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domingo, 28 de agosto de 2016

EL SACRISTÁN, CORREVEIDILE, O TOCA PELOTAS

José Peraza Hernández


A reflexionar: Ha pasado los años, cuando había sacristán en todas las parroquias. Era una persona sería, como respetuosa en el pueblo o el barrio, en aquellos tiempos. Era la cabeza visible del cura. Era como el protocolo, como de secretario, una persona muy allegada al párroco.

Aunque, alguno eran refunfúñento con los niños, claro está, era lo que teníamos en esos tipos que corrían.

Un sacristán es la persona (laica o religiosa) que asiste al sacerdote en las labores de cuidado y limpieza de la iglesia, la sacristía y de los objetos sagrados que contienen. Es además el encargado de preparar todo lo necesario para la celebración de la misa. Se dice que hoy en día el sacristán puede ser elegido o designado directamente. También conocido como: ANIMERO.

Animero
La palabra Correveidile significa “persona que lleva y trae cuentos”. Según el escritor Fernando Díaz-Plajá, se refiere a una profesión, Corre-ve-y-dile, “tres órdenes de velocidad, dirección y comunicación que se han reunido para formar el oficio de quien se desplaza a menudo (…) En general, el correveidile existe sólo para trasladar algo mucho más frívolo: el rumor, el chisme, la acusación. El correveidile existe en todos los medios sociales, pero, quizá, porque necesita tiempo a su disposición; funciona más repetidamente a lo largo y anchas.  En dos palabras. “el chivato, lambia culo, que los hay en todos los lugares, creo que hasta en el cielo.

De esos hay muchos conocidos, subrayado y marcado. Claro está, esto es falta de humanidad, de personalidad, como de prepotente. Pero la verdad, que no son todos, eso se forma en grupitos, donde los están entre hombres y mujeres. Hay que reflexionar. ¿Qué son pobres criaturas, que no son nada en la vida, solo eso “¿Corre-ve-y-dile”, aunque, creo que más conocido son por chivatillos, o arrastradillo?  qué pena me da de ellos. “Creo que eso puede ser una enfermedad, que nace de las pocas neuronas, como de la zorrería, mal persona”. La verdad, que, en muchas conversaciones, coincido que no voy más encaminado. ¿La mayoría votan es esa línea? Pero bueno de todo crió dios en el mundo.

Otra cosita, por si no lo saben. Un Animero era, en las Islas Canarias (España), una persona considerada especialmente pía a la que popularmente se atribuye cierta santidad. El fenómeno de los Animeros es típico sobre todo de la zona norte de la isla de Tenerife, hacia el sur y hacia las otras islas, la figura del Animero va haciéndose menos frecuente, y probablemente esté relacionado con formas de culto religioso guanche anteriores al cristianismo, así como con cultos semejantes en el norte de África, dispensados a los morabitos del Magreb. También, los Animeros eran una suerte de "santones" o "curanderos", pues curaban enfermedades y decían contactar con las ánimas de los difuntos, el Animero fue una figura relevante en las sociedades campesinas del siglo XVII hasta mediados del siglo XX. En la actualidad los Animeros se encuentran prácticamente extinguidos.

Pero, la verdad que los “¿Corre-ve-y-dile”, chivatillos, o arrastradillo?  qué pena, que prácticamente estos último mencionados, no se han extinguidos.

Que les vamos hacer, estos personajillos crees, que la iglesia es suya, o que la pueden heredar, tanto, el sacrista como la sacristana.

Esto es una cosa ya heredad, de atrás, pero, lo peor en el siglo XXI, aún hay algunos. Debido a estos personajillos muchos fieles se han ido retirando, y esto es como una plaga. El papa Francisco, lo hablado en cantidad de veces, hay que ser humilde, a tender a todos y a todas, grandes y pequeños. Hasta incluso, les han bajado los sumos a los altos mandos de la iglesia.

Hay que reflexionar, en saber quién es uno y otro. Solo quien tiene que mirarse son los que se encuentra dentro de la iglesia, donde deben ser más bondadoso con los fieles en general, no ir mirándolo sobre los hombros a sus hermanos y hermanas. Conozco bien el interior de las iglesias, donde el pez chico quiere comerse a los mayores. Luego van a comulgar, con carita de santo, y los brazos y las manitas juntas, pidiendo o diciendo Señor, que bueno soy. Como todo pecador “¿Corre-ve-y-dile”, chivatillos, o arrastradillo?, en cuanto sales, van a ver cómo le poner la zancadilla alguno de sus hermanos de su hermandad, como a muchos fieles. Amen Jesús.

A reflexionar.

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