Estamos pasado por
una serie de incidentes que nos ha hecho desviar la mente de la Pandemia
Covid-19. Últimamente, hemos visto algún programa en televisión, que nos
explica cómo se desvía la atención hacia otros temas.
No hemos salido de
la gran crisis mundial de la pandemia, y hemos visto noticias de guerrilla
callejera en Barcelona, Madrid y otros lugares de España. Aparentemente, estas
personas se movilizan de forma violenta para defender los derechos de un
cantante. Dicen: rapear no es delito. y que: actúan para cambiar el código
penal y defender la libertad de expresión.
La ley para
manifestarse requiere de unos requisitos, los cuales deben cumplirse por todo
ciudadano. Llevamos una semana viviendo los destrozos en la vía pública de
algunas ciudades en España.
Pablo Hasél ha
sido condenado a 9 meses de prisión y a pagar una multa de 30.000 euros por los
delitos de enaltecimiento del terrorismo, e injurias y calumnias contra la
corona española y las instituciones del Estado. Y lo han condenado por haber
escrito más 64 tuits, entre 2014 y 2018 a favor del terrorismo, en contra de la
corona y de las fuerzas de seguridad.
Parece ser el que el Ministerio del Interior no ha puesto todos los medios necesarios para la policía nacional. Generalmente, se usa la Tanqueta Lanza Agua o medios similares de contención, para evitar bajas de la Policía Nacional, así como evitar cualquier daño público o privado. Para luchar contra la delincuencia callejera los cuerpos de seguridad del estado, los autonómicos y los locales deben contar con los medios necesarios para proteger a la ciudadanía del desorden provocado por manifestantes ávidos de dañar a las personas, a los bienes materiales públicos y a los privados.
A modo de reflexión.
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