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viernes, 15 de febrero de 2019

VALERIU BUTULESCU


Juan Calero Rodríguez

Hoy no voy a hablarles de personalidades literarias latinoamericanas que han estado a la sombra de otros grandes nombres, esta vez extraigo de ese pequeño país en lengua romances de la región de los Cárpatos al escritor y dramaturgo rumano Valeriu Butulescu, Master de la Academia de Cracovia, Polonia, y Doctor de la Universidad de Petrosani, Rumania. Como escritor a publicado 72 libros y ha sido galardonado con alrededor de 80 premios y como dramaturgo ha tenido cerca de 60 estrenos teatrales. Por los aforismos recibí premios en Rumania, Polonia, Bulgaria, Italia, Grecia, Líbano, Bosnia y Herzegovina, Serbia y Canadá. Como que también recibió el Premio concedido por la Unión de Escritores de Rumanía, en 2004.

Valeriu Butulescu aparece en la última edición de la Historia de la literatura rumana como el escritor vivo más traducido, de hecho, sus aforismos se pueden leer en forma de libro en más de cincuenta idiomas.

Comencé a conocer Rumania cuando niño, viviendo en Cuba, como el país socialista europeo y miembro del Pacto de Varsovia, presidido en aquel entonces, por Nicolae Ceaușescu, y ya en la parte literaria por la siempre recurrente figura novelesca de Dráculas en el lejano paraje de Transilvania.

Como país ubicado en la intersección de la Europa Central con el Sureste y el Mar Negro, es más conocido por los españoles por las oleadas de emigrantes que se han desplazado en busca de trabajo y mejoras de vida; que por sus tradiciones y cultura bastante diferenciadas a las nuestras, sin que apenas tengamos referencias de ellas.

Ya con los años, fui estudiando los grandes poetas, escritores y dramaturgos nacidos en ese país que han adquirido reconocimiento mundial, como Tristan Tzara o Paul Celan, aunque, en algunos casos, lo han alcanzado viviendo en Francia y escribiendo en lengua francesa, como son los de Eugène Ionesco y Emil Cioran. Por otro lado, habría que citar a Mircea Eliade, gran historiador y estudioso de las religiones, o a Valeriu Butulescu, magnífico dramaturgo y escritor que bien merecido tiene ser incluido entre los grandes nombres de la literatura caucásica.

Como sucede con los escritores rumanos mencionados, los aforismos de Valeriu Butulescu nos conduce hacia un cercano nihilismo de Emil Cioran a cuestionar las certidumbres y dogmas de la educación occidental y con una pronunciada carga de pesimismo sobre el absurdo de la existencia humana como Eugène Ionesco, como a su vez nos los muestra aderezados con toques del más fino humor.

Aunque el nombre de este hombre de letras rumanas es poco conocido en Canarias, me ha parecido interesante traerlo a este medio de comunicación y mostrarles algunos ejemplos de esa brillantez literaria de ironía, imaginación, poesía, paradoja, etc., que son los breves pensamientos llamados “aforismos” donde este gran dramaturgo rumano da rienda suelta a sus reflexiones y aspiraciones.

Entre los 927 aforismos que contiene este libro he seleccionado veintidós, por ejemplo:

- No creas que tu enemigo te admira. Solo está buscando tu punto débil.

- Los que se arrastran no tropiezan nunca.

- Tengo mucha valentía, pero me da miedo utilizarla.

- No es un hombre limitado aquel que conoce sus propios límites.

- Tuvimos un jefe tan capacitado que tomaba él solo las decisiones colectivas.

- Han aparecido los teléfonos inteligentes. Algunos más inteligentes que sus dueños.

- Leo una esquela. Respiro aliviado: todavía no es la mía.

- Algunos van a la iglesia con la esperanza de que Dios pase lista.

- El sueño del necio es ser dirigente. Y este sueño generalmente se cumple.

- El suicida no le teme a la muerte. Le teme a la vida.

- Me he perdido. Siempre tropiezo con los ideales de los otros.

- El que se extravía descubre nuevos caminos.

- No creo en juramentos. ¡Se los juro!

- Intentaré olvidar. No olviden recordármelo.

- Qué pena que en la escuela de la vida no se pueda repetir año.

- Cada vez que bajaba del avión volvía a ser ateo.

- Me regalaron una rama de olivo. Hubiera preferido unas buenas aceitunas.

- Hemos acordado que las lágrimas del cielo se llamen lluvia.

- Estabilidad significa estancamiento.

- Considero que la verdad al desnudo no es moral.

- Detrás de la sonrisa se esconde el filo de los dientes.

- Has de sufrir si quieres conocer el alivio.

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