Ofrezco como preámbulo a mi perorata, una pregunta: ¿Qué estaba pasando, qué acontecimientos importantes estaban sucediendo en Tenerife en agosto de 1971?
Veamos algunos:
En obras públicas hay que destacar que la autovía del Sur se había acabado completamente hasta Los Cristianos, pero, ojo, solamente de dos carriles, uno para ir y otro para volver, con arcenes reglamentarios, cunetas de seguridad vial y cruces y cambios de sentido con puentes a distinto nivel. Era la autovía que entonces necesitaba el Sur de Tenerife como agua de mayo, y que luego se fue ampliando.
Dos años antes, en el verano de 1969, se había abierto el primer tramo: de Granadilla (cruce de El Médano) a Arona- Los Cristianos. El artífice político de esta magna obra para Tenerife fue el presidente del Cabildo Galván Bello. Y tuvo la feliz idea de empezar las obras por el tramo más alejado de la Capital, Santa Cruz. Fue muy buena idea, pues de esa manera obligaba política y económicamente al Gobierno y Ministerio correspondiente sito en Madrid, a terminar los tramos con más tráfico, que eran lógicamente los más cercanos a la Capital, como así sucedió.
Ahora bien: yo no soy partidario de que haya más ampliaciones de las autopistas de la isla de Tenerife. La autopista del Norte TF-5 (que es la que yo transito más frecuentemente) está saturada, y se habla de ampliar un tercer carril en ambos sentidos, desde Los Rodeos hasta el Valle de La Orotava. Lamento decirlo, pero el destrozo del paisaje en el entorno y aledaños del <piche> o asfalto de dicha vía, sería terrible y evidentemente anti ecologista.
Por tanto, hay que mirar, con amplitud de miras, valga la redundancia, hacia un posible tren de circunvalación de la isla de Tenerife. Hay un concienzudo estudio científico y técnico encargado por el Gobierno de Canarias hace unas décadas de años (del que tengo un ejemplar en mi poder), y los resultados son apabullantes. Las cifras barajadas dan estos resultados: una guagua, autobús prototipo de normales dimensiones, desplaza veinte veces más pasajeros, en el mismo espacio y en el mismo tiempo, que un coche particular estándar tipo turismo, donde los últimos estudios realizados que conozco dan como media: uno coma tres (1,3) pasajeros por cada vehículo ligero que transita cotidianamente por las autopistas del Norte y del Sur.
Pero, ojo, la guagua trasporta, en el mismo espacio y en el mismo tiempo, una media de veinte pasajeros; y, agárrense queridos lectores: un tren transporta, según los citados cálculos realizados, una media de ochenta pasajeros, además de mercancías y materiales de todo tipo que hoy circulan en camiones o furgonetas.
Pensadlo bien, queridos compañeros técnicos de los organismos oficiales de los departamentos de Obras Públicas de Canarias. Y actuar en consecuencia para beneficio de todos.
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