Cristina Tavió
Si uno pone en
cualquier buscador “avistamiento de cetáceos” entre los múltiples resultados
aparecen anuncios de empresas que se dedican a esta actividad aquí en Canarias.
No es para menos, según numerosas publicaciones científicas nuestras aguas-
debido a su temperatura y profundidad amén de su gran biodiversidad con más de
5.000 especies marinas registradas- están consideradas uno de los mejores
santuarios de ballenas del mundo.
El
extraordinario valor medioambiental de nuestras costas sumado a nuestra
admirable biodiversidad ha hecho que Canarias sea reconocida con la máxima
distinción que brinda la política europea en materia de conservación. En todas
las Islas se han declarado “Zonas Especiales de Conservación” por la Orden
ARM/2414/2011; es decir, son espacios de importancia comunitaria integrados en
el instrumento Red Natura 2000.
No es de
extrañar entonces que uno de los mayores desafíos medioambientales de las
últimas décadas sea lograr compaginar nuestras prácticas turísticas y
profesionales con la conservación de los recursos marinos de nuestro
Archipiélago. Bajo esta premisa presenté en el último pleno del Parlamento una
Proposición No de Ley sobre la coordinación de las actividades marinas en las
Zonas de Especial Conservación (ZEC) de Canarias.
Antes de
explicarles el contenido y los argumentos que utilicé para defender esta
iniciativa, quiero agradecer públicamente a Alejandro Quintana Martín y a los
miembros de la Asociación de Cetáceos del Sur de Tenerife (ACEST) su
colaboración y predisposición para trabajar conjuntamente. Sin ellos, y su
pasión contagiosa, no podría haber sido posible.
Si algo me
hicieron entender desde el primer momento es que algo está fallando cuando la
densidad de calderones tropicales ha caído en picado durante los últimos 15
años o cuando las ballenas residentes en el Sur de Tenerife, por poner un
ejemplo, tienen semejantes niveles de estrés.
Urge
identificar las carencias e introducir medidas eficientes de coordinación para
mejorar el cumplimiento de las normas de protección y mantener la actividad
económica al mismo tiempo. El fin último de esta PNL es poner orden para que el
avistamiento de cetáceos –una práctica que genera empleo y un volumen de
negocio prioritario- se haga con todos los estándares de excelencia, calidad y,
ante todo, con respeto hacia los animales marinos más vulnerables.
Sostenibilidad
y equilibrio frente a la sobreexplotación de nuestros recursos que viene dada
principalmente por el elevado nivel de intrusismo, la fuerte competencia
desleal y la ausencia de control administrativa en las ZEC de Canarias. Y las
consecuencias son palpables: molestias a los cetáceos por las persecuciones y
acorralamientos que les causan estrés.
Por eso hemos
solicitado la creación de Comisión Territorial para la Coordinación de las
actividades en las ZEC de Canarias con representación de todas las
administraciones públicas competentes, sector científico y empresarial. Urge
contar con un grupo de trabajo transversal que vele por el cumplimiento de las
leyes y que esté perfectamente coordinado.
Necesitamos
contar además con un estudio sobre la capacidad de carga del espacio natural
para poder evaluar con datos si hemos superado el nivel de presión
antropogénica que garantiza la conservación, y así estar en condiciones de
planificar un desarrollo sostenible, mediante la ordenación lógica y coordinada
de los recursos.
Las
investigaciones científicas más autorizadas alertan de las críticas
consecuencias para el hábitat de las Zonas Especiales de Conservación en
Canarias, así como para la salud de los cetáceos residentes. Ante esto, tenemos
que evitar un deterioro irreversible.
Es vital que
dichas zonas cuenten con un sistema que permita otorgar a las empresas
turísticas de avistamiento de cetáceos o a cualquier otra actividad el
distintivo de calidad y buenas prácticas, atendiendo a criterios uniformes de
carácter social, medioambiental y turístico.
Agradezco a
los grupos parlamentarios sus enmiendas y su apoyo unánime. Creo que con esta
iniciativa y con la modificación de la Ley de Pesca de Canarias que se está
tramitando en el Parlamento estaremos dando un cambio de dirección, iniciando
el camino hacia la recuperación y conservación de la biodiversidad marina en
nuestra tierra.
Por una
Canarias sostenible y en equilibrio.
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