Cantaron las estrellas en la lluvia esa tarde mientras golpeaba su frescura el amarillo de la fruta Cantaron las miradas verdes del naranjo saltando de madura la semilla de la vida Cantaron los pichones bajo el ala de la madre mientras bajaba recia el agua por su cuerpo Cantaron en la tierra las raíces de los árboles, la vida, escoltando agradecida su abundancia enfurecida.
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