Juan Calero Rodríguez
Hoy no voy a
hablarles de personalidades literarias latinoamericanas que han estado a la
sombra de otros grandes nombres, esta vez extraigo de ese pequeño país en
lengua romances de la región de los Cárpatos al escritor y dramaturgo rumano
Valeriu Butulescu, Master de la Academia de Cracovia, Polonia, y Doctor de la
Universidad de Petrosani, Rumania. Como escritor a publicado 72 libros y ha
sido galardonado con alrededor de 80 premios y como dramaturgo ha tenido cerca
de 60 estrenos teatrales. Por los aforismos recibí premios en Rumania, Polonia,
Bulgaria, Italia, Grecia, Líbano, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Canadá. Como
que también recibió el Premio concedido por la Unión de Escritores de Rumanía,
en 2004.
Valeriu
Butulescu aparece en la última edición de la Historia de la literatura rumana
como el escritor vivo más traducido, de hecho, sus aforismos se pueden leer en
forma de libro en más de cincuenta idiomas.
Comencé a
conocer Rumania cuando niño, viviendo en Cuba, como el país socialista europeo
y miembro del Pacto de Varsovia, presidido en aquel entonces, por Nicolae Ceaușescu,
y ya en la parte literaria por la siempre recurrente figura novelesca de Dráculas en el lejano
paraje de Transilvania.
Como país
ubicado en la intersección de la Europa Central con el Sureste y el Mar Negro,
es más conocido por los españoles por las oleadas de emigrantes que se han
desplazado en busca de trabajo y mejoras de vida; que por sus tradiciones y
cultura bastante diferenciadas a las nuestras, sin que apenas tengamos referencias
de ellas.
Ya con los
años, fui estudiando los grandes poetas, escritores y dramaturgos nacidos en
ese país que han adquirido reconocimiento mundial, como Tristan Tzara o Paul Celan,
aunque, en algunos casos, lo han alcanzado viviendo en Francia y escribiendo en
lengua francesa, como son los de Eugène Ionesco y Emil Cioran. Por otro lado,
habría que citar a Mircea Eliade, gran historiador y estudioso de las
religiones, o a Valeriu Butulescu, magnífico dramaturgo y escritor que bien
merecido tiene ser incluido entre los grandes nombres de la literatura
caucásica.
Como sucede
con los escritores rumanos mencionados, los aforismos de Valeriu Butulescu nos
conduce hacia un cercano nihilismo de Emil Cioran a cuestionar las certidumbres
y dogmas de la educación occidental y con una pronunciada carga de pesimismo
sobre el absurdo de la existencia humana como Eugène Ionesco, como a su vez nos
los muestra aderezados con toques del más fino humor.
Aunque el
nombre de este hombre de letras rumanas es poco conocido en Canarias, me ha
parecido interesante traerlo a este medio de comunicación y mostrarles algunos
ejemplos de esa brillantez literaria de ironía, imaginación, poesía, paradoja,
etc., que son los breves pensamientos llamados “aforismos” donde este gran dramaturgo
rumano da rienda suelta a sus reflexiones y aspiraciones.
Entre los 927
aforismos que contiene este libro he seleccionado veintidós, por ejemplo:
- No creas que
tu enemigo te admira. Solo está buscando tu punto débil.
- Los que se
arrastran no tropiezan nunca.
- Tengo mucha
valentía, pero me da miedo utilizarla.
- No es un
hombre limitado aquel que conoce sus propios límites.
- Tuvimos un
jefe tan capacitado que tomaba él solo las decisiones colectivas.
- Han
aparecido los teléfonos inteligentes. Algunos más inteligentes que sus dueños.
- Leo una
esquela. Respiro aliviado: todavía no es la mía.
- Algunos van
a la iglesia con la esperanza de que Dios pase lista.
- El sueño del
necio es ser dirigente. Y este sueño generalmente se cumple.
- El suicida
no le teme a la muerte. Le teme a la vida.
- Me he
perdido. Siempre tropiezo con los ideales de los otros.
- El que se
extravía descubre nuevos caminos.
- No creo en
juramentos. ¡Se los juro!
- Intentaré
olvidar. No olviden recordármelo.
- Qué pena que
en la escuela de la vida no se pueda repetir año.
- Cada vez que
bajaba del avión volvía a ser ateo.
- Me regalaron
una rama de olivo. Hubiera preferido unas buenas aceitunas.
- Hemos
acordado que las lágrimas del cielo se llamen lluvia.
- Estabilidad
significa estancamiento.
- Considero
que la verdad al desnudo no es moral.
- Detrás de la
sonrisa se esconde el filo de los dientes.
- Has de
sufrir si quieres conocer el alivio.
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