Juan
Calero Rodríguez
Nada queda de los
orfebres héroes
tras abandonar el campo
de batalla.
Para los cubanos, 2015,
ha sido un año para recordar aniversarios en cifras cerradas. Se conmemoran
exactamente 50 años de creados los campos de concentración llamados UMAP, 45
años del fracaso de la Zafra de los Diez Millones, 40 años del inicio de Cuba
en la guerra de Angola, 35 años de los sucesos en la Embajada del Perú y su
posterior estampida en lanchas por
Mariel, 25 años del inicio del Período Especial. Por los medios oficiales del
régimen solo se recuerda la victoria de la Operación Carlota.
La
Operación Carlota fue el nombre
de la misión militar de Cuba en Angola.
Nada más allá del mástil
la ingrávida enseña
abandonada a su suerte.
Intento
rememorar aquella colaboración militar de hace cuarenta años. Jamás un país del Tercer Mundo había
emprendido un despliegue militar de tal envergadura.
El
10 de noviembre de 1975 Fidel Castro despidió, al primer destacamento de los
primeros 650 efectivos bien entrenados de Tropas Especiales del Ministerio del
Interior con destino a Angola, un país africano a más de 11,000 kilómetros de distancia.
En marzo de 1976, Cuba llegó a totalizar
alrededor de 70 000 soldados y unos 1.000 carros de combate. Pasado el peligro inicial, la cifra se
estabilizó en unos 40 000. Muy pronto fueron enviados sucesivos
refuerzos, cada vez menos preparados, a tal punto, que se llegaran a enviar
tropas que nunca antes habían tocado un arma. En total llegaron a pasar por Angola cerca de 450.000
cubanos entre médicos, maestros, ingenieros, colaboradores y soldados durante
los 16 años que duró la operación. La Operación Carlota terminó en 1991 con la
salida de los últimos quinientos soldados cubanos.
La misión era contener la incursión en
territorio angolano de los ejércitos de Sudáfrica
y Zaire (actual
República Democrática del Congo), e impedir que las
guerrillas de la UNITA y el FNLA tomaran Luanda,
proclamaran la independencia y formaran gobierno antes que el marxista MPLA.
La Unión Soviética apoyó al MPLA de
Agostinho Neto con armas y el resto de la logística. Estados Unidos, Sudáfrica
y China, en una extraña concertación, favorecieron a la UNITA, de Jonás Savimbi.
Los cubanos pusieron la carne y su sangre.
La confrontación Este-Oeste impidió que el
conflicto entre los tres movimientos guerrilleros (el MPLA, la UNITA y el FNLA,
de Holden Roberto) que combatieron a los colonialistas portugueses fuese otra
guerra civil más en el continente africano.
En julio de 1988, luego de la costosa y
prolongada batalla de Cuito Cuanavale, las tropas cubanas consiguieron la
retirada sudafricana del sur de Angola. Los acuerdos de paz se firmaron entre
Cuba, Sudáfrica, Estados Unidos y la Unión Soviética en 1988. Fue uno de los
últimos episodios de la Guerra Fría.
Como experiencia personal, durante la
entrega de documentos y firma ‘como voluntario’ antes de tomar el barco con
destino a la guerra, uno de los militares, al ver que en mis datos decía ser
dibujante, me llama aparte y me pregunta si le puedo regalar una pluma de tinta
china. No importó que nunca hubiese tenido una preparación militar. Esa fue mi
salvación para poder contar aquí, ahora, esta parte de la historia de un país.
Según cifras oficiales dos mil cubanos
murieron en Angola. En total perecieron 2077 cubanos en el conflicto. Sus
restos fueron repatriados en diciembre de 1989.
Por encima de cualquier logro político o militar, debe
prevalecer el bienestar y el sufrimiento del pueblo, no importa el país en
cuestión.
Como trofeo, quedará por
algún cajón,
la maltrecha cantimplora
compartida
aborreciendo el
estandarte de los días difíciles.
Muchos de los veteranos regresaron mutilados, con los nervios destrozados y
víctimas de extrañas patologías a un país que se adentraba en la peor crisis de
su historia.
Y mirará las estrellas como el suicida al
ahorcado.
Y olvidará la paliza al joven soldado
moqueando sobre su arma.
Angola, con un territorio 11 veces mayor
que Cuba, y a pesar del petróleo y los diamantes, sigue siendo hoy uno de los
países más pobres del mundo. La esperanza de vida de sus habitantes es una de
las más bajas del continente africano.
No todos regresan como
héroe
para sentarse a llorar
debajo del limonero.
La constitución angolana ha sido
modificada 5 veces. Angola abjuró del marxismo y abrazó el multipartidismo y la
economía de mercado. Su gobierno, aun presidido por Dos Santos, el sustituto de
Neto al frente del MPLA, es uno de los más corruptos de África.
EL GUERRERO
Nada queda de los
orfebres héroes
tras abandonar el campo
de batalla.
Nada más allá del mástil
la ingrávida enseña
abandonada a su suerte.
Pesadillas agitando su
cola de cometas,
o el nombre baldío del
compañero de trinchera.
Y nada más.
Como trofeo, quedará por
algún cajón,
la maltrecha cantimplora
compartida
aborreciendo el
estandarte de los días difíciles.
Repetirá el ardid hasta
el convencimiento
de como escapó al cerco
enemigo.
Y mirará las estrellas
como el suicida al ahorcado.
Y olvidará la paliza al
joven soldado
moqueando sobre su arma.
Desnudarse de todo
aquello
será la insomne arcilla
donde nunca querrá
volver.
Lo bárbaro viene después
al contemplar crecidos
los hijos.
No todos regresan como
héroe
para sentarse a llorar
debajo del limonero.
Del poemario ‘Los puentes que dejamos
al pasar’
(Elaborado
con datos tomados de varias fuentes)
No hay comentarios:
Publicar un comentario