesidad de reconstruir historias, que es una poeta de la oralidad, de los matices de la comunicación, pero también del uso de las expresiones, que indican el tiempo transcurrido, las vivencias, los ecos pasados, pero siempre tratando de ver más allá de la realidad visible. Camina en el tiempo y se sustenta en la memoria como en la fugacidad del presente. 

En el año 1999, gana el premio de cuentos de Caja Canarias con el cuento titulado “Trazos Interrumpidos” y en el 2000 el premio de relatos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Es autora de la novela Pasajeros del tiempo, una novela que tuve el placer de presentar también en este mismo espacio - Museo Domingo Rivero- y que nos muestra un gran conocimiento sobre felicidades e infelicidades, desencuentros familiares, conflictos y crisis cotidianas entre personas que se conocen bien.

Poética y vida (poesía reunida 2010-2017) se divide en ocho poemarios: Poemas del tiempo y de lo humano; Poemas a Pablo; Zoología de interiores; Cancionero suicida. Poemas del amor, el olvido y la muerte; Leyendo poemas de amor; De pasillos e interiores; Resurrectorio y Zen.

Poética y vida es el eslabón de una gozosa tarea que pronto se sumará a nuevas publicaciones líricas. Poética y vida es un libro de poemas en el que Elena Villamandos, procesa la realidad a través de sus sentidos y la manifiesta a través de sus emociones. Es un libro que nos envuelve en los ecos de todos nosotros, seres conscientes del naufragio de la vida. Un libro que deja constancia de todo cuanto cierne al ser humano.

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