Hace ya muchos años conocí a una señora unas de las más
ancianas del municipio del Rosario, por ella, nos informamos, como eran
aquellas Romerías que desde antaño, llegaban a Los Realejos, para horrar a la
Ntra. Sra. de Los Afligidos, recuerdo que llamaba doña Ana María Lupzardo, una
señora que gracias a Caya, una joven que
en ese entonces trabajada con el Ayuntamiento esperancero, quien también vemos
en la foto, Junto a Pura Toste, que también falleció, acudimos juntos con otros
amigos, buscando información, sobre aquellas viejas tradiciones de los
esperanceros de acudir sorteando caminos y veredas, para venerar a la
Consoladora Madre de Los Afligidos.
Una mujer muy amable
y caroñosa.
Fueron muchas las
visitas que realizamos, a La Esperanza, y fue doña Ana María, quien nos informó
sobre estas peregrinaciones de sus antepasados, ella. Muy amablemente, nos
informó como sus abuelos y tantas personas acudían en estas fechas de agosto,
hasta su convento franciscano.
En cierta ocasión nos informó, que a no tener donde pasar la
noche, dormían amablemente en los lugares cercanos al convento franciscano, y
como organizaban estas peregrinaciones.
Caya, cuyo número de teléfono lo tengo, nos ayudó a conocer
a esta señora que tanta Fe tenía en la Madre Consoladora.
Pura Toste era una mujer muy agradable, y no solo con ella
acudíamos año tras año al citado municipio, pero si debo de añadir, que el
cariño de Pura Toste, una mujer muy trabajadora, en pros de la enseñanza, la
echamos mucho de menos, pero no quiero alargarme en este breve resumen puesto
que temas hay más que suficiente, en algunas ocasiones, también nos acompañó el
Padre José Luis como pueden ver en esta foto.
Agradecemos los que fuimos “pioneros” de aquellos
encuentros, y también al que fuera alcalde de aquella época, Don Macario
Benítez, un alcalde, que siempre nos atendía con cariño, así como la concejala
de cultura, Ana María.
Cuando la comisión de fiestas de Ntra. Sra. y Madre de Los
Afligidos, prepara los actos populares en su honor, y nuestro párroco Don
Marcos Antonio García los religiosos, echamos en falta, ya no solo a los
esperanceros, sino a esta señora Lupzardo, y a cuantas personas nos llegaban a
este municipio.
Resumiendo, y para no cansarles, quiero darle las gracias a
Caya, porque hace unos días le telefoneé y, por consiguiente, le comenté, que
le enviarle varias fotografías de la venerada imagen.
A Pura Toste, mi más sincero cariño, lo mismo a Caya, una
mujer que siempre nos acompañó, cuando acudimos a la Villa de La Esperanza,
buscando información de estas notables, informaciones sobre estas visitas de
aquellos nuestros antepasados, que año, tras año, acudían al convento
franciscano, a rendirle pleitesía.
Hace algunos años, se habló de “hermanamiento” entre los
esperanceros y los afligiditas. El resultado al parecer, es que ahora, cada
cinco años, los esperanceros acuden a Los Realejos, y los afligiditas a La
Esperanza.
Ojalá esta tradición, y tantas centenarias no se pierdan,
con la ayuda clara está de nuestras autoridades, y en esfuerzo de sus muchos
devotos.
Del municipio del Rosario (Villa de la Esperanza) tengo
muchos recuerdos y de tantos lugares que en diferentes años fuimos conociendo,
desde la mar, hasta la montaña.
Vaya pues mi grato
recuerdo a la señora Lupzardo, a Pura Toste y a cuantos nos acompañaron y nos
dieron información como lo fue el ayuntamiento, sobre esta costumbre tan
importante, ya que los municipios que no conservan sus tradiciones, es un
pueblo que puede caer en un hoyo muy profundo y Los Realejos, desde siglos,
viene conservando con la ayuda de todos, sus legendarias tradiciones.
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