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lunes, 1 de agosto de 2016

LIBERTAD

Lorenzo Soriano

Definir la libertad, es absurdo porque la simple definición, la limita. Y el único límite de la libertad individual debe ser el no quebrar la de nadie ni la del colectivo.   
       
A los amantes de "lo público" y denigradores de lo privado, quizás le gustaría que todo fuese público, como en Corea del Norte, Viet Nam o Cuba, y antes como en la URSS, China y la Cambodia de Pol Pot.  Y a los que esto disimulan, convendría que nos aclararan, si lo que quieren es que lo público se haga "poco a poco", para no asustar. Cuando Todo es público, todo es Dictadura, Fascismo, Autoritarismo, Comunismo, Stalinismo o Teocracia. Y, sin embargo, esta sencilla clase de Axioma, o que no necesitaría demostración, se demuestra y se ha demostrado tantas veces, que me lleva a la conclusión tristemente, de que es solo falta de voluntad de aplicarlo o simplemente conocerlo, lo que lleva a tanta gente a negarlo o simplemente ignorarlo. Hablan de Libertad, y lo primero que limitan los sistemas que proponen es ella misma.  
    
Lo primero que cercenan, que anulan, que niegan.                    

Lo público, lo colectivo, es manejado por la Elite, la Nomenklatura, el Politbureau, el Presidium, el Directorio, el Líder carismático. Luego de Purgas indiscriminadas, algunas con miles de ejecuciones, dentro y fuera de los "suyos", reeducaciones trágicas y millonarias en muertes. A continuación, gulags, ghettos y campos de concentración de todo tipo, servirán para aislar a los "contaminados" y torturarlos en Progroms salvajes, como ejemplo de que la vía hacia la sumisión es la única salida de la ciudadanía.   

Y no me vengan con que eso no pasara; lean la historia reciente y antigua y verán.

Hemos fracasado como país, como educadores, como ejemplo de valores, cultura, principios, y verdades. Hemos dado libertad como pan duro a los sin dientes. Ni la han entendido, ni la han asimilado, ni la han defendido ni la han usado en provecho propio y de la comunidad. Y los españoles, sobre todo, los peores alumnos aplicados en la materia. En el fondo, somos totalitarios.  De la mayoría, unos piensan que la solución es el exterminio de los "enemigos" políticos, y otros que esto solo lo arregla "un general con dos pistolas". Aun aquí y ahora. La mayoría está en esos dos "bandos". El resto no contamos. Los que pensamos y creemos en la libertad individual, en la empresa privada, en la democracia real, en la disminución del Estado y su mínima intervención en la vida de los ciudadanos. No contamos con nadie que nos represente.  Ni los que creemos en la administración rigurosa, en el destierro de la corrupción, en la distribución escrupulosa de recursos, en la división de poderes, en la lucha contra el terrorismo como enemigo del ser humano, de los negocios o el Turismo; en el desprecio a las teocracias y a la injerencia religiosa en el Estado o conductas privadas. En fin, simplemente por no querer firmar el pacto antiterrorista algunos partidos no deberían poder actuar en un estado de derecho. Y eso es libertad, y seguridad. Los derechos no pueden acabar con las leyes ni con la justicia. A los que se salen de la legalidad, se les deben acabar los derechos, en ciertos campos, a terroristas de acción u omisión, sobre todo. Hemos fracasado, ellos son "creyentes" y nosotros no creemos en nada. Hasta hacen milagros. Algunos abandonan el hastío, la abulia, incluso la bebida y las drogas para abrazar esta "nueva Religión" por nuestra inepcia, lo que sin duda desembocara de nuevo en las dictaduras y en las guerras. 


A reflexionar.

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