Lorenzo de Ara
“España no es
un país exactamente libre, sino más bien disfrazado de libertad”, escribe
Alberto García Reyes.
¿Por qué? La
gente no dice lo que piensa. Dice lo que el otro quiere oír. Y así se camina en
paz. Nadie quiere estar en guerra con el otro. Ni consigo mismo. Es un
suplicio. Y en verdad lo es. Lo digo por experiencia.
Me juré hace
algo de tiempo decir lo que pienso. No callar. No torcer la realidad. Ganarme
enemigos y perder amigos si de verdad los eran (que lo dudo). ¡Yo no necesito
amigos!
Allá voy.
El PSoe es un
apéndice de Maduro.
El PSoe apesta
a cómplice de todo tipo de atrocidades cometidas durante 20 años en Venezuela.
La izquierda
es amiga de dictaduras comunistas, y se permite bendecir los crímenes, el robo,
las tramposas elecciones en uno de los países más ricos del mundo, donde el
socialismo del siglo XXI perpetra a diario el asesinato del pueblo que muere de
hambre y ansía libertad.
Maduro tiene
un aliado en la izquierda española. En el PSoe de José Luis Rodríguez Zapatero,
Pedro Sánchez, José Felix Tezanos, Rosa María Mateo; aliados son, en igual
medida, los sociatas de pueblos, nuestros pueblos, nuestro Puerto de la Cruz;
rojillos cretinizados que no saben de lo que hablan, pero se empalman cuando
ven la hoz y el martillo, la imagen del Che; se corren de gusto escuchando la
internacional socialista y las soflamas de los bolivarianos.
Decir
socialismo en España es decir Nicolás Maduro.
La
desinformatsia es una cruda realidad que todo lo contamina. Corrompe.
En ese terreno
la izquierda gana a los demócratas.
En la novela
“El niño con el pijama de rayas” un teniente alemán hijo de puta, jovencito
pero lleno hasta las trancas de antisemitismo, no necesita decir muchas cosas
para enseñar a través de la mirada que el horror es igual a verdad.
El socialismo
sanchista recuerda a aquel joven oficial alemán que ponía de los nervios a
nuestro querido Bruno.
Ahora llega el
instante supremo de la hipocresía más absoluta. Es el momento en el que Sánchez
dirá que el presidente legítimo de Venezuela se apellida Guaidó. Y Europa dirá
lo misma. Esta Europa apestosa, cobarde, en la que no hay democracia de verdad,
sino, tal como escribe Juan Manuel de Prada, una “demos-gracias”.
¿Qué es el
PSoe de Pedro Sánchez? Una baratería.
De Prada,
junto a otros valientes, lo expone con claridad y sin atropello: “el pueblo
convertido en chusma se refocila en el disfrute de sus derechos de bragueta”.
Es lo que hay.
Birlibirloques
para entretener al populacho que comulga con Maduro y con los horrores de la
dictadura narco comunista. Aquí en España.
Repito. Decir
PSoe es decir Maduro.
Yo no me
disfrazo de hombre libre. Soy libre para decir lo que de verdad pienso.
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