Esta opinión sin ningún interés se escribe el jueves 18 de
agosto, alrededor de las trece y dieciséis minutos de la tarde. Es deseable,
pero poco previsible, que cuando usted, sapientísimo lector, se digne leer
estas líneas, a lo mejor los tres líderes con mando en plaza en España, se
hayan puesto más o menos de acuerdo para sacarnos del limbo político en el que
nos encontramos. Yo soy optimista, pero como sé muy poco de la cosa, ya digo
que desearía que los tres prohombres alcanzaran un punto de coincidencia. Así
que perdonen si lo escrito se ha convertido en una sucesión de palabras sin ton
ni son.
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...Y leemos en el editorial de El País, que pretende
influir, pero no influye nada: "A su vez, Pedro Sánchez se muestra
decidido a que el aspirante del PP fracase en la investidura. Pero a una
pregunta tan concreta como: ¿cuál es su alternativa alno a Rajoy?, elude la
respuesta y se limita a marcar al PP y a su presidente el camino de la
oposición, sin aclarar qué tiene en la cabeza para conseguirlo sin repetir las
elecciones, una opción que confiamos en que ni siquiera se le pase por la
cabeza."
El editorial se titula "Esto no puede ser". Habría
que comunicarle al editorialista que sí puede ser, que de hecho es así. Que lo
que lleva tiempo escribiendo el pobre escribano no provoca ni un levísimo dolor
de tripas. A Ferraz le hace más daño intestinal una bravuconada de Guerra en
una revistilla semanal de nula repercusión, que los editoriales y análisis en
el periódico de Juan Luis.
Y ya no digamos en Génova 13. En esa sede límpida de polvo y
paja, las palabras impresas pueden que sirvan para muchas cosas, pero me temo
que no para lo que son escritas.
¿Iglesias? ¿Iglesias? ¿Pablo Manuel iglesias? Me suena. Pero
en política hace tiempo que no practico el espiritismo.
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¿Y quién presiona a Rajoy? Porque a Sánchez lo presionan.
Recuerden, Sánchez es el secretario general del Partido Socialista Obrero
Español más derrotado y humillado en las urnas. Pero Sánchez está en otro
mundo. No se entera de nada. Anda a lo suyo, que es defender el fuerte para no
perder el chollo de vivir sin dar palo al agua.
Pero, ¿a Rajoy quién lo presiona? Brey se presenta ante los
medios para hacer gala de un galleguismo que en verano y con tantos fuegos es
como una patada donde más nos duele. El presi está sobrado desde que un
listillo le susurró al oído derecho (siempre el derecho) que sin él todo se va
al traste. El cesarismo de nuevo. ¡Qué tedio!
Rivera está fuerte porque no se deja atrapar ni se deja
arrastrar por los que se lo ponen muy fácil para subirse al monte con los
socialistas. Rivera, ahora sí que sí, está ganando enteros porque a la brumete
del PP y a los africanistas afincados en algunos medios, el joven español les
da lecciones de hacer política con mayúscula.
A veces me convenzo de que España está todavía por hacerse.
Que somos un espejismo en Europa. Que África no nos echa de menos. Que quizá
sea mejor así, volver al polvo, al eterno dramón de los personajes sin autor.
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