Agustín Armas Hernández
En
cualquiera de las ciudades de la geografía española, y del mundo, existen
lugares estratégicamente ubicados donde los lugareños, y hasta venidos de
afuera, suelen con asidua frecuencia reunirse en amigable tertulia: aunque no
siempre, dichas reuniones terminen en eso, en pacífico diálogo, frecuentemente
concluyen en polémicos enfrentamientos dialécticos. Los encuentros normalmente
se establecen en casinos, grupos de recreo y más aún, por su popularidad, en
bares y cafeterías. Infinidad de temas suelen salir a la palestra en estas
bulliciosas tertulias que, casi siempre afloran en ellas, nuestro,
mundialmente, conocido temperamento español. Veamos a continuación algunos de
estos temas, que con más frecuencia salen a relucir. En primer término los
deportivos seguido de políticos y religiosos, este último casi siempre para
atacar a los ministros de Dios, en vez de profundizar y analizar su
problemática y como repercusión lleguemos a ser mejores cristianos, y por
último ¡Cómo no! algún que otro problema social de actualidad acaecido en el
día y lugar.
Pues
bien, en mi querida ciudad turística ¡no faltaría más! tenemos también, entre
otros, dos céntricos y animadores bares/cafeterías muy conocidos de la mayoría
de tinerfeños y allende los mares; el -Dinámico- y el -Capitán-, conocidos
también con el significativo sobrenombre de -Cámara alta- el primero y -Cámara
baja-, al segundo. El Bar Dinámico, ahora estático parado, casi muerto.
¿Quién
lo ha visto -dinámico-? ¡Pues ahora está sin movimiento! No solamente el bar,
sino toda la plaza del Charco.
La
mayoría de ciudadanos sabemos la progresiva .decadencia del lugar, ¿lo último?
la conclusión del contrato de arrendamiento del citado bar y remodelación de la
plaza que fue antaño llamada: -de los Camarones-.
¿Hasta
cuándo esta situación? Plaza y bar fueron hasta no hace mucho tiempo orgullo de
todos los portuenses, por el bar han pasado -desde siempre-, la flor y nata de
la intelectualidad local, artistas todos, médicos, abogados, industriales,
etc., muchos ya fallecidos, como don Juan Barlet, músico y compositor; don Luís
Castañeda, escritor; don Isidoro Luz, médico, y célebre alcalde que fue de esta
ciudad; don Andrés Martín, industrial; don Pedro Chávez; don Domingo, y don
Andrés Sotomayor; don Miguel Gómez. Y algunos más que tengo en mente y corazón
pero por la lejanía en el tiempo he olvidado sus nombres, además del espacio
muy limitado para estos artículos. De todas formas son todos ellos recordados
con mucho cariño. ¿Quién no recuerda -de otra generación- los campeonatos de
parchís que al mediodía (entre las 2 y las 4 de la tarde) se jugaban en la
explanada del Dinámico? Podríamos mencionar, algunos de aquellos jugadores más
destacados -vivitos "todos ellos- (en la actualidad, casi todos, por no
decir todos, muertos) expertos deportistas que con sus jugadas malabáricas
hacían las delicias de los ciudadanos allí expectantes, muchos aspirantes en
paciente espera, deseando quizás, que alguno de ellos se lesionara para ocupar
su puesto. Pero... no era posible ¡eran los mejores!; tiempos pasados. ¡Qué
lástima!
Introduzcámonos
ahora en el bar .Capitán- o .Cámara baja-; desde que amanece dicho bar es
centro de reunión no solamente de los que se dirigen a su trabajo -después de
tomar un cafecito- sino que además es un centro diario de la flor y nata de los
magnates y planificadores deportivos. Se reúnen en la terraza del mencionado
bar ---entre café, copa y puro- para tratar todo lo relacionado con los
deportes, sobre todo el balompié (fútbol). Cierto que se sientan en la terraza
del popular bar, muchos aficionados que sienten y les gustan los deportes pero
también es verdad que se introducen allí en el concilio futbolístico,
personajes, chanchulleros, que sólo asisten con el único objeto de los
intereses personales, o bien como protagonistas incordiadores. Polémicos
enfrentamientos dialécticos han, habido estos días entre los responsables del
esférico deporte y la afición portuense. ¿Motivos? el césped plantado en el
campo deportivo el Peñón, que por lo visto y oído" no ha dado los
resultados adecuados y deseados. Pregunto: ¿Por qué no se estudia y planifica
previamente, ésta y cualquier otra obra a " emprender, para que luego no
venga la desilusión, el ridículo y los gastos superfluos?”
¡Si
reflexionásemos al final todo sería barato! En otros tiempos, dentro de las
ciudades Estado, o ciudades autónomas, todos los vecinos tomaban parte en el
gobierno de la ciudad; y todos, por lo mismo se interesaban por el bien común.
Ojala nuestra actual democracia se extendiera a todos los niveles. No siempre
se reconocen los derechos y la dignidad de la persona humana…
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