No sé ustedes, pero como bien recuerda Rafa LaTorre, “A Díaz Ayuso yo ya le he escuchado tres veces empezar una frase con un preludio muy prometedor: "Yo ya sé que no soy Churchill".
Y créanme cuando les digo que así se edifica la sana convivencia, la verdadera humildad, y, al mismo tiempo (recurro de nuevo a LaTorre), dejamos atrás “el país de los vacuos solemnes.”.
Isabel Díaz Ayuso no pretende sentar cátedra. Ese deseo y anhelo jamás cumplido se lo dejamos a ciertos gacetilleros del norte de Tenerife que se emperran en dejarse morir bajo la más irrisoria demostración de nulidad profesional.
Para muchos, estos periodistas y políticos representan la intelectualidad de nuestro norte. Por Dios bendito. Cuán ciego es el pueblo cuando ha bebido de la ignorancia y ha dejado que entrara en el organismo lo más pestilente de una ideología basura y miserable.
En Madrid, Ayuso ganó en todos los distritos. Vallecas es suya. No de Pablo Iglesias. No de la extrema izquierda. ¿Qué ha pasado en el cinturón rojo madrileño? ¡Que también apostó por Ayuso! Por el PP. ¿Y por qué la victoria arrolladora y vivificadora de Ayuso? Fácil la respuesta. Las personas libres, o sea, la inmensa mayoría de los madrileños, y estoy convencido que también la inmensa mayoría de españoles, toda esta gente está harta de la tiranía de Pedro Sánchez y su psoe. Está harta de la miseria, del hambre y de la muerte que propaga su acción de gobierno.
Iglesias ha recibido una patada en el culo que ha puesto al energúmeno en órbita alrededor del infierno, que es donde debe quedarse ya para siempre.
España tiene un mal que nos puede llevar al derrumbe. No tenemos socialdemocracia. Este psoe pestilente no es hermano de la socialdemocracia europea. Y en Europa lo saben. Tienen perfecta constancia de la deriva autoritaria y antidemocrática del sanchismo. Hoy en el Gobierno de España hay comunistas al frente de ministerios. ¡El horror! Hoy los socios preferentes de Sánchez están identificados. Otegi, o sea, EH Bildu y también la totalidad de los golpistas catalanes.
Pregunten a Fernando Savater, Joaquín Leguina, Felipe González y tantos otros.
Los vacuos solemnes que este servidor de ustedes conoce muy bien son los que hoy tienen flácido el pensamiento en la entrepierna.
Termino recuperando este párrafo del editorial de OKDiario: “Ayuso no sólo ha absorbido por completo a Ciudadanos, sino que ha entendido que en las circunstancias que atraviesa el panorama político español, Vox no puede ser un adversario, sino un aliado necesario para acabar con el socialcomunismo. La indispensable unidad del centroderecha se convierte ahora casi en una obligación moral para los partidos de oposición al sanchismo. Madrid se convierte en la cuna de la reconquista política de la mano de una mujer que encarna en sí misma los valores que venían reclamando millones de españoles para plantar cara con éxito al socialcomunismo.”
La victoria de Ayuso es extrapolable a España. Lo es.
Victoria. Y abajo la tiranía
socialcomunista.
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