Ayer te vi tapando las tristezas
con mi llegada
Tu cuerpo,
más pequeño y apagado,
revelaba la fatiga de los años
y esa desesperanza alojada
entre las secuelas de tu llaga
Me dolían tus lágrimas no derramadas,
tu desasosiego, tu abandono, tu silencio
Me dolía tu mirada diciéndomelo todo,
callándomelo todo… por amor
Me dolía la respiración,
la impotencia intuitiva
destapando tu alma
que se desvanecía sola,
ocultándose en un cuerpo
que también es mi cuerpo, mamá…
Mi alma te envolvió
en balsámicas palabras,
quebrando tus miedos, tus angustias,
bombeando mis arterias tus arterias,
fundiéndose tu soplo en el mío…;
mirándonos sin vernos,
asombradas
en la comunión de nuestras vidas, unidas,
para volver a vencer… la soledad.
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