Lorenzo
de Ara
Me
dicen si mi apoyo a Lope Afonso se mantiene firme. "Lo voté en las pasadas
elecciones. Volvería a hacerlo. Ciudadano libre soy." Me aclaran que lo
que hice fue votar al PP en el Puerto de la Cruz. Y respondo que voté al PP a
pesar de que su lista no me gustaba. Del todo, claro. ¡Nada puede gustar del
todo en política! Solo la izquierda en una sociedad que acepta ser cretina y
guiada por ciegos, es capaz de venderse como perfecta en una democracia siempre
imperfecta (afortunadamente).
Lope
Afonso, a pregunta mía en “Las mañanas con Gente Radio” respondió que tiene hoy
muchas dudas sobre el inicio de las obras del futuro puerto deportivo de aquí
al 2019. No lo ve nada claro. Papeles y más papeles, trámites por aquí y por
allá, la maldita burocracia y las malditas medias verdades o vulgares mentiras
que se repiten hasta la saciedad para engañar al pueblo. ¿Un pueblo engañado
que acepta de buen grado que se repita la pantomima y acudirá (libre) a las
urnas para votar a los mismos?
Al
alcalde le honra que respondiera lo que piensa a día de hoy. Luego es cierto
que a la mañana siguiente tuvo la urgencia de aprovechar de nuevo nuestro
programa para aclarar y despejar dudas. ¿Dudas en el pueblo?
Lope
Afonso sigue defendiendo que el Puerto de la Cruz tendrá su muelle. Que no hay
motivo para el pesimismo. Incluso pidió perdón si había provocado el
desasosiego en la población.
Carlos
Alonso, presidente del Cabildo respondió que no estaba de acuerdo con sus
declaraciones. Supongo que ya habrán hablado. Y Juan Carlos Marrero, edil de
Urbanismo y secretario general de Coalición Canaria en la ciudad, también
experimentó (lo sé de primera mano) un enfado moderado, amén de pedir
explicaciones al alcalde de inmediato.
El
muelle que tanto anhela el Puerto de la Cruz hace estallar la chispa del
enfrentamiento político cuando no se miden las palabras.
Coalición
Canaria asegura que hay tiempo. Los nacionalistas insisten en que no se deja de
trabajar un solo día. Pero Lope Afonso dijo que no quiere montajes, que no
quiere un circo en la explanada del muelle.
Y
yo sigo insistiendo en que lo que único que hace falta es que lleguen las
palas. No las palas de juguete con las que nos entreteníamos cuando éramos
niños en Mequinez y San Felipe.
Tienen
que llegar las palas de verdad. Ruidosas y molestas. Todo lo demás sobra.
Sobran
hasta los políticos.
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