Lorenzo de Ara
El periodista local no quiere ser tratado como adulto.
Prefiere ser el adulón pordiosero. El correveidile de concejaluchos del Puerto
de la Cruz (ciudad que mola mediáticamente al ser asquerosa en lo político y
sirviendo así para rellenar el papel higiénico que hoy es la prensa que
contamina manos y precariza la razón).
De la radio (pura bazofia en el Puerto de la Cruz y la
televisión, mejor dejarlo para otro día.
Hace pocas fechas asistí a una rueda de prensa en el
ayuntamiento portuense. El periodista en solitario ante las protagonistas que
largaban por la boca las argumentaciones propias del siglo XXI. ¡Mujeres al
poder!
Y yo estoy con ellas. Faltaría más.
Se puso de manifiesto que el urbanismo también mantiene a
la mujer en el ostracismo. Que la mujer en la ciudad camina en zigzag. El
hombre en línea recta. Seguro de sí mismo. Y tiene su porqué. No teme. Macho
alfa (Pablo Iglesias que azotaría hasta que sangrase la hembra). La mujer, por
el contrario, debe hacer frente a muchas tareas, obligaciones, impedimentos
urbanitas que no cuentan con ella en el desarrollo de la city. Ella es fuerte,
pero estereotipos y malformaciones culturales son cumbres borrascosas que
impiden su éxito.
No sé hasta qué punto. Pero el pulpo como animal de
compañía está asumido.
Creo que así son las cosas. Ciertamente.
Y el periodista tomó nota y cumplió con su obligación.
Preguntar.
Por ahora el gobierno socialcomunista del Puerto de la Cruz
no impone la mordaza que ya es marca de la casa en Pedro Sánchez. Asimismo, el
convencimiento de que nunca emprenderá el camino de la tiranía sanchista está
profundamente arraigado en la cabeza. No en mis venas.
Soledad del periodista. Mejor la soledad deseada. Hay
compañeros de profesión que apestan a supermercado. A compra y venta de oro.
Holograma empleado para objetivar la realidad. ¡Ni de coña!
“Hemos llegado al embrutecido punto de nuestra historia
moral en que el animal merece más compasión que el humano.” Jorge Bustos dixit.
Políticos y periodistas, en este mundo local estúpido y
desmayado, aparecen en primer lugar en la lista de parásitos a los que hay que
proteger.
Luego están los lectores, escuchantes, televidentes,
ciudadanos, personas, votantes.
Ni hablar.
Si el lunes vuelvo a la radio para comenzar una semana más
ejerciendo el periodismo local prostituido será culpa mía.
Dejé atrás hace mucho el tránsito a la edad adulta.
Sobrepaso al periodismo local en todo. Soy un espécimen nuevo. Tardío.
No quiero Gente. No quiero Radio. Quiero ser persona.
Si el lunes me escuchan decir buenos días, sepan que hay
verdad en el saludo.
Todo lo que nace después es la mentira de un tipo arrogante
y antipático.
Yo.
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