Lorenzo Soriano
España es un país maravilloso, eso nadie lo pone en duda. Con un litoral inmenso, un interior lleno de contrastes, playas, nieve, sol, gastronomía de primer orden y a precios muy asequibles. Además, posee un patrimonio histórico monumental y religioso sin precedente, desde hace más de 2000 años. Sumado a esto, una actividad cultural enorme en Museos, exhibiciones, y suficiente en todo lo demás. Madrid su capital es la más “verde” del mundo, y Barcelona a pesar de los pesares de unos cuantos heterodoxos, es una ciudad bellísima, puerto sin par del Mediterráneo, y de mil contrastes. Y así podríamos seguir enumerando, Valencia, Andalucía, Galicia, Cornisa Cántabra, Extremadura, las Islas, Baleares, Pitiusas y Macaronésicas, afortunadas estas, míticas aquellas. Sin olvidar los Territorios Africanos, y hasta el Peñón de Vélez de Gomera, antes de la fundación de Marruecos. Y así hasta completar las 17, que ninguna desmerece.
En España quien falla no es el País ni el Paisaje, lo que la hace dura de soportar, es el PAISANAJE. Y no crean que es por los que han aupado a los que están ahora en el poder. Aunque sin duda, los actuales, baten récords de maldad, ineficacia, ineptitud, falsedades, corrupción y malas intenciones para con nuestro futuro. No. desde todos los bandos o bandas, no hay más que mediocridad, y experimentos sociales desnortados, con resultados letales, económica y socialmente.
Hemos dejado que crezca el demerito, la ramplonería, la estupidez y el adoctrinamiento falsario. Hemos creado una sociedad sin futuro, sin esperanza, sin objetivos, sin orgullo, sin amor. Salvo pequeños grupos demonizados de gente honesta, seria y cabal, triunfa y se premia a la inutilidad, a la igualdad ideológica impuesta sin matices ni tendencias. Donde se le niega a una parte de la población, la más productiva, trabajadora y esforzada su derecho a expresarse, a recibir por lo que aporta, a elegir lo que acredita y desea. A Permanecer en lo que libre y voluntariamente ha decidido creer.
Y lo creamos nosotros, sin duda, ya lo hicimos varias veces, anteriormente, con resultados trágicos, brutales. Una parte del Paisanaje, representado por los que hoy gobiernan en contubernio de siglas, enemigas mortales entre ellos, casi todas, que se une para negar pan, sal y aire a la otra parte. Es una unión perversa, de patas cortas y de finales desoladores, pero, consiguen imponerse a los otros Paisanos, a los que hay que silenciar, callar, y, como en ocasiones ha ocurrido, exterminar. Y con eso ya se sienten satisfechos.
Las dos Españas, que helaban el corazón al españolito que llega al mundo, como decía Machado. Se repite una y otra vez, con machaconería carpetovetónica, extendida a todas las regiones. No sabemos vivir en la discrepancia. Necesitamos imponer a la otra parte nuestro pensamiento o percepción, y no variamos por más que se nos demuestre el error, los errores que nuestro comportamiento provoca.
No tengo ninguna esperanza de que esto cambie. Porque los resultados serán los mismos actuando de la misma forma. No terminamos de reconciliarnos, aunque no tengamos ni idea de cuando empezó, ni por qué, ni por quien, el pleito entre Paisanos. Cuando ya estamos encaminados a mirar hacia el futuro, “alguien”, vuelve a desenterrar a los muertos, a echar sal a heridas que ni nos acordamos donde se originaron ni por quien. Y nos inventamos un origen del odio, un origen de la envidia, y volvemos a empezar.
“Cuando no encuentras lo que buscas, por más que lo
buscas, es porque ya lo tienes”. Deberíamos aplicar esta cita de Lao Tés,
conservar lo que tenemos y dejar de explorar en la vía del enfrentamiento.
Paisanos ………A Reflexionar.
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