Lorenzo de Ara
Leo en el
digital www.elconfidencial.com que el escritor Mario Vargas Llosa ha asegurado
este miércoles que el referéndum en Cataluña es un disparate y ha expresado su
esperanza de que el Gobierno tenga "la energía suficiente" para
impedir ese "golpe de Estado que es lo que está en gestación". El
maestro nunca falla.
Leo a
Federico Jiménez Losantos en El Mundo, y de su extraordinaria columna destaco
estas líneas: “El que debe aclararse es este PSOE pasmado, a 155 bajo cero.
Está respaldando a los alcaldes del PSC agredidos por los cupetarras por no
tragar con el referéndum, pero dice que seguirá apoyando a Colau, aunque
acaudille a los linchadores de sus alcaldes. ¿Tan poco le importan España y la
Constitución a Sánchez que prefiere apoyar a Colau y Carmena frente al
fantasmón de «la derecha» en vez de advertir a Podemos de que si apoyan un día
más el golpe junto a la ETA, se queda con esos ayuntamientos que ya le
ofrecieron PP y Cs?”
Por su
parte, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha dicho
hoy:"cuando algunos intentan desafiar al Estado de Derecho, tienen que
saber que eso tiene consecuencias. Hoy lo que está ocurriendo es que el Estado
de derecho actúa, está actuando, ante el incumplimiento de la ley de
algunos".
España
vive horas amargas, pero también, desde hace horas, la Patria enseña al mundo
libre que el Estado de derecho está vivo. Que no hay blandura o el más leve
intersticio por donde se escape la fuerza del imperio de la ley.
Ciertamente
hay un gobierno de derecha ahondado en un vasto océano de complejos ante la
izquierda mediática. Y el gobierno ha tardado en reaccionar. Pero al fin lo ha
hecho.
Ni que
decir tiene que este es el momento de los viejos demonios de la izquierda
depredadora. Ha llegado la hora en la que el PSOE (no hablo de Podemos y otros
grupos antisistema) diga a la sociedad si está con la ley o se arrima como
animal en celo a la caverna independentista.
Escribo
esta reflexión un poco antes de que Mariano Rajoy comparezcan la Moncloa por
los sucesos de Cataluña y para hablar sobre sus reuniones con Albert Rivera y
Pedro Sánchez.
¿Qué
espero de Rajoy? ¿Qué espero de mi presidente? Oh, sí, espero lo único que en
estos momentos se puede esperar de un primer ministro que es puesto a prueba
por las vaquerías, por la tribu, por los aldeanos y por la masa que siempre
aplasta y descuartiza al dubitativo, al timorato. De Mariano Rajoy espero
firmeza, inteligencia y patriotismo.
¿Acaso es
mucho pedir?
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