José Melchor Hernández Castilla. Secretario
de la Asociación Wolfgang Köhler
¿De quién es el Puerto de la Cruz? Es
una pregunta que nos hacemos ante el actual panorama de la ciudad turística.
Distintos candidatos o candidatas nos vienen a la cabeza: el Ayuntamiento, el
Cabildo, los comerciantes, los constructores, ASHOTEL, los turistas y los
ciudadanos del municipio.
Con la actual deuda municipal de casi
60 millones de euros descartamos al ayuntamiento. También, a los comerciantes,
constructores y ASHOTEL porque son dependientes de subvenciones y de la riqueza
de la zona. Los turistas son simples consumidores de la oferta de un lugar, y
los ciudadanos carecen de órganos municipales efectivos que los representen.
Así, que simplemente nos resta el Cabildo de Tenerife.
Sabiendo, con temor a equivocarnos,
quién es el máximo responsable virtual del municipio portuense, nos atrevemos a
exponerle algunas cuestiones relacionadas con la calidad turística, y más
concretamente con los materiales y el uso de los mismos en distintos lugares
del casco portuense.
En primer lugar, empezaremos por la
calle Zamora; el empedrado de la misma se ha quebrado en distintas partes de la
vía, y ello contrasta con el buen estado del empedrado de su calle contigua, la
calle Santo Domingo. Añadiremos, que el empedrado de supuesta piedra de la
calle Zamora tiene menos de 5 años, y el de la calle Santo Domingo unos cuantos
más.
En segundo lugar, hay unas jardineras
en las aceras de calle Santo Domingo-calle La Marina, mirando al muelle, que
están causando muchos accidentes de caídas horizontales entre los transeúntes.
Las quejas de los comerciantes de la zona son obviadas por el consistorio
portuense. Sin embargo, en la calle Iriarte, existen jardineras similares a las
mismas, y han sido cerradas con verjas verdes, evitando así que los viandantes
pueden tropezar con ellas.
En tercer lugar, queremos denunciar,
como hace algunos años hicimos en este mismo medio, el problema de las
escaleras que suben a la ermita de San Telmo, que tiempo atrás habían sido una
rampa. Las personas con discapacidad física y en silla de rueda, no pueden, y
parece que no podrán, acceder por este tramo, porque la autoridad pertinente se
niega a hacer una rampa, aludiendo a su imposibilidad material. Argumento que
en el siglo XXI se nos antoja inverosímil o falto de criterio técnico.
Queremos llamar a la atención que la
calidad de los materiales usados en distintos proyectos o reformas también
forman parte de la calidad turística. Y cuando se usan materiales de tipo
metálico, sustituyendo a la piedra en lugares de continua maresía, lo normal es que se oxiden; algo parecido
sucede con el uso de la falsa piedra, que se quiebra y se rompe. Es por ello
que pedimos, para las futuras obras del
Puerto de la Cruz, materiales de buena
calidad, y que los buenos no sean sustituidos por otros de peor solvencia. Además, rogamos sensibilidad, por parte del
Ayuntamiento portuense, hacia los ciudadanos que sólo intentan que los turistas
y viandantes no se rompan un pie o la propia cabeza cuando las jardineras no
están bien señalizadas, en este caso, entre la calle La Marina y la calle Santo
Domingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario