Lorenzo de Ara
Es imperativo
defender España. Impostando patriotismo no venceremos a los traidores. Los
cínicos de la izquierda, también de la derecha, sobran en la España que
queremos millones de ciudadanos libres que todavía somos capaces de poner a la
Patria por encima de partidos y absurdas democracias enfermas.
Chapotear en
la mentira, la indecencia y el odio a España tiene un coste. ¿La cárcel? Si por
mí fuera, naturalmente.
Pedro Sánchez
es un agente paraestatal. No alberguen dudas al respecto.
Si quedaran
socialistas centrípetos, a lo mejor el partido tendría una posibilidad de
salvación. Empiecen por liquidar al PSC, con Iceta a la cabeza.
Cuando el PSoe
vuelva a ser centrípeto, la Corona volverá a dormir tranquila.
Mientras
tanto, el editorialista de “El País” sigue erre que erre: “Compartir con Vox la
cabecera de una manifestación que la responsabilidad institucional aconsejaba
no haber convocado (máxime cuando el Gobierno ya ha anunciado la ruptura de las
negociaciones con los independentistas) coloca a esa fuerza en posición siempre
ganadora y hará del PP y Ciudadanos sus víctimas electorales, antes de llevar a
la totalidad del país hasta el callejón sin salida donde las intransigencias
simétricas acaban mirándose frente a frente”.
Cuán cansino
resulta que comprobar que un periódico que leo todos los días se sumerge cada
vez más en la mendacidad.
Y en el apogeo
de ese trabajo nauseabundo, Daniel Gascón concluye que “…Toda disensión se
atribuye a una derecha embrutecida”. O sea, que mañana, centenares de miles de
españoles en Colón representarán a una España embrutecida, deseosa de coger las
armas y enemiga de la democracia.
Hasta hace
pocos años, decir izquierda era decir normalidad democrática. Hoy no.
Esa izquierda
representa meter el Ébola en el cuerpo de la Patria.
Y prosigue
Gascón: “Nunca pasa nada hasta que pasa: todos pensamos que nuestra causa es la
única verdadera y que el enrarecimiento de la conversación pública es culpa de
los demás, y confiamos en que el clima de polarización, inflación léxica e
histeria no rompa las instituciones que degradamos cada día”.
¡Es lo que
lleva haciendo Sánchez desde antes de entrar destructivamente en la Moncloa!
También se
apunta al aquelarre contra la España decente el bueno de Teodoro León Gross:
“Claro que la oposición ha optado, en este proceso, no por una actitud crítica
hacia Moncloa, sino incendiaria. Lo de Casado, sumando insulto tras insulto
entre apelaciones al aborto o a ETA, es de pabellón psiquiátrico”.
Hay que cobrar
la nómina y tener contenta a la jefa. Lo entiendo.
Jarquín
Estefanía enfatiza que la derecha (las derechas) se refieren a Pedro Sánchez
como (traidor, felón, ilegítimo, chantajeado, mentiroso compulsivo, ridículo,
adalid de la ruptura en España, irresponsable, incapaz, desleal, catástrofe,
ególatra, chovinista del poder, rehén, escarnio para España, incompetente,
mediocre, okupa de La Moncloa…) ¡Lo es! Lo es el inquilino de la Moncloa y lo
es el PSoe, respetado exdirector.
Jorge Bustos,
cada día más grande, escribe en “El Mundo”: “No digo que Sánchez esté loco.
Gente que le conoce me insiste a menudo en un trastorno clínico de personalidad
narcisista, pero grandes líderes de la historia lo han sufrido en igual o mayor
grado: la psicopatía no te convierte sin más en Napoleón, como queda demostrado
a la vista de un Sánchez. Además, hace falta talento. Y no es lo mismo ser
Napoleón que ir voceándolo por el psiquiátrico.”.
Un sujeto así
es el que hoy manda (no gobierna) España. ¿Peligroso? Mortal de necesidad.
“Sánchez odia
al PSOE. Nadie, ni siquiera el Pablo Iglesias de la cal viva lo ha odiado tan
íntimamente. Sánchez no actúa para perpetuarse en el poder, como denuncia la
oposición. Sánchez actúa para reducir a escombros la estructura orgánica que le
jodió la vida”, lleva razón Bustos.
Pero los memos
del partido de la rosa marchita y mentirosa se niegan a ver la realidad. Por
esa razón sería muy bueno para la democracia que el PSoe desapareciera del mapa
de la realidad.
¿Y si el PSoe
habitara en la clandestinidad?
Y tiene mucha
razón José Ignacio Torreblanca, también en “El Mundo”, al recordar con
precisión quirúrgica que “este Gobierno, recordemos, no nació de un plan
meticulosamente preparado, sino del colapso del gobierno del PP que siguió a la
sentencia Gürtel y de la irresponsable actitud de Mariano Rajoy, que abandonó
el cargo sin ofrecer a su partido un líder de recambio ni a los ciudadanos unas
elecciones en las que pronunciarse”.
El PP tiene
mucha culpa de los males de España, pero no es un partido traidor, como lo es
el PSoe.
Felón.
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